Ambito

El colapso y quiebra de la plataforma de criptomonedas FTX produjo un efecto contagio en otras empresas del sector, con algunas de ellas prohibiendo el retiro de fondos y otras enfrentándose a una crisis de confianza, afirman especialistas.

La semana pasada, tras una corrida y un déficit en sus finanzas de alrededor de u$s8.000 millones, FTX (una de las plataformas de intercambio de criptomonedas con mayor participación del mercado) entró en quiebra.

En el caso de Binance, el sitio más reconocido en el mundo para estas operaciones, sus usuarios retiraron cerca de u$s 1,35 mil millones en bitcoins, tras el colapso de FTX, según el medio especializado CoinDesk.

Tanto Binance como otras plataformas como Crypto.com buscaron llevar calma elaborando comunicados que detallan el manejo de sus activos, y asegurando a sus clientes que no tenían que preocuparse por el uso de las mismas.

Sin embargo, la corrida persistió y las reservas en ellas de bitcoin, ether y «stablecoins», cayeron a los niveles más bajos desde 2018, según datos de la firma analítica CryptoQuant recogidos por la agencia Bloomberg.

De acuerdo con especialistas, varias de estas plataformas fallaron en sus intentos de transparencia, porque sus informes omiten sus pasivos y tampoco fueron auditados externamente, además de que la sola mención de sus cantidades de reservas solamente ofrecen una «foto» de un momento.

Tras los cuestionamientos en ese sentido, Binance prometió publicar un informe completo y auditado de sus activos y pasivos en las próximas semanas.

Por su parte, el CEO de Bybit, Ben Zhou, le pidió a la industria esta semana «colaborar conjuntamente y ayudar a tranquilizar a los clientes y a los gobiernos«. Sólo una auditoria completa permitiría restaurar la confianza, sostienen analistas del sector.

Asimismo, afirman que la mayoría de estas plataformas operan al mismo tiempo como corredores, custodios y espacios de intercambio, por lo que, el colapso de una plataforma puede fácilmente diseminarse en efecto dominó al resto, al contrario del sector financiero tradicional donde estas funciones suelen ser repartidas en distintas firmas, las cuales además están reguladas, operando muchas de ellas públicamente en bolsa.

El colapso de FTX ofreció una prueba de ello: la plataforma británica Quantia frenó esta semana el retiro de fondos por su exposición a la firma caída.

Lo mismo ocurrió con Genesis, una de las plataformas cripto más antiguas, que dispuso el pasado miércoles s uspender temporalmente los retiros y las nuevas emisiones de préstamos en criptomonedas debido a «solicitudes de retiro anormales». Ese mismo día la bolsa Gemini limitó los retiros de su programa «Earn» mientras que el prestamista BlockFi, también expuesto a FTX, cerró el grifo para retiros y podría presentar la quiebra en los próximos días.

Del mismo modo, la francesa Coinhouse -quién tiene entre sus asociados a Genesis- bloqueó el jueves sus retiros argumentando «tensiones globales en el mercado y una presión sobre la liquidez», según reportó la agencia de noticias AFP.

«Es muy inquietante, porque todavía no vimos la dimensión del contagio», advirtió Francesco Melpignano, director general de Kadena Eco, especializada en blockchain.

Sólo el tiempo dirá si la crisis en el sector llevará a su derrumbe o a nuevas regulaciones.

Diversos especialistas compararon la situación con la crisis financiera del 2008 y la caída del banco Lehman Brothers, recesión que llevó a establecer divisas salvaguardas en el sistema financiero estadounidense para evitar nuevas reincidencias.

«El mercado de criptomonedas no presenta muchas de las protecciones de la estructura de mercado tradicional, y muchos de sus problemas recientes tienen sus raíz en una falta de transparencia. Uno se pregunta cuánto se pudo haber evitado si hubieran habido mejores protecciones», evaluó Anish Puaar, especialista de la firma de intercambio Optiver.