En un diálogo difundido el miércoles se oye cómo el piloto, Miguel Quiroga, le pide indicaciones desesperadamente a la controladora, que le da instrucciones mientras el avión que transportaba al equipo brasileño Chapecoense perdía altura y velocidad.
En su último mensaje el piloto indicó que el avión estaba a 9.000 pies de altitud y a 8,2 millas de su punto de destino, según la controladora del aeropuerto José María Córdova, donde estaba previsto el aterrizaje. Después sólo se escucha ruido.
El audio difundido por radios locales confirma el testimonio filtrado de un copiloto de Avianca que sobrevolaba la zona en ese momento y que aseguró que los conductores de LaMia se habían declarado con problemas de combustible momentos antes de accidentarse.
El testimonio angustiado de Juan Sebastián Upegui, copiloto de un vuelo comercial de Avianca que esperaba aterrizar en el mismo aeropuerto, ayuda a los investigadores a discernir si el avión de LaMia que se estrelló la noche del lunes en los Andes colombianos se quedó sin combustible.
En una grabación de cuatro minutos que parece un mensaje de audio para un amigo, Upegui describe cómo el piloto del avión accidentado reconoce a los controladores aéreos que tiene problemas de combustible y pide prioridad para aterrizar. Una vez denegado el acceso, se desespera y empieza a gritar «ayuda, ayuda, ayuda» por «falla total eléctrica» y luego empieza a perder altitud y velocidad en una caída libre de tres minutos.
«Vimos incluso las luces del avión cuando pasó bajando… él sí se declaró en emergencia… yo estaba recostado en la mesa, haciendo fuerza, ‘hágale, hágale, lleguen, lleguen»’, decía nervioso el copiloto en el audio.
La grabación, cuya autenticidad fue confirmada por Avianca, se suma a las declaraciones de un auxiliar de vuelo que sobrevivió al accidente y a la sospechosa inexistencia de una explosión en el momento de la colisión contra el suelo que apuntaban a la falta de combustible como principal hipótesis del siniestro del British Aerospace Avro RJ85.
Por ahora las autoridades han evitado descartar otras causas del accidente en el que murieron 71 personas y otras seis quedaron heridas, entre ellas los jugadores del equipo de fútbol Chapecoense que viajaba a la final de la Copa Sudamericana.
Una investigación exhaustiva tardará, previsiblemente, meses para revisar todos los aspectos del vuelo del avión de 17 años y la información que contienen sus cajas negras retiradas el martes del lugar del accidente, en un punto escarpado y fangoso.
De acuerdo con la página de internet ahora desactivada de LaMia -la empresa de chárters con base en Bolivia contratada por el equipo de fútbol- la distancia máxima que puede recorrer el Avro RJ85 es de 2.965 kilómetros (1.600 millas náuticas), un poco menos de la que separa Medellín de Santa Cruz, en Bolivia, de donde había partido el vuelo accidentado.
Alfredo Bocanegra, jefe de la Aeronáutica Civil de Colombia, dijo que aunque los primeros indicios apuntaban a un problema eléctrico, la posibilidad de que el avión se quedara sin combustible no está descartada. Agregó que un avión necesita tener suficiente combustible para volar al menos 30 o 45 minutos hasta otro aeropuerto en caso de emergencia.
«Son reflexiones muy dolorosas si parten del punto de vista de la negligencia y eso logra confirmarse por los investigadores», aseguró el miércoles a Caracol Radio.
Un día antes Bocanegra había afirmado que no se había encontrado evidencia de combustible en la aeronave accidentada.
Una pieza clave para solucionar el misterio puede venir de Ximena Sánchez, una asistente de vuelo boliviana que estaba sentada en la parte de atrás del avión y sobrevivió al accidente. Los investigadores tienen previsto entrevistarla el miércoles en una clínica cercana a Medellín, donde se está recuperando.
«Nos quedamos sin combustible. (El avión) se apagó sin combustible», fue todo lo que la aeromoza le dijo a Arquímedes Mejía, uno de los rescatistas entrevistado por The Associated Press.
También el lugar del accidente, donde no se encontraron rastros de gasolina, será clave para la investigación. A menudo los aviones explotan por el impacto, pero una de las razonas por las cuales seis personas sobrevivieron es porque en este caso no estalló.