Rubén Alexis Hernández

La retirada del ejército estadounidense de Afganistán evidencia, entre otras cosas, que la potencia norteamericana en declive no invadió a la nación asiática para liberar a su pueblo, como tampoco fue su intención durante ninguna de las invasiones a numerosos países desde el siglo XIX; que sufrió una dura derrota militar y geopolítica tras dos décadas de intervención en una entidad político-territorial que tiene bien ganada su reputación de tumba de los imperios; y que ha perdido influencia en Asia ante el creciente empuje de potencias como China, Rusia e Irán. Casi 20 años de intervencionismo directo de Estados Unidos en Afganistán no sirvieron sino para provocar un desastre monumental en todo sentido, para aumentar el poder y la presencia territorial de los talibanes, y para elevar notablemente la superficie cultivada de amapola y la producción de heroína, por mencionar sólo tres consecuencias nefastas de la aventura norteamericana:

«En menos de una semana, los talibanes han capturado casi una docena de ciudades clave en Afganistán y han tomado el poder de Kabul, la capital. Con la salida de las fuerzas estadounidenses, hace unas semanas, y del presidente, Ashraf Ghani, en las últimas horas, las milicias fundamentalistas han recuperado el control del país veinte años después» https://theconversation.com/afganistan-por-que-la-victoria-de-los-talibanes-era-inevitable-166157

De manera que Estados Unidos, que supuestamente intervino en el país asiático para combatir al terrorismo, no hizo sino profundizarlo al permitir de una u otra manera que se fortalecieran los extremistas violentos, como los talibanes, que no sólo se adueñaron de Afganistán ante la impotencia del desmoralizado ejército invasor en desbandada, sino que están ocasionando un enorme baño de sangre injustificado, dejando estupefacta a la opinión pública global.

Y con la derrota del águila imperial en la tumba de las entidades político-territoriales poderosas, se evidencia de forma clara la decadencia estadounidense y la pérdida progresiva de su dominio en el continente asiático, lo que por otra parte termina beneficiando a naciones como China y Rusia, con intereses en Asia Occidental y una creciente influencia en la región. En realidad una importante razón para que Estados Unidos haya invadido a Afganistán en el 2001, fue la de mantener a raya a Rusia y China, competidores con los norteamericanos por la hegemonía en Asia y el resto del planeta. Por lo tanto el actual panorama es positivo para los intereses de chinos, rusos y algunos de sus aliados, con quienes ya estarían negociando los talibanes para intentar mantener el poder social-religioso-político de Afganistán y subsistir en lo económico:

«A Rusia le preocupa sobre todo evitar la inestabilidad en su frontera con Afganistán y mantener a este país libre de la influencia de Estados Unidos. Desde la década de 1990, Moscú ha estado desarrollando relaciones con diferentes grupos en Afganistán, incluidos los talibanes, a pesar de los recelos sobre el posible apoyo de los talibanes a los grupos terroristas.

Estas relaciones se intensificaron tras la aparición del Estado Islámico en 2015. En la lucha para derrotarlo en Afganistán, Rusia vio que los intereses de los talibanes coincidían con los suyos.

Salieron a la luz informes que desvelaban que Rusia estaba armando a los talibanes afganos y socavando directamente los esfuerzos de Estados Unidos en la zona, incluso pagando recompensas para matar a soldados estadounidenses y aliados. Desde entonces, los servicios de inteligencia estadounidenses han expresado su escasa confianza en las reclamaciones de recompensas.

China, por su parte, siempre ha mantenido relaciones cordiales con los talibanes. La principal preocupación de China es extender su influencia hacia el oeste para ganar

profundidad estratégica frente a India y Estados Unidos» https://theconversation.com/afganistan-por-que-la-victoria-de-los-talibanes-era-inevitable-166157|

«En paralelo, mientras la OTAN abandona Afganistán, Rusia y China estrenan mando conjunto. Tropas rusas y chinas realizaron maniobras, compartiendo equipo, y enseñando músculo a todo el mundo, especialmente a la OTAN. Sin duda el mundo ha cambiado, y parece que también lo han hecho las reglas de juego» https://theconversation.com/afganistan-la-tumba-de-los-imperios-y-la-tercera-guerra-del-opio-166203

En términos generales, la derrota de Estados Unidos en Afganistán significa no sólo su fracaso militar local, sino que ha cedido terreno a sus rivales por el control asiático y mundial, en especial a China y Rusia, lo que profundiza la decadencia estadunidense iniciada hace unos cuantos años. Igualmente acelera la peligrosa pretensión de los norteamericanos de consolidar una alianza global para arrastrar al orbe a una confrontación bélica total, y así intentar frenar a chinos, rusos e iraníes, por nombrar algunos de los enemigos de Estados Unidos.