AP

Estados Unidos y Colombia anunciaron una nueva política antinarcóticos basada en tres ejes: la reducción de la oferta de drogas, la protección del medioambiente y el aumento de la seguridad y el desarrollo en las zonas rurales.

«El presidente (colombiano) siempre ha entendido que deben utilizarse todos los instrumentos para combatir el narcotráfico», dijo el martes a la prensa Emilio Archila, consejero presidencial para la Estabilización y Consolidación de Colombia.

La Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de los Estados Unidos (ONDCP, por sus siglas en inglés) indicó el lunes en un comunicado que la estrategia fue desarrollada por los dos gobiernos luego de meses de trabajo y tiene un «enfoque holístico».

Para lograrlo se enfocarán en reducir la oferta de narcóticos utilizando varias estrategias como la erradicación de hoja de coca, la destrucción de laboratorios de cocaína, reducción de la demanda de drogas, la interdicción, esfuerzos contra el lavado de dinero y judicialización de narcotraficantes.

En Colombia se registraron 245.000 hectáreas cultivadas de hoja de coca en 2020, la cifra más alta de la última década, según el reporte de la ONDCP. Además, la producción de cocaína se elevó a 1.010 toneladas métricas, superando las 936 reportadas en 2019.

Elizabeth Dickinson, analista senior para Colombia del International Crisis Group, explicó a The Associated Press que la nueva estrategia antinarcóticos conserva la lógica de que «hay que acabar con la oferta de coca para acabar con el negocio» y no frena la erradicación forzosa, por lo que a su juicio no cree que «haya cambiado en lo fundamental».

Sin embargo, Dickinson ve como novedosos los otros dos pilares de la estrategia. «En el enfoque sobre el medio ambiente todavía hay más preguntas que respuestas sobre cuál será el contenido, pero sí es cierto que el gobierno de Estados Unidos quiere enfocarse en conservar las reservas forestales y la Amazonía», agregó la analista.

La administración de Joe Biden dirigirá sus esfuerzos para consolidar la implementación del proceso de paz firmado hace cinco años entre el Estado colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), como una forma de asegurarle a las comunidades rurales desarrollo económico y seguridad en sus territorios, usualmente los más afectados por grupos armados ilegales.

Según indicó la ONDCP, incluirá la protección de los líderes comunitarios, la formalización de tierras y reducción de la dependencia económica de las comunidades en los cultivos ilícitos.

En este sentido, Archila indicó que para combatir la siembra de hoja de coca son fundamentales los planes de desarrollo con enfoque territorial —fruto del acuerdo de paz— que buscan transformar los territorios a largo plazo.

«En 120 de esos municipios está el 95% de la coca del país. Luego, la transformación que se está logrando con los 9.5 billones de pesos (alrededor de 2.000 millones de dólares) que se están invirtiendo van precisamente a que el Estado llegue a un debería estar llegando», explicó el consejero presidencial colombiano.

La nueva estrategia antidrogas combatirá los delitos ambientales, un punto importante debido a que los narcotraficantes deforestan y cultivan hoja de coca en 12 áreas protegidas, en las cuales hay más de 7.200 hectáreas de cultivos ilícitos, de acuerdo con el informe ONDCP. El presidente Iván Duque ha dicho en varias ocasiones que el narcotráfico «depreda» el medioambiente.

Adam Isacson, de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, dijo a la AP que el cambio más notable en la estrategia está en el «tono» por «la escasa mención a la ‘erradicación’», la mención específica del acuerdo de paz y sus disposiciones rurales y «el uso intensivo de la palabra ‘holístico’». Sin embargo, considera que será en febrero cuando el gobierno de Biden envíe su solicitud de presupuesto para el 2023 al Congreso de Estados Unidos que se sabrá si estos principios se traducen en «recursos reales».

En su reciente visita oficial a Colombia, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, mencionó en la importancia de invertir en la prevención y recuperación de quienes están luchando con la adicción a las drogas y «reducir la demanda en Estados Unidos… eso implica invertir en los jóvenes para que no sucumban a la tentación de la droga».