Diario Vea
Marciano
EN LA MIRA DE LAS OLIGARQUÍAS argentina y venezolana y del eje mediático formado por El Nacional (Venezuela) y Clarín (Argentina), están los Kirchner -el ex presidente Néstor y la actual mandataria Cristina Fernández- y el presidente Chávez. Allá en el Sur y acá en el Caribe ambos sectores sociales, políticos y mediáticos tienen sobradas razones para agredir ferozmente tanto al Gobierno argentino como al venezolano.
LOS KIRCHNER, DESDE LUEGO, no son unos revolucionarios. Pero son unos tipos progresistas, peronistas de raíz, no justicialistas -el eufemismo inventado por los saltadores de talanquera en Argentina para atenuar la carga popular del peronismo-, que están haciendo reformas que tocan la nuez del poder económico. No los han golpeado, pero les han llegado cerca con medidas tributarias y privándolos del dominio que tenían sobre el Estado. Pero hay algo más: Los Kirchner desmontaron con coraje el poder represivo de la Fuerza Armada. Dieron un golpe a la estructura que cometió en la región el mayor genocidio de que se tenga memoria. Esa cúpula siniestra fue procesada, luego de revocar leyes protectoras dictadas durante los gobiernos de Alfonsín y Menem. Pero esa cúpula estaba vinculada al poder económico, al empresariado que apoyó sin escrúpulos la represión, y contó con voceros civiles como Martínez de Hoz, que acaba de ser detenido y a quien le espera una larga condena por crímenes de lesa humanidad.
A ESTA CONFABULACIÓN contra los Kirchner se suma el diario Clarín, que forma parte del engranaje oligárquico desnacionalizador y, por ende, antiperonista. Con un agregado que tiene mucho peso en este momento: La complicada situación que afronta Ernestina Herrera, su propietaria -y del complejo mediático del grupo-, por haber adoptado como hijos, de acuerdo con todos los indicios, a dos niños hijos de madres que dieron a luz en prisión y luego fueron asesinadas. Durante el gobierno de los Kirchner se activó el proceso de identificación de la paternidad de los hijos adoptivos de la dueña de Clarín, que estuvo paralizado durante años.
¿CÓMO HACER PARA ARRUINAR la relación con el otro ogro, objeto del ataque de la oligarquía y los desplazados del poder en Venezuela; es decir, con Chávez? Apelando a la infamia. Disparando a diestra y siniestra contra los gobernantes. Recurriendo a la cloaca. Y a partir de hechos que deben ser investigados, como presuntos actos de corrupción, convertirlos en campaña abrumadora, diaria, con insinuaciones sin sustento, apelando al insulto y la descalificación personales. Los Kirchner y Chávez, de acuerdo con esta ofensiva, son unos mafiosos que han gestado una red de negocios turbios.
EN ESTE PROCESO HA FUNCIONADO como mecanismo de relojería la relación Clarín – El Nacional retroalimentándose a diario, escarbando con desesperación en cuanto detalle surge y administrando de facto la justicia mediática, inapelable y rotunda. Todo vale en esa campaña. Y lo que cuenta cuando se hace no es ni la democracia ni la libertad ni la ética ni la honestidad, ni la lucha contra la corrupción porque tanto Clarín como El Nacional y los intereses que están detrás de ellos, son la expresión más acabada de cuanto antivalor existe en el mundo (recordar al ladrón gritando: ¡Al ladrón!, ¡al ladrón!, mientras escapa).-