Por: Germán Gorráiz López
Según un informe coordinado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), «el planeta está muy lejos de alcanzar sus objetivos climáticos y esta situación socava las iniciativas mundiales encaminadas a combatir el hambre, la pobreza y los problemas de salud, mejorar el acceso al agua limpia y la energía no contaminante, y abordar muchos otros aspectos del desarrollo sostenible».
El efecto mariposa en los sistemas complejos
Hasta la ultima década, la predicción meteorológica era diseñada por modelos finitos que podían intermodelar o simular varios futuros alternativos y que tenían como resultado predicciones con un alto grado de fiabilidad.Sin embargo, el llamado «efecto mariposa» trasladado a sistemas complejos como la Predicción Meteorológica tendría como efecto colateral la imposibilidad de detectar con antelación un futuro mediato.
Así, los modelos cuánticos que se utilizan en la predicción meteorológica como el GFS estadounidense, el ECMWF High RES europeo o el HAFS para predecir huracanes, serían tan sólo simulaciones basadas en modelos precedentes, con lo que la inclusión de tan sólo una variable incorrecta o la repentina aparición de una variable imprevista provoca que el margen de error de dichos modelos se amplifique en cada unidad de tiempo simulada hasta exceder incluso el límite estratosférico del cien por cien.En consecuencia, dichos modelos numéricos únicamente son capaces de radiografiar fragmentos de la secuencia total del inmenso genoma del cambio climático que se está gestando.
Inoperancia de la Cumbre cambio climático 2023( COP28)
En el informe final de dicha Cumbre celebrada en Dubai, suscrito por 180 países y con la ausencia de los mandatarios de los dos países que más gases de efecto invernadero producen del mundo, (China emite casi un tercio del CO₂ del mundo y Estados Unidos sería el mayor emisor histórico), se destaca que » los países en vías de desarrollo son especialmente vulnerables a los efectos adversos del cambio climático y se necesita de opciones de mitigación viables, eficaces y de bajo coste en todos los sectores».
En este contexto, según un estudio internacional liderado por la Universidad de Leeds, «los países del Norte global que emiten niveles excesivos de dióxido de carbono (CO2), deberían pagar un total de 170 billones de dólares en indemnizaciones o reparaciones a los países del Sur global hasta el año 2050 para garantizar el cumplimiento de los objetivos de lucha contra el cambio climático».
Asimismo, para limitar el calentamiento global a 1,5º C, el acuerdo establece que «se deben reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero un 43 por ciento hasta 2030 y un 60 por ciento hasta 2035 en relación con los niveles de 2019, y alcanzar las emisiones netas de dióxido de carbono cero para 2050», medidas plausibles pero cuya implementación dependerá de la voluntad de los principales países contaminantes encuadrados en la zona geoeconómica del Norte Global.
Así, la Organización Meteorológica Mundial (OMM,) avisa que el 2024 podría ser aún más caluroso que 2023, dado que el evento de El Niño suele tener el mayor impacto en las temperaturas globales tras alcanzar su cénit. En consecuencia, se podría alcanzar una subida de la temperatura global de 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, considerada la barrera infranqueable en los objetivos del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y dada la inacción del Norte Global para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, el calentamiento global se irá incrementado hasta el paroxismo en la próxima década.
¿Es el Mediterráneo una incubadora de DANAS?
Debido al cambio de circulación atmosférica, asistimos en el último quinquenio a la irrupción de los autopistas de humedad que enlazan el Caribe con el Sur de Europa, generando un clima húmedo y templado en el Sur mientras el Norte y Centro de Europa quedan presos del chorro polar que genera nevadas copiosas y vientos gélidos.
Al mismo tiempo, asistimos al incremento de la irrupción de DANAS (Depresión aislada a niveles altos) que se desgajan de la circulación atmosférica general y que alimentadas por vientos húmedos del Mediterráneo generan severas inundaciones en los países del Sur de Europa y Norte de África.Dichas DANAS estarían regidas por las leyes del caos inconexo y se desplazarían con movimientos erráticos impulsados por fuerzas centrípetas y centrífugas, lo que incrementaría su volatilidad y la dificultad de los modelos cuánticos para dibujar con suficiente antelación su posible trayectoria y su impacto local, lo que se ha comprobado en la reciente DANA de Valencia con su reguero de más de 200 fallecidos y pérdidas multimillonarias.
El Mediterráneo se habría convertido pues en una incubadora de DANAS al presentar las condiciones óptimas para su desarrollo y posterior implosión al contar con los ingrediente letales que conforman el cóctel explosivo de las gotas frias o DANAS. Así, la elevada humedad aportada por los vientos de Levante y el incremento desbocado de la temperatura de sus aguas, conforman un duplo que se retroalimenta y genera un tren de violentas tormentas que al estancarse en las montañas que cierran el arco mediterráneo, provocan lluvias torrenciales en las cabeceras de los ríos y barrancos y posteriores inundaciones en las poblaciones de sus tramos bajos y desembocaduras.
Dada la inacción del Norte Global para reducir la emisión de gases contaminantes a la atmósfera que conllevan el calentamiento global y el preocupante incremento de la temperatura de los mares , los fenómenos metereológicos extremos como sequías e inundaciones se irán incrementado hasta el paroxismo en las próximas décadas, siendo previsible la repetición inarticulada de las DANAS en todo el arco mediterráneo, ensañándose con especial virulencia con la fachada mediterránea española.