Algunos expertos creen que, si las naciones se espían mutuamente, lo hacen con consentimiento mutuo. Además destacan que uno de los mayores objetivos que hasta ahora impulsa la existencia de esta organización es el dominio y la supremacía económica sobre otros países.
“El motivo para mantener a las cinco naciones por encima del resto del mundo es tener una ventaja en lo económico para realizar espionaje industrial, saber cuáles son las realidades económicas de un país. El deseo es un dominio de la información”, opina el analista político Lajos Szaszdi.
Sin embargo, en medio del malestar común por la vigilancia estadounidense, periódicos alemanes revelaron que Francia, que por una parte expresaba su profunda indignación, de hecho ha sido una de las naciones que habría provisto de datos secretos a la inteligencia de la alianza de los estados anglosajones.
Otros expertos creen que el país galo, que ya anunció su disposición de firmar un acuerdo con EE.UU. de no espiarse mutuamente, podría llegar a integrar la asociación.
“Es una posición hipócrita, está protestando porque le conviene políticamente a nivel interno, porque el pueblo está enojado. Pero en realidad todos esos países cooperaron de manera consciente, permitiendo la intromisión de la inteligencia estadounidense en todos los mecanismos de telecomunicaciones. Y evidentemente ahí hay una posibilidad para Francia de obtener datos”, considera el periodista internacional Alberto Rabilotta.
Además, existe información de que Israel, Suecia e Italia firmaron un acuerdo de cooperación con Washington en el ámbito de inteligencia. Sin embargo recientemente denunciaron que ellos mismos habían sido víctimas del monitoreo estadounidense.
Así, ante las constantes revelaciones que siguen emergiendo al respecto parece que, si la amistad se debe a los intereses, es muy probable que sea poco duradera. Aunque la alianza de estos cinco países no se fundamenta en un voto de confianza, sino en un objetivo común: la supremacía.