El pasado 29 de septiembre, Steve Jensen, un agricultor del noroeste de Dakota del Norte descubrió un gran chorro de petróleo de unas seis pulgadas de alto que brotaba en su campo de trigo. El petróleo arrojado procedía de la rotura de una tubería subterránea perteneciente a Tesoro Corporation, que transporta el petróleo desde la formaciones de esquisto de Bakken ( que extrae mediante la técnica de la fractura hidráulica) a Columbus, Dakota del Norte.
Un equipo de limpieza se dirigió al lugar del derrame, en las tierras de Jensen, donde se puede haber producido una fuga de más de 20.000 barriles de petróleo, siendo por tanto uno de los derrames más importantes en la historia de este Estado. Desde que Jensen descubrió el derrame, han pasado casi dos semanas para que el Estado informase del mismo e hiciese pública la noticia, y como se puede ver en las fotos obtenidas por Greenpeace, el daño es extenso.
Dakota del Norte y Bakken se han convertido en zonas codiciadas por las empresas petrolíferas, que están empeñadas en extraer los combustibles fósiles de los lugares más remotos de la tierra, ahora que las reservas están en declive. Como ya vimos en Mayflower, Arkansas, a principios de este año, la rotura de tuberías, los derrames, etc, son cosas que seguiremos viendo mientras estas compañías obtengan los combustibles fósiles de lugares tan apartados.
Phil Radford, director ejecutivo de Greenpeace, forma parte de una de las mayores organizaciones ambientales del país. Está dirigido por un equipo de 500 personas altamente cualificadas que trabajan en 23 ciudades de los Estados Unidos, realizando campañas nacionales e internacionales, para proteger los océanos, los bosques y el clima.
Fuente del original en inglés: http://www.commondreams.org/view/2013/10/14-6