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El ex presidente aseguró que «estamos frente a la intención de tratar de quebrar y frustrar las posibilidades transformadoras de la Argentina». Kirchner señaló como «las cabezas de la conspiración» a Héctor Magneto y el vicepresidente Julio Cobos.

«Tenemos que tener en cuenta que no sólo estamos ante la presencia de una conspiración permanente en la Argentina, visible a partir de la asunción de nuestra compañera presidenta», sostuvo el ex mandatario y actual diputado.

Al participar de un acto político en la ciudad bonaerense de Santa Teresita, Kirchner sostuvo que «estamos frente a una gran provocación: nos quieren demonizar, no quieren que la Argentina se transforme».

Y cuestionó «cómo puede seguir jugando con las instituciones de esta forma, cómo puede el vicepresidente seguir cumpliendo funciones que no le competen y cómo puede ser que el partido radical lo esté apoyando». «Están haciendo lo posible para no dejarnos gobernar, son una máquina de impedir, se oponen a todo, no nos apoyaron en nada. Cuando les tocó gobernar, hicieron lo que hicieron y terminaron huyendo en helicóptero y ahora no quieren que nosotros hagamos lo mejor para el país».

 

Kirchner afirmó que «tenemos una presidenta de lujo», e instó a ayudarla «a que pueda cumplir con lo que está proponiendo». «Ella tuvo el coraje que a lo mejor que yo no tuve para tomar algunas medidas». «Está tomando las mejores decisiones, las decisiones correctas, ayudémosla, apoyémosla y acompañémosla, defendámosla de los que quieren evitar que gobierne».

El ex presidente también se refirió a Martín Redrado, al sostener que «cuando a mí me tocó pagar, el ex presidente del Banco Central estuvo de acuerdo con todo» y lo definió como «empleado de otros intereses». A su vez, calificó de «una vergüenza» la actitud de la jueza María José Sarmiento, de no querer recibir la apelación del Gobierno.