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La cumbre en Rio de Janeiro del 03/06 al 14/06-2012, es el tercer intento de Naciones Unidas (NU) para avanzar sobre el compromiso de los Estados y la comunidad mundial con los cambios para lograr un Desarrollo Sustentable. Tendrá lugar 20 años después de la I cumbre de Río en 1992 y 10 años después de la de Johannesburgo en 2002. NU invita a los Estados, la sociedad civil y los ciudadanos a “sentar las bases de un mundo de prosperidad, paz y sustentabilidad”. Dos temas constituyen el eje central de la cumbre: 1. Una economía ecológica con vistas a la sustentabilidad y la erradicación de la pobreza. 2. La creación de un marco institucional para el desarrollo sustentable.

El secretario general de NU, Ban Ki-moon, expresó su frustración por la falta de progresos sustanciales en las discusiones sobre un plan de acción a ser aprobado en la cumbre Río+20. «Estoy decepcionado con las negociaciones. No están avanzando lo suficientemente rápido», se lamentó. Las organizaciones sociales de todo el mundo que intervendrán en junio en Brasil, también expresaron su «preocupación» por los rumbos de la Conferencia.

Las organizaciones sociales expresaron: «Queremos presionar a los gobiernos a hacer frente a la crisis múltiple que vive el mundo, y nos preocupa el hecho de que el documento en debate no atiende a las expectativas. Las discusiones previas a la cumbre, no buscan cambiar los modelos de producción y consumo y mantienen inalterable la creencia en el crecimiento económico infinito, financiado por la entrega de la naturaleza al mercado financiero». Sostuvo que los gobiernos atienden los intereses de quienes contaminan y no de las personas, y acusó específicamente a Canadá y Estados Unidos de diluir sus compromisos», manifestó Fátima Mello.

Es verdad que la agricultura orgánica, es mejor que la agricultura química, pero para lograr su producción masivamente, no es imprescindible que empresas transnacionales las certifiquen y tengan su control. Los Estados soberanos no deberían perder el control de seguridad alimentaria. La economía verde es solo, mayor mercantilización y privatización de recursos naturales y los ecosistemas. Simulando su trabajo como ‘servicios’ a los mercados financieros. Promoción de nuevas tecnologías y la vasta expansión del uso de biomasa; con políticas que permitirían subsidiar con financiamiento público esos desarrollos privatizadores.

La Biodiversidad se proyecta como una mercancía multibillonario, solo para las empresas trasnacionales, aplicables a economías emergentes, como Brasil, India, China que poseen una enorme biodiversidad. En la Cátedra abierta Gestión de Aguas y Cuencas Hidrográficas realizada en el Banco Central, el Presidente Hidroven Cristóbal Francisco Ortiz dijo: “Venezuela dirá no a la mercantilización de la naturaleza en Cumbre de Rio, a la economía verde la califico como un engaño”.