Germán Gorráiz López
En el Acuerdo de Doha firmado en Febrero del 2020 entre la Administración Trump y los talibanes, EEUU aceptaba la premisa de que los talibanes eran una «estructura militar y un movimiento afgano» dando el visto bueno a que tras su retirada de territorio afgano en septiembre del 2021 los talibanes detenten el poder en Afganistán «siempre que una organización terrorista internacional que se oponga a sus intereses no se estacione el país«. En consecuencia, la conquista del Poder por los talibanes no representaría per se un problema insoluble para la Administración Biden pero habría supuesto el reforzamiento de las posiciones pakistaníes y chinas quedando India condenada al ostracismo, por lo que dicha circunstancia será aprovechada por EEUU para desestabilizar la frontera compartida por ambos países conocida como Línea de Control Actual (LAC, por sus siglas en inglés) pues un enfrentamiento armado indo-pakistaní supondría el primer pulso militar Rusia-China en forma de colisión nuclear restringida al área geográfica indio-paquistaní.
China y la Doctrina Kissinger
En un artículo publicado por el New York Times, titulado «La ocasión para un nuevo orden mundial», Henry Kissinger considera ya a China una gran potencia (felow superpower), desaconseja el proteccionismo o tratar a China como enemigo (lo que llegaría a convertirla en verdadero enemigo) y pide que se eleven a un nuevo nivel las relaciones entre Estados Unidos y China sobre la base del concepto de destino común,( siguiendo el modelo de la relación trasatlántica tras la segunda guerra mundial), con lo que asistiríamos a la entronización de la Ruta Pacífica (América-Asia) como primer eje comercial mundial en detrimento de la Ruta atlántica (América- Europa) y la implementación del G-2 (EEUU y China) como árbitros mundiales. Sin embargo, el objetivo inequívoco de la Administración Biden sería la confrontación con la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), fundada en 2001 por los Cinco de Shanghai (China, Rusia, Kazajistán, Kirgistán, Tajikistán) más Uzbekistán y convertida junto con los países del ALBA e Irán en el núcleo duro de la resistencia a la hegemonía mundial de Estados Unidos y Gran Bretaña, teniendo a Xinjiang, Baluchistán y Kachemira como escenarios para las operaciones desestabilizadoras de EEUU contra China.
Xinjiang
El Turkestán oriental o Xinjiang («Nueva Frontera»), fue incorporado al imperio chino en el siglo XVIII y representa el 17% de la superficie terrestre del país y el 2% de su población) y la etnia uigur de Xinjiang (de origen turco-mongol y con un total de 8.5 millones de habitantes), conserva características étnicas e islámicas que les situarían muy próxima a sus parientes de Asia central y Turquía por lo que sería el caldo de cultivo ideal para implementar la estrategia brzezinskiniana del «choque de civilizaciones». Dicha doctrina consiste en lograr la balcanización de China y su confrontación con el Islam (cerca de 1.500 millones de seguidores) así como secar sus fuentes de petróleo de los países islámicos del Asia Central, pues varios de los más importantes gasoductos de China pasan por Xinjiang en procedencia de Kazajstán, Turkmenistán, Uzbekistán y Rusia, con lo que la frontera chino-afgana se convertirá en escenario de las operaciones desestabilizadoras de EEUU tras el traslado desde Siria e Irak de los 10.000 combatientes de etnia uigur que combatirían con el Dáesh amén de los cerca de 1.000 miembros del Movimiento Islámico del Turkestán Oriental recientemente liberados en Afganistán.
Balcanización de Pakistán
El acercamiento de Pakistán a China habría acelerado la doctrina del Pentágono de lograr la balcanización de Pakistán y su debilitamiento como Estado teniendo a Baluchistán como campo de operaciones de la insurgencia. Así, China estaría construyendo una extensa red portuaria, que incluiría puertos, bases y estaciones de observación en Sri Lanka, Bangladesh y Birmania y del que sería paradigma el puerto estratégico en Pakistán, Gwadar, (la «garganta» del Golfo Pérsico), a 72 kilómetros de la frontera con Irán y a unos 400 kilómetros del más importante corredor de transporte de petróleo y muy cerca del estratégico estrecho de Ormuz. El puerto fue construido y financiado por China y es operado por la empresa estatal China Overseas Port Holding Company (COPHC), pues la región circundante al puerto de Gwadar, contiene dos tercios de las reservas mundiales de petróleo y por allí pasa el 30 por ciento del petróleo del mundo y el 80 por ciento del que recibe China y está en la ruta más corta hacia Asia (Ruta de la Seda). Así, EEUU anunció la supresión de ayuda militar a Pakistán por un monto de 300 millones $ al tiempo que habría fomentado el movimiento de independencia en la provincia de Baluchistán donde se ubica el estratégico puerto de Gwadar con el objetivo confeso de hacer inviable el proyecto estrella de China, la «Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda» .
Kachemira
Kachemira sería el paradigma perfecto de la implementación de la teoría brzezinskiniana del «caos constructivo» en la región, concepto que se basaría en la máxima atribuida al emperador romano Julio César «divide et impera», para lograr la instauración de un campo de inestabilidad y violencia (balcanización) y originar un «arco de crisis» que se extendería desde Líbano, Palestina y Siria a Iraq y desde Irán y Afganistán hasta Pakistán, Kachemira y Anatolia (Asia Menor). EEUU intentará teledirigir al ISIS y al Qaeda para desestabilizar a Kachemira y lograr el enfrentamiento militar India-Paquistán que podría implicar a China y Rusia y para lograrlo, Al Qaeda habría designado como líder de su nueva célula en Cachemira a Zakir Musa.
Kachemira sería una provincia tradicionalmente oprimida por un Ejército Indio que tendría desplegados cerca de 500.000 soldados (1 soldado por cada 9 habitantes) y el Gobierno nacionalista de Modi habría revocado el status especial de Cachemira, ( lo que en la práctica se traduce en la detención sine die de políticos locales de Cachemira y el control estricto del servicio de Internet), por lo que de facto. Kachemira se habría convertido en un cóctel explosivo al aunar ingredientes tan inestables como el contencioso religioso hindú-musulmán, el contencioso territorial y la guinda de los independentistas kachemires apoyados por ex-combatientes yihadistas de Sudán, Pakistán y Afganistán,
Asimismo, en 1962 estalló un enfrentamiento entre India y China por el desacuerdo chino con la línea fronteriza establecida en 1914 (Línea McMahon), tras el cual China consiguió el control de la meseta de Aksai Chin amén del Glaciar de Siachen, (territorios que la India sigue reclamando como suyos). China aspira a almacenar el agua de los nacimientos de ríos como el Brahmaputra para abastecer a ciudades chinas del este del país, lo que habría encendido las alarmas en el Gobierno de Modi que teme una notable reducción del caudal de agua potable disponible por lo que no descartan bombardear las instalaciones hidráulicas chinas. Por otra parte, la llegada al Poder de los talibanes en Afganistán habría supuesto el reforzamiento de las posiciones pakistaníes y chinas quedando India condenada al ostracismo, por lo que dicha circunstancia será aprovechada por EEUU para desestabilizar la frontera compartida por ambos países conocida como Línea de Control Actual (LAC, por sus siglas en inglés) pues un enfrentamiento armado indo-pakistaní supondría el primer pulso militar Rusia-China en forma de colisión nuclear restringida al área geográfica indio-paquistaní.