Hugo Chávez Frías


El 8 de marzo pasado, Fidel es-cribió una bastante nutrida reflexión a la que tituló «Una reunión que valió la pena» refiriéndose a la conversación que había sostenido horas antes con el común amigo, pensador e intelectual argentino Atilio Borón.

Atilio había estado en La Habana, como expositor en el evento sobre globalización y desarrollo, donde convergieron más de 1.500 economistas e intelectuales del mundo entero.

Y de su interesante exposición, Fidel tomó un conjunto largo de citas, muy bien seleccionadas acerca de la actual crisis del capitalismo mundial.

Yo sólo voy a tomar, de Fidel y de Atilio Borón, varios párrafos acerca de este tan importante tema, especialmente porque creo que nuestro pueblo debe profundizar cada día más en el estudio de este fenómeno planetario.

Así como creo también que es una responsabilidad de la dirigencia nacional, orientar sanamente el debate serio y transparente acerca de una crisis que continúa galopando en el horizonte mundial y a la que algunos analistas han llegado a llamar «La crisis perfecta».

Veamos y leamos ahora con atención: «…Nos hallamos ante una crisis general capitalista, la primera de una magnitud comparable a la que estallara en 1929 y a la llamada `Larga Depresión’ de 1873-1896.

Una crisis integral, civilizacional, multidimensional, cuya duración, profundidad y alcances geográficos seguramente habrán de ser de mayor envergadura que las que le precedieron».

«Se trata de una crisis que trasciende con creces lo financiero o bancario y afecta a la economía real en todos sus departamentos.

Afecta a la economía global y que va mucho más allá de las fronteras estadounidenses».

«Sus causas estructurales: es una crisis de superproducción y a la vez de subconsumo. No por casualidad estalló en EE.UU., porque este país hace más de treinta años que vive artificialmente del ahorro externo, del crédito externo, y estas dos cosas no son infinitas: las empresas se endeudaron por encima de sus posibilidades; el Estado se endeudó también por encima de sus posibilidades para hacer frente no a una sino a dos guerras no sólo sin aumentar los impuestos sino que reduciéndolos, los ciudadanos son sistemáticamente impulsados, por vía de la publicidad comercial, a endeudarse para sostener un consumismo desorbitado, irracional y despilfarrador».

«Pero a estas causas estructurales hay que agregar otras: la acelerada financiarización de la economía, la irresistible tendencia hacia la incursión en operaciones especulativas cada vez más arriesgadas. Descubierta la `fuente de juvencia’ del capital gracias a la cual el dinero genera más dinero prescindiendo de la valorización que le aporta la explotación de la fuerza de trabajo y, teniendo en cuenta que enormes masas de capital ficticio se pueden lograr en cuestión de días, o semanas a lo máximo, la adicción del capital lo lleva a dejar de lado cualquier cálculo o cualquier escrúpulo».

«Otras circunstancias favorecieron el estallido de la crisis. Las políticas neoliberales de desregulación y liberalización hicieron posible que los actores más poderosos que pululan en los mercados impusieran la ley de la selva».

…»Acelerado aumento del desempleo. El número de desempleados en el mundo (unos 190 millones en 2008) podría incrementarse en 51 millones más a lo largo de 2009. Los trabajadores pobres (que ganan apenas dos euros diarios) serán 1 400 millones, o sea el 45% de la población económicamente activa del planeta».

«En Estados Unidos la recesión ya destruyó 3,6 millones de puestos de trabajo. La mitad durante los últimos tres meses. En la UE, el número de desempleados es de 17,5 millones, 1,6 millones más que hace un año. Para 2009, se prevé la pérdida de 3,5 millones de empleos. Varios Estados centroamericanos así como México y Perú, por sus estrechos lazos con la economía estadounidense, serán fuertemente golpeados por la crisis».

«Una crisis que afecta a todos los sectores de la economía: la banca, la industria, los seguros, la construcción, etcétera y se disemina por todo el conjunto del sistema capitalista internacional».

… «Obama reconoció que no hemos tocado fondo todavía, y Michael Klare, escribió en días pasados que `si el actual desastre económico se convierte en lo que el presidente Obama ha denominado década perdida, el resultado podría consistir en un paisaje global lleno de convulsiones motivadas por la economía».

«En 1929 la desocupación en EE.UU. llegó al 25%, al paso que caían los precios agrícolas y de las materias primas. Diez años después, y pese a las radicales políticas puestas en marcha por Franklin D.

Roosevelt (el New Deal), la desocupación seguía siendo muy elevada (17%) y la economía no lograba salir de la depresión».

«Sólo la Segunda Guerra Mundial puso fin a esa etapa. ¿Y ahora, por qué habría de ser más breve? Si la depresión de 1873-1896, como expliqué, duró ¡23 años!».

«Dados estos antecedentes, ¿por qué ahora saldríamos de la actual crisis en cuestión de meses, como vaticinan algunos publicistas y `gurúes’ de Wall Street».

«No se saldrá de esta crisis con un par de reuniones del G-20, o del G-7. Si una prueba hay de su radical incapacidad para resolver la crisis es la respuesta de las principales bolsas de valores del mundo luego de cada anuncio o cada sanción de una ley aprobatoria de un nuevo rescate: invariablemente la respuesta de `los mercados’ es negativa».

…»Los acuerdos de Bretton Woods, concebidos en el marco de la fase keynesiana del capitalismo, coincidieron con la estabilización de un nuevo modelo de hegemonía burguesa que, producto de las consecuencias de la guerra y la lucha anti-fascista tenía como nuevo e inesperado telón de fondo el fortalecimiento de la gravitación de los sindicatos obreros, los partidos de izquierda y las capacidades reguladoras e interventoras de los estados».

«Ya no está la URSS, cuya sola presencia y la amenaza de la extensión hacia Occidente de su ejemplo inclinaba la balanza de la negociación a favor de la izquierda, sectores populares, sindicatos, etc».

«En la actualidad China ocupa un papel incomparablemente más importante en la economía mundial, pero sin alcanzar una importancia paralela en la política mundial. La URSS, en cambio, pese a su debilidad económica era una formidable potencia militar y política. China es una potencia económica, pero con escasa presencia militar y política en los asuntos mundiales, si bien está comenzando un muy cauteloso y paulatino proceso de reafirmación en la política mundial».

«China puede llegar a jugar un papel positivo para la estrategia de recomposición de los países de la periferia. Beijing está gradualmente reorientando sus enormes energías nacionales hacia el mercado interno. Por múltiples razones que serían imposibles discutir aquí es un país que necesita que su economía crezca al 8 % anual, sea como respuesta a los estímulos de los mercados mundiales o a los que se originen en su inmenso –sólo parcialmente explotado– mercado interno. De confirmarse ese viraje es posible predecir que China seguirá necesitando muchos productos originarios de los países del Tercer Mundo, como petróleo, níquel, cobre, aluminio, acero, soja y otras materias primas y alimentos».

«En la Gran Depresión de los años 30, en cambio, la URSS tenía una muy débil inserción en los mercados mundiales. China es distinto: podrá seguir jugando un papel muy importante y, al igual que Rusia e India (aunque éstas en menor medida) comprar en el exterior las materias primas y alimentos que necesite, a diferencia de lo que ocurría con la URSS en los tiempos de la Gran Depresión».

…»La situación actual no es igual a la de los años treinta. Lenin ya lo había dicho: `el capitalismo no se cae si no hay una fuerza social que lo haga caer’. Esa fuerza social hoy no está presente en las sociedades del capitalismo metropolitano, incluido Estados Unidos».

«USA, UK, Alemania, Francia y Japón dirimían en el terreno militar su pugna por la hegemonía imperial».

«Hoy, la hegemonía y la dominación están claramente en manos de USA. Es el único garante del sistema capitalista a escala mundial. Si USA cayera se produciría un efecto dominó que provocaría el derrumbe de casi todos los capitalismos metropolitanos, sin mencionar las consecuencias en la periferia del sistema. En caso de que Washington se vea amenazado por una insurgencia popular todos acudirán a socorrerlo, porque es el sostén último del sistema y el único que, en caso de necesidad, puede socorrer a los demás».

… «Se trata de una crisis integral de un modelo civilizatorio que es insostenible económicamente; políticamente, sin apelar cada vez más a la violencia en contra de los pueblos; insustentable también ecológicamente, dada la destrucción, en algunos casos irreversible, del medio ambiente; e insostenible socialmente, porque degrada la condición humana hasta límites inimaginables y destruye la trama misma de la vida social».

«La respuesta a esta crisis, por lo tanto, no puede ser sólo económica o financiera. Las clases dominantes harán exactamente eso: utilizar un vasto arsenal de recursos públicos para socializar las pérdidas y reflotar a los grandes oligopolios. Encerrados en la defensa de sus intereses más inmediatos carecen siquiera de la visión para concebir una estrategia más integral».

«La crisis no ha tocado fondo.

Nos hallamos ante una crisis general capitalista. Nunca alguna otra fue mayor. La que tuvo lugar entre 1873 y 1896, duró 23 años, se llamó Larga Depresión. La otra muy grave fue la de 1929. Duró igualmente no menos de 20 años. La actual crisis es integral, civilizacional, multidimensional».

«Es una crisis que trasciende con creces lo financiero, lo bancario y afecta la economía real en todos sus departamentos».

He querido traer estas ideas y reflexiones a «Las Líneas de Chávez», para con ello motivar a todos ustedes, compatriotas que me leen, a seguir al detalle la evolución de la llamada «crisis perfecta», que si bien no nos ha tocado aún, gracias a las decisiones políticas y económicas que la Revolución Bolivariana viene tomando desde hace varios años, va llegando ya el momento estratégico en que sus impactos comenzarán a sentirse en Venezuela.

Sin embargo, el gobierno revolucionario, con el apoyo del pueblo y los trabajadores, los campesinos, las mujeres, los estudiantes, la juventud, los partidos revolucionarios y la Fuerza Armada Bolivariana, continuará tomando a tiempo las medidas necesarias para asegurar la continuidad de los planes de desarrollo nacional.

Algunas fórmulas tácticas hemos estado revisando en los últimos días, acompañadas de sus respectivos engranajes estratégicos.

Esta semana que comienza será seguramente propicia para hacer algunos anuncios, que contribuirán a fortalecer aún más la posición de Venezuela ante la crítica situación mundial.

Ténganlo por seguro: ¡¡No habrá crisis, por más «perfecta» que sea, que pueda detener la marcha venezolana hacia el socialismo, la independencia y la grandeza!!.

¡VENCEREMOS!