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El Senado aprobó ayer la propuesta del Ejecutivo para adelantar al domingo 28 de junio, de manera excepcional, los comicios legislativos nacionales, gracias a los votos del oficialista Frente para la Victoria y de algunos aliados que ayudaron a superar ampliamente la mayoría absoluta que demanda la Constitución Nacional para modificar el régimen electoral.

El número final fue favorable a la iniciativa del gobierno por 42 votos, cinco más de los necesarios, contra 26 de la oposición.

El bloque oficialista contó con sus 39 votos propios, entre los que estuvieron algunos que durante la discusión por las retenciones a las exportaciones agropecuarias votaron en contra, como el cordobés Roberto Urquía, la chaqueña Elena Corregido, la riojana Teresita Quintela y el pampeano Rubén Marín.

Otro de los que votó a favor fue el peronista catamarqueño Ramón Saadi, quien tras la derrota de su partido en las elecciones de su provincia amenazó con dejar el kirchnerismo.

Además, el oficialismo contó con los dos votos de los fueguinos José Martínez y María Rosa Díaz que el miércoles anunciaron su renuncia al ARI y su intención de votar a favor del adelanto de las elecciones.

A hacer uso de la palabra, Martínez remarcó que «este adelantamiento de tres meses no nos debe alarmar, al contrario, que el pueblo se exprese es una garantía y uno de los principales fundamentos del sistema republicano».

También apoyó el proyecto del gobierno el representante del Movimiento Popular Neuquino, Horacio Lores, quien es considerado un aliado por el Frente para la Victoria.

En contra votó todo el polo opositor conformado por el radicalismo, el socialista Rubén Giustiniani, el cordobés del Partido Nuevo Carlos Rossi, los tucumanos de Fuerza Republicana Delia Pinchetti y Carlos Salazar y los peronistas disidentes como Hilda González de Duhalde, Adolfo Rodríguez Saá, Carlos Reutemann y Juan Carlos Romero.

Reutemann y Romero, junto con sus coterráneas Roxana Latorre y Sonia Escudero, respectivamente, dejaron el bloque oficialista hace alrededor de un mes por su desacuerdo con el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Al momento de votar, sólo hubo cuatro ausentes, los peronistas disidentes Liliana Negre de Alonso, Sonia Escudero (de viaje ambas) y Carlos Menem, que estuvo unos minutos en el recinto y se retiró; y la rionegrina María José Bongiorno cuya permanencia en el bloque del Frente para la Victoria está en duda.

El debate fue seguido en el recinto por el vicejefe de Gabinete, Oscar González; y por los diputados justicialistas disidentes Felipe Solá y Francisco De Narváez.

Al cerrar el debate, el jefe del bloque oficialista, Miguel Angel Pichetto, remarcó que «esta decisión del gobierno pone en el núcleo las políticas nacionales» porque el 28 de junio se discutirá «la marcha del gobierno nacional», para luego aclarar que «si bien no es un plebiscito, siempre en una elección intermedia hay una evaluación de la gestión política de ese gobierno».

«Creo que el proceso electoral tiene el espíritu de construir una nueva alternativa, donde el gobierno también tendrá que poner sus cosas», propuso el senador de Río Negro.

Previamente, el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, donde el proyecto fue discutido antes de llegar al recinto, el peronista Nicolás Fernández, pidió terminar con el «rally electoral» y reclamó ayuda para el «gobierno en esta crisis, que es importante porque se puede llevar puestos todos los logros que hemos conseguido entre todos».

Desde la oposición, el jefe del bloque radical, Ernesto Sanz, anticipó que su bancada no iba a acompañar la medida porque sus legisladores están «convencidos de que así como las causas de la crisis no son las esgrimidas por el gobierno, tampoco estamos convencidos de que el remedio sea el que han convocado».

El socialista Rubén Giustiniani, también en contra, consideró que «clavar el adelanto electoral donde se plantea el peor momento económico es un error», y sentenció que el gobierno nacional está «dando la impresión de que se adelantan las elecciones porque no puede haber otro tema en el marco electoral que no sea el electoral».

El proyecto fija «por única vez y con carácter excepcional, el día 28 de junio de 2009, como fecha para las elecciones de Diputados Nacionales para el período 2009-2013″ y, en los distritos que corresponda, para las elecciones de Senadores de la Nación para el período 2009-2015».

En Diputados deberá renovarse la mitad de la Cámara, 127 legisladores de todas las provincias; en tanto que en el Senado le tocará el turno a un tercio, que representa a 24 legisladores de los distritos de Santa Fe, Córdoba, Chubut, La Pampa, Corrientes, Catamarca, Tucumán y Mendoza.