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Un análisis de las elecciones de 2020 publicado por The Federalist concluye que Mark Zuckerberg «compró» los comicios para ayudar a que Joe Biden accediera a la Casa Blanca. Según el informe, dos organizaciones financiadas por el fundador de Facebook invirtieron 419,5 millones de dólares para aumentar la participación y, probablemente, asegurar la victoria del entonces candidato demócrata.

Según la publicación conservadora, la elección no fue robada, sino que fue comprada a través de la inversión realizada por el Centro de Tecnología y Vida Cívica (CTCL por su sigla en inglés) y el Centro de Innovación e Investigación Electoral (CEIR). Ambas entidades se habrían dedicado a inyectar dinero privado en el sistema electoral, algo desconocido previamente en la política de EE.UU.

El dinero habría sido utilizado, por ejemplo, para financiar infiltraciones en oficinas electorales a nivel de ciudad y, desde allí, realizar distintas prácticas, como campañas intensivas de divulgación en áreas mayoritariamente demócratas.

Por esa razón, de acuerdo con The Federalist, la distribución de los 419,5 millones de dólares por parte de CTCL y CEIR tuvo un carácter partidario, pese a que ambas entidades se definen como sin fines de lucro.

Según detalla la publicación, de las 26 subvenciones que CTCL brindó a ciudades y condados de Arizona, Georgia, Michigan, Carolina del  Norte, Pensilvania, Texas y Virginia, que fueron de un millón de dólares o más, 25 fueron a áreas en las que Biden se impuso en los comicios. Donald Trump ganó en Brown, Wisconsin, condado donde solamente recibió un 1,3 % de los 85,5 millones que CTCL cedió a los 26 distritos. El análisis preliminar muestra que este reparto con carácter partidario se replicó en todo el país. 

El efecto práctico de esta financiación privada es el de crear un sistema electoral «en la sombra» para favorecer a los votantes demócratas sobre los republicanos. Por ello, los autores de la investigación sostienen que esta estructura derivó en una cantidad adicional de votos a favor de Biden que habría bastado para asegurar su victoria en el Colegio Electoral.

En definitiva, los autores señalan que tienen buenas razones para anticipar que los resultados finales del trabajo mostrarán que la intervención de ambas organizaciones hizo que la elección de 2020 no fuera justa, al tiempo que agregan que «probablemente fueron compradas con dinero vertido a través de lagunas legales».