Carlos A. Larriera

 

Todas las afirmaciones gubernamentales que intentan disimular la ola de despidos, o intentan sugerir que en el futuro no se producirán más, son falsas.

Porque la desocupación es una estrategia del gobierno empresario de Macri. Claramente el objetivo es crear una gran masa de desocupados de manera de debilitar la fuerza de negociación de los trabajadores. Esta estrategia incluye aceptar aumentos en las negociaciones paritarias solamente si son mucho menores que la inflación y lograr, de esa manera, bajar el salario real, es decir el poder adquisitivo del salario en términos reales. De esta forma se eleva la tasa de ganancia de las empresas, que es la estrategia central del gobierno empresario.

También de esta manera baja el salario medido en dólares, lo cual es importante para las empresas.

Cuando Macri dice “crear empleos de calidad”, en realidad se refiere, sin decirlo, a lograr que toda la mano de obra disponible trabaje para empresas privadas, con salarios muy bajos, y elevando la productividad, que se lograría aumentando la intensidad de trabajo y la duración de la jornada laboral, todo lo cual elevará la tasa de ganancia de las empresas. No se sabe si intentarán elevar la productividad invirtiendo en nueva maquinaria y equipo, que en términos relativos es la forma de elevarla sin necesariamente aumentar la intensidad o duración del trabajo. Desde ya que la inversión en maquinaria puede acarrear mayor intensidad del trabajo si las empresas obligan a sus obreros a realizar varias tareas complejas en forma simultánea. Otro problema con la elevación de la productividad en base a la inversión en nuevo capital fijo es que no produce mayor ganancia directamente, salvo que baje el costo en maquinarias, lo que es poco probable. La mayor rentabilidad se logra a través del mercado, realizando una ganancia extraordinaria y apropiándose de una porción mayor de éste. Pero generalmente, las empresas aprovechan la modernización tecnológica para despedir gente, reemplazando el trabajo personal por el trabajo de la máquina.

Cuando Macri habla de que el empleo estatal no sirve para nada, que es improductivo, etc., se refiere a lo mismo. La intención es lograr una gran masa de desocupados que garantice por su propio peso, la debilitación de la resistencia obrera, y de ese modo, lograr salarios muy bajos. De la masa de mano de obra desocupada seleccionar lo que más convenga al empresario para someterla a la superxplotación del trabajo, porque eso es redituable, “productivo”, en el sentido de que eleva la rentabilidad empresaria. El trabajo estatal en salud, educación, cultura, etc., es un desperdicio en cuanto no eleva la ganancia empresaria, que es el único parámetro que se tiene en cuenta para medir a un trabajo como “de calidad”.

A todo esto se refiere Macri con “crear empleo de calidad”, que incluye el requisito de contar con una gran desocupación. La creación de este “empleo” de ninguna manera significa contrarrestar la desocupación, sino por el contrario cuenta como condición fundamental que la política del gobierno haya creado previamente una gran desocupación.

Crear una gran desocupación es un objetivo central de este gobierno empresario macrista. Todo lo que se diga para negarlo o disimularlo no responde a la verdad de los hechos.