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Ante la aparición de la nueva cepa Ómicron del coronavirus, reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una «variante preocupante», las principales farmacéuticas del mundo anunciaron que ya se han arrancado las investigaciones destinadas a adaptar sus fármacos a la cepa que representa una amenaza por la gran cantidad de mutaciones que contiene.

«Es muy importante investigar la nueva variante», subrayó Kirill Dmítriev, director ejecutivo del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), en sus comentarios para RT. Por otra parte, señaló que científicos rusos podrán adaptar la vacuna contra el coronavirus Sputnik V a la nueva variante «muy rápidamente» si se descubre que es resistente a los fármacos existentes. «Creemos que Sputnik por ahora definitivamente es la vacuna más eficaz en cuanto a las diferentes mutaciones», afirmó.

Mientras, Alexánder Guíntsburg, director del Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya que desarrolló el medicamento ruso, explicó en sus declaraciones a RIA Novosti que existe la posibilidad de que Sputnik V pueda ser más eficaz contra la nueva cepa dado que «presenta una gama más amplia de los anticuerpos que neutralizan el virus en comparación con otras vacunas», aunque solamente es posible comprobar su efectividad por medio de ensayos.

Mientras, la farmacéutica estadounidense Pfizer aseguró este viernes en un comunicado para FOX Business que «permanece alerta» y «constantemente realiza esfuerzos de vigilancia centrados en supervisar la aparición de nuevas variantes que potencialmente pueden evitar la protección» de la vacuna, elaborada en colaboración con BioNTech. 

«En el caso de que aparezca una variante que evade la vacuna, Pfizer y BioNTech esperan poder desarrollar y producir una vacuna adaptada a la cepa dentro de aproximadamente 100 días, con sujeción a la autorización reglamentaria», reza el comunicado de la compañía.

Por su parte, la empresa de biotecnología alemana BioNTech señaló que ya está investigando la variante y espera obtener más datos para determinar si la vacuna necesita ser modificada.

«Pfizer y BioNTech tomaron medidas hace meses para poder adaptar la vacuna de ARNm dentro de seis semanas y enviar primeros lotes dentro de 100 días en el caso de una variante que escape [la protección de la vacuna]», aseguraron desde la firma.

«Anticipar mutaciones»

AstraZeneca anunció que también está evaluando el impacto de la nueva cepa en su vacuna y el cóctel de anticuerpos, basándose en los datos obtenidos en Botsuana y Suazilandia, informa Reuters.

«Como en el caso de cualquier variante nueva, investigamos B.1.1.529 para entender más sobre ella y su impacto en la vacuna», dijeron. «También estamos probando nuestra combinación de anticuerpos de larga duración AZD7442 contra la nueva variante y esperamos que AZD7442 mantenga su eficacia dado que está compuesta por anticuerpos potentes con actividades diferentes y complementarias contra el virus», agregaron.

Paralelamente, Moderna anunció que está avanzando en su estudio de la nueva variante al haber probado una dosis de refuerzo más alta en adultos sanos. Asimismo, desde la empresa señalaron que se están examinando dos candidatos de refuerzo multivalentes» que fueron elaborados para «anticipar mutaciones como las que han surgido en la variante Ómicron». 

Asimismo, Moderna asegura que progresa en la elaboración de un «candidato de refuerzo específico» contra Ómicron.

Mientras, Johnson & Johnson, citado por CNBC, también aseguró que ya ha empezado a verificar la eficacia de su vacuna contra la reciente variante.

De igual manera, la compañía estadounidense Novavax informó que ha empezado a desarrollar la nueva versión de su vacuna contra la variante Ómicron. «El trabajo inicial tomará unas semanas«, aseguró el portavoz de la empresa, citado por Reuters.