En una rueda de prensa compartida con el presidente francés, Nicolás Sarkozy, y el primer ministro italiano, Mario Monti, la canciller alemana dijo que los líderes de las tres mayores economías de la eurozona quieren «un euro estable, un euro fuerte» y aseguró que están dispuestos a «defenderlo con todas las fuerzas».
Sin emabrgo, Merkel reconoció que no ha cambiado ni un ápice su postura sobre la emisión de eurobonos, ya que estos instrumentos harían que los distintos niveles de tipos se nivelaran, pero advirtió de que «no es una buena señal (…) no es la solución adecuada».
Mientras el presidente francés evitó realizar comentarios sobre esta cuestión y se limitó a advertir de que el agravamiento de la crisis afectará a todos y no sólo a la ‘triple A’ de Francia, el primer ministro italiano se mostró a favor de los denominados ‘bonos de estabilidad’, aunque precisó que «su contribución siempre debe producirse dentro de una unión fiscal».