-¿Que la magia no existe?, ¡claro que existe!..Hoy la tierra se convierte en aire, y el agua en fuego, ¡es increíble lo que sucede hoy con los cuatro elementos!, fueron las palabras de un señor de la tercera edad dirigido a su nieto, quien vivía afanado por entrar en el mundo de la adultez aseverando cuantas ideas lógicas les enseñaba su madre.

Y es que este señor, cuya sencillez marcó mi atención, refería sabias palabras. La metamorfosis de la tierra a aire, es decir a su desaparecimiento, es premisa común en estos tiempos. En cuanto a la transformación del agua en fuego, basta con trasladarnos a Dimock, un poblado de Estados Unidos, cuyos poco más de 2 mil habitantes padecen hoy la realidad de consumir agua inflamable.

Caso Dimock

Dimock, ubicado en el estado de Pensylvania, al oriente del país norteamericano, se encuentra sumergido en las enormes consecuencias dejadas por el polémico método de extracción de gas de esquisto, conocido como fracturación hidráulica o fracking. Este método, sin duda innovador, y que ha dado paso a la denominada mega-minería, consiste en la inyección de una sopa química por las arterias subterráneas en las que se encuentra el gas no convencional, para hacerlas fracturar y así permitir la salida a la superficie de este mineral.

La técnica que se aplica a otros hidrocarburos, incluyendo el petróleo, y que ha sido promovida por Estados Unidos con mayor vehemencia a finales de la década del 90, ha generado que los acuíferos de Dimock se vean afectados por el gas, al punto de que el agua, como si se tratara de una obra circense, se prenda en fuego.

Según la Fundación Gaia, fue en el año 2008 cuando la empresa Cabot Oil and Gas, comenzó a explotar gas mediante fracking en Dimock. En poco menos de un año, los acuíferos de esta localidad se encontraban plenamente contaminados por el esquisto, y ya desde el año 2011 el suministro de agua es prácticamente inexistente.

Hipocresía institucional

A partir de esta situación, la Agencia estadounidense de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) elaboró un informe en el que se denunció la situación del agua en el condado, y que tuvo que enfrentar la censura por parte de la administración de Barack Obama. Según múltiples aseveraciones, factores politiqueros se introdujeron en la EPA, haciéndola desistir de su denuncia y logrando finalmente que en 2012 la agencia alegara que el agua de Dimock podía ser ingerida y que su posible contaminación derivaba de causas naturales.

Así como en Dimock, la utilización de fracking en Estados Unidos, se ha extendido a yacimientos cercanos a Dakota del Norte, Texas y otros condados, incrementando en 2012 la producción de crudo no convencional de todo el país en 850 mil barriles. Este incremento productivo, representa para los aduladores del crecimiento insostenible, una oportunidad sin precedentes para afianzar el desarrollo, o lo que he visto de nuestro lado, el desarrollismo.

Movimientos telúricos

También han sido numerosos los casos en que ciudadanos comunes así como expertos, han referido sobre la incidencia del fracking en el origen de movimientos telúricos. Una nota publicada por el portal Russia Today en noviembre de 2013, alude a que en sólo en tres semanas, se generaron 16 sismos en Texas; ante esto, el Servicio Geológico de EE.UU calificó como casi seguro que el fracking tuvo que ver con estos fenómenos.

Pese a que aún no existen pruebas científicas tangibles sobre el impacto de la extracción del shale gas (como se conoce en inglés) en la promoción de sismos, cada día son más los investigadores que sospechan sobre esta hipótesis. En Inglaterra por ejemplo, se generaron en 2011 dos terremotos, poco tiempo después de que una empresa empleara fracking; la situación conllevó a que se paralizara esta actividad.

También dentro de las denuncias se encuentra que en el estado norteamericano de Ohio, donde operan los pozos Northstar 1,  específicamente en Youngstown, se registraron sólo en 14 meses un total de 109 terremotos.

Reacciones

La característica voraz y depredadora de la mega-minería, ha provocado grandes reacciones sociales en contra. En este sentido, iniciando el año 2014, Nueva York y Maryland fueron escenarios de protestas cuyos miembros ascendían a más de mil manifestantes.

El rechazo a la voracidad también se ha visto de parte de ciertos gobiernos nacionales y locales que incluso estando alineados con la lógica neoliberal antinatural se han dado un tiempo para estudiar y evaluar el impacto real del fracking en el medio ambiente.

Una investigación del sociólogo y escritor argentino Atilio Borón, ganador del Premio Libertador al Pensamiento Crítico, señala que dentro de los países que han prohibido la técnica, se encuentra Francia (lo prohibió en 2011), República Sudafricana, República Checa (2012) Bulgaria (2012), Alemania (2012), Reino Unido, Suiza, Austria e Irlanda del Norte.

Capitalismo Vs Moral

Es entonces como nuevamente se enfrentan los dos modelos de desarrollo: éste (desarrollismo) intrínseco al fracking y al incremento del Producto Interno Bruto y los recursos económicos del país, a costa de la devastación continua de nuestro único recurso natural que es el planeta. El segundo, un modelo alternativo, que puede y debe empezar a concretarse para defender a la Tierra y a la especie natural de los indicios de su aniquilación.

América Latina ha dado saltos grandes en el restablecimiento de la moral, en lo económico, político, social y ambiental. El debate actual derecha-izquierda en este lado del continente, no es más que una disputa entre quienes apuestan al entierro de la moral y quienes de modo contrario anhelamos su imposición final.

Sin embargo, persisten incongruencias derivadas de un capital que se niega a morir, y que penetra aún todos los niveles de los Estados, cuyos gobiernos se han mostrado progresistas o revolucionarios.

En el caso de Argentina, la petrolera nacionalizada Yacimientos Petrolíferos Fiscales, conocida como YPF, firmó un acuerdo con la estadounidense Chevron (antigua Texaco) para masificar la técnica del fracking en la provincia de Neuquén, específicamente en la zona de Vaca Muerta. El anuncio ha generado un doble rechazo por parte de los movimientos sociales, ya que por un lado, se cuestiona la aplicación del método, y por otro, cierta incoherencia con los discursos antiimperialistas e integracionistas posicionados en el bloque latinoamericano.

En el ámbito integracionista, Argentina incumple al permitir la entrada de Chevron, justo después de que esta trasnacional fuera denunciada por Ecuador y obligada a pagar 9 mil 500 millones de dólares, tras la enorme contaminación causada en la amazonía durante sus años de explotación petrolera. Actualmente, la campaña internacional contra Chevron se mantiene, pero también permanece esa pequeña incoherencia.

Fidel y Esquivel

Hace unos años mi amigo Fidel Castro me dijo: Ojo, tengan cuidado con el fracking, expresó en una entrevista el Premio Nóbel de la Paz argentino, Adolfo Pérez Esquivel, oponente además de otras técnicas anti-ambientales propiciadas en el cono sur.

Quizás la alerta, no sólo de Fidel y de Esquivel, sino de los pobladores de Dimock; de los más de mil manifestantes de Maryland y Nueva York; de los cientos de posibles víctimas de la extracción de gas de esquisto, cuyas denuncias no son ni serán tan mediatizadas, pueda constituir una advertencia real sobre los efectos de la economía irracional en nuestro único hogar, el planeta.

La advertencia y la conciencia, pero sobre todo la acción, nunca podrán ser estigmatizadas de infantilismo ecológico, así como el hecho de no creer en el desarrollismo no nos hace menos actores de los procesos políticos que la América Unida vive. Apostemos en ese sentido, a que nuestros elementos naturales sigan siendo cuatro, con mayor ahínco en el agua y la tierra.

victoria.arguello22@gmail.com