Publico.es / Alejandro López Miguel
Despejada la incógnita sobre el voto decisivo del Partido Nacionalista Vasco (PNV), el nuevo debate en el Congreso de los Diputados, este viernes, es casi un mero trámite. Después de la votación Sánchez se convertirá en jefe del Ejecutivo, abriendo una nueva etapa política, tras siete años bajo el gobierno del Partido Popular de Rajoy.
31 de mayo de 2018.-
Es el fin de la era de Mariano Rajoy. El líder del PSOE y candidato a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, ha logrado este jueves sellar el destierro del todavía jefe del Ejecutivo del Palacio de La Moncloa.
Rajoy se ha impuesto a Sánchez en las dos elecciones generales en las que se han batido hasta la fecha, y hace apenas nueve días nadie habría podido anticipar este desenlace. Pero la sentencia condenatoria al PP por la trama Gürtel, sumada al hábil y arriesgado movimiento del líder del PSOE, le han permitido poner el primer pie en la sede de la Presidencia.
El Gobierno ha asumido que su tiempo ha terminado prematuramente y, salvo enormes sorpresas de última hora, el relevo cristalizará este viernes. En pocos días, Sánchez deberá haber formado un gabinete que trabaje en su agenda reformista; teóricamente tendrá un marcado carácter social, aunque el candidato no ha entrado en detalle.
La segunda jornada de debate tiene tintes de trámite; tras casi diez horas de pleno, el jueves, este viernes es el turno de la portavoz del PSOE, Margarita Robles, y de su homólogo en el PP, Rafael Hernando -que, previsiblemente, cargará al máximo las tintas para esta ocasión-. De cumplirse el horario previsto, se votará -por llamamiento nominal, y a viva voz- en torno a las 12 o las 13 horas.
La incógnita del PNV
No se esperan sobresaltos este viernes. La cuarta moción de censura en la historia de la democracia española se da ya por aprobada, tras las horas de tensión e incertidumbre generadas por la incógnita sobre el voto del Partido Nacionalista Vasco, clave para decantar la balanza.
Despejada esta bruma, quedan para el recuerdo la exhibición de parlamentarismo de Rajoy, sus ataques a Sánchez, su ‘amnesia’ sobre Gürtel y su repentino interés por los ERE de Andalucía, así como su total ausencia de autocrítica por la corrupción que carcome a su partido. Y su ausencia física, después de que la presidenta del Congreso, Ana Pastor, decidiese retomar la sesión a las 15.00 horas, con el bolso de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, como único ocupante del escaño del presidente.
Con una convocatoria de elecciones en el horizonte, pero sin concretar, se abre una nueva etapa en la política española, con PSOE y Unidos Podemos retomando relaciones -con recelo-, y con PP y su socio de investidura -y de Presupuestos-, Ciudadanos, en guerra abierta.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, abandona el hemiciclo del Congreso de los Diputados, en el receso de la primera jornada del debate de la moción de censura presentada por el PSOE. DANI GAGO
Ciudadanos, el «pegamento» de la moción
Fuentes del PP aseguraban a Público a última hora del jueves que Ciudadanos ha sido «el pegamento» de esta moción, y desde el Gobierno señalaban también la corresponsabilidad» del PNV sobre lo que ocurra en esta próxima etapa. En el PP se muestran desorientados, confusos, y sólo anticipan que Sánchez se encontrará con una oposición dura, muy dura, desde el momento en que el nuevo Gobierno se siente por primera vez en la bancada azul.
Rajoy, desaparecido y sin voluntad de dimitir
En otro orden de cosas, fuentes del Gobierno no han querido aclarar si Rajoy se convertirá en líder de la oposición. Durante la tarde, y con informaciones apuntando al atrincheramiento del jefe del Ejecutivo en un céntrico restaurante, despreciando el debate en el Congreso, desde Moncloa han optado por dar la callada por respuesta.
Lo único que aclaran desde el Ejecutivo es que Rajoy no va a dimitir, «porque no ha hecho nada malo». En el PP hay quien reconoce que dejar el cargo podría leerse como la asunción de la responsabilidad por la corrupción que Rajoy lleva nueve años intentando sacudirse, y esto no entra en sus cálculos. «Lo único que ha hecho es sacar a España de la ruina», apuntan desde Moncloa.
«La dimisión de Rajoy no evita un gobierno de Sánchez, más aún, lo facilita porque no necesitaría mayoría absoluta». «Esta polémica responde solo a una cuestión: el intento de los socios de Sanchez de disimular y eludir sus responsabilidades en la decisión de hacer presidente a una persona que sistemáticamente ha perdido en las urnas», sentencian.
El Gobierno construye así su relato, mientras el presidente sigue en paradero desconocido en la que será su última noche en La Moncloa. En la larga semana tras la publicación de la sentencia de la Audiencia Nacional, la consigna más repetida por el PP es que la corrupción juzgada en Gürtel forma parte del «pasado». Ese «pasado» se resiste a dejarse enterrar, y hoy ha vuelto para arrebatarles el poder.