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El lunes 6 de mayo se presentó una nueva ley ante la Comisión Europea, por la cual se establecen nuevos poderes para regular el cultivo de plantas en toda Europa. La “Ley de Material Reproductivo de las plantas” regula absolutamente todas las plantas. Y como no podía ser de otra forma, contiene restricciones en cultivo de verduras y plantación de árboles, mientras que también se crean nuevos poderes para restringir el resto de plantas de cualquier otra especie en una fecha posterior.

De esta forma, bajo la nueva ley será ilegal cultivar, reproducir o comercializar cualquier semilla vegetal o árbol que no haya sido probado y aprobado por una nueva llamada “Agencia de Variedades Vegetales de la UE”, que va a elaborar una lista con las plantas autorizadas (también se deberá pagar una tarifa anual a la Agencia para mantener esas semillas en la lista, si no se paga, significa que se deja de cumplir con la normativa y queda por lo tanto prohibido su cultivo).

Tal y como nos informa el blog “Noticias de Abajo“, después de muchas protestas e intensas presiones por parte de grupos de consumidores, pequeños agricultores, bancos de genes, e incluso algunos Gobiernos de los Estados miembros, se han hecho algunas modificaciones de última hora, que aunque no resulta en una ley perfecta, reduce mucho el impacto.

Las concesiones de última hora son las siguientes:

1. Los jardineros quedan autorizados a guardar e intercambiar semillas no aprobadas sin que por ello se infrinja la ley.

2. Individuos y pequeñas organizaciones pueden proveerse de semillas de hortalizas no aprobadas, siempre y cuando tengan menos de 10 empleados.

3. Los bancos de semillas también pueden guardar semillas no aprobadas, sin que por ello se infrinja la ley.

4. En una futura legislación (sin especificar cuándo) se regularán las semillas aptas para la agricultura ecológica.

Para el resto se mantienen las restricciones, por lo que a largo plazo será más difícil para las personas hacerse con buenas semillas para cultivar en su casa. De todas formas la ley aún tiene que pasar al Parlamento para su modificación o aprobación, por lo que todavía hay posibilidades de cambios, sean para bien o para mal.

Ben Gabel, agricultor y director de The Real Seed Catalogue, dijo al respecto:

“En el proyecto de ley han hecho algunas importantes concesiones para el cultivo en casa y los pequeños agricultores, aunque es una pena que no se pensase en ellos en primer lugar.

Sin embargo, todavía hay consecuencias negativas, ya que tendrán derecho a acceder a las distintas variedades vegetales los jardineros, los agricultores ecológicos y los agricultores que cultiven para los mercados locales a pequeña escala.

Esto se debe a que el principal sistema de registro no facilita el uso en el hogar (jardines, huertos) y las variedades para el uso en casa no cumplen con los estrictos criterios de la Agencia de Variedades Vegetales, que sólo se preocupa por aprobar las semillas utilizadas por la Agricultura Industrial.

Debido a esto, las empresas de semillas registraban y vendían variedades de semillas para uso no profesional en el ámbito doméstico. Bajo el nuevo sistema, que ahora las denominan como variedades “locales” y aunque no hay un registro de esas variedades existe un gran inconveniente: cualquier empresa con más de 10 empleados tiene prohibido su cultivo y uso.

Así que las nuevas variedades para los cultivos caseros sólo podrán ser desarrolladas por pequeñas organizaciones, y puede ser que no tengan recursos para hacerlo. Habrá muy pocas variedades profesionales para uso de los jardineros o para la agricultura sostenible a pequeña escala.

La ley va a reducir las posibilidades de elección también a los grandes agricultores. En algunos casos, sólo se permitirán las nuevas variedades vegetales si se aprueban y se demuestra que son mejores que las que estén actualmente en lista. Esto es absurdo, ya que a menudo se descubren los beneficios de una nueva variedad al cabo de varios años, por ejemplo, cuando se observa su resistencia ante tal o cual enfermedad. En un mercado libre, debería corresponder a los agricultores decir el uso de las nuevas variedades y cuáles son aquellas que más les gustan en base a su experiencia.

No hay necesidad real de este nuevo y complejo reglamento. Ya tenemos leyes que protegen al consumidor: las semillas deben ser aptas para su venta; deben coincidir con la descripción y corresponder con lo anunciado. La actual Ley de Semillas ya cubre la defensa de la salud, la trazabilidad y la seguridad. Cualquier persona que produce semillas ya es inspeccionada y sus semillas certificadas por Agencias Estatales.

Este es un ejemplo de Burocracia fuera de control. No queremos a tantos funcionarios de la UE que son pagados por mover montañas de papeles para interferir en el derecho de las personas a cultivar lo que quieran, ni que deba pagarse por el uso de plantas que han sido utilizadas durante miles de años en la agricultura a pequeña escala.

También resulta preocupante que se hayan dado a sí mismos el poder de regular y aprobar el cultivo de cualquier especie de planta en el futuro, no sólo las de uso agrícola, sino las hierbas, musgos, flores, etc, sin tener que pasar necesariamente por el Consejo para su votación.

Lo cierto es que esta ley ha sido escrita pensando en las necesidades de las Multinacionales de la Industria Agraria y de Semillas, que suministran en grandes cantidades para la producción industrial. Es algo que no debiera aplicarse a los usos domésticos o los pequeños agricultores que producen para los mercados locales, que tienen necesidades muy diferentes.

Hacemos un llamamiento para que queden exentas de forma total en la ley aquellas semillas vendidas en pequeñas cantidades a los consumidores individuales”.

Por otra parte, si se ha parado a leer el resumen oficial de la nueva ley, advertirá que tan solo es una nota de prensa donde explica cuales son sus fines y sus aparentes buenas intenciones, siendo en realidad un mero resumen.

Como ya sospechará usted, este movimiento es “La Solución final” de Monsanto, DuPont, Grow, Pioneer y otras corporaciones transnacionales que, por otra parte, nunca han ocultado que su meta final es el control completo de todas las semillas y cultivos del planeta.

La ONG “El Arca de Noé” y otras 240 organizaciones de 40 países europeos han escrito una carta abierta a los burócratas europeos instándoles a que detengan este desatino. Una traducción de la misma la puedes leer aquí.

De esta manera los dirigentes europeos animan a todos los estados miembros a crear registros y a recopilar datos de todo y de todos, para que el nada se pueda escapar al control estatal (seguridad alimentaria y sanitaria lo llaman).

Lo diré más claro aún: Virtualmente todas las plantas, variedades de semillas y agricultores tendrán que estar “fichados” por los gobiernos para poder operar dentro de la “legalidad”.

Por poner un ejemplo: Bajo esta nueva dictadura Ley no hubiera sido posible que personas como Josep Pamies nos hubieran traído a España plantas medicinales como la Stevia (100 veces más dulce que el azúcar, pero sin sus peligros y además muy eficaz en el tratamiento de la diabetes) o la Kalanchoes (con resultados espectaculares en el tratamiento de diversos tipos de cáncer), puesto que el Sr. Pamies ya estaría en prisión acusado de atentar contra la salud pública.