Román F. Arenas (*)
La Argentina capitalista no deja de sorprender a quienes reivindican la soberanía territorial sobre las Islas Malvinas pues en cuestiones de soberanía alimentaria se entrega el control de la investigación y el desarrollo de transgénicos a empresas trasnacionales estadounidenses (el mismo día que se le pide a empresas radicadas en el país no comprar insumos provenientes de Reino Unido).
La empresa argentina Bioceres perteneciente al poderoso Grupo LosGrobo (alineado con “El Campo” durante el sabotaje del 2008 que hizo zozobrar al gobierno de Cristina y Néstor Kirchner) junto a la transnacional estadounidense Arcadia (que en su página web nunca menciona a la presidenta Argentina) conformaron un “joint venture” para comercializar en todo el mundo semillas transgénicas de soja a partir de 2015.
El instituto de investigación de la Universidad del Litoral y el CONICET argentino (centro de investigación estatal) participaron del emprendimiento privado del que esperan conseguir recursos a través de regalías derivadas de la venta de la licencia de la patente a las empresas comercializadoras. Esta es la nueva estrategia diseñada por las transnacionales de la “economía verde” para el desarrollo con inclusión social propuesto por el zigzagueante gobierno argentino, quien confía en las empresas privadas extranjeras para desarrollar el país, al mismo tiempo las subsidia y permite que importen energía y fuguen capitales a sus casas matrices.
Uno de los directores de la nacional Bioceres explicaba que las semillas de soja se comercializarán bajo la marca Verdeca y serán resistentes a la sequía y la salinidad, lo cual permitirá aumentar los rendimientos de cosecha en un promedio del 15 por ciento. Esta es la solución propuesta por los países centrales para la denominada “adaptación de los cultivos” a las nuevas condiciones climatológicas generadas por el Cambio Climático provocado por la contaminación de las empresas transnacionales.
Según el acuerdo auspiciado por el gobierno argentino, las semillas se venderán en las regiones claves del mundo, comenzando por América del Sur y del Norte, concentrando así casi el 80 por ciento del total de hectáreas de soja a nivel global. Por si quedaran dudas de la colaboración del gobierno en el negocio de las sojeras (aportando científicos locales y recursos monetarios para la investigación) la empresa Arcadia buscará expandirse a India y China. La operación de “innovación verde” se concretó con una inversión inicial de 20 millones de dólares, que podrían llegar a los 40 millones en caso de requerirlo el proyecto según lo informado por las empresas.
Eric Rey, CEO de la estadounidense Arcadia, destacó que “las ganancias de la empresa estadounidense y el Grupo LosGrobo podría ascender a unos 4.500 millones de dólares anuales tras la inserción del transgénico en Argentina y unos 14 mil en el continente”.
Rey afirmó que la creación de esta semilla de soja de alto rendimiento «es una innovación, ya que es la primera en el mercado» y consideró que «es sumamente importante la interacción con el Gobierno detrás de esta iniciativa privada». Asimismo, aseguró que esta tecnología tiene un incremento de valor por hectárea cercano a los 200 dólares.
Durante 2011 se cultivaron en el mundo 160 millones de hectáreas (en comparación con las 148 millones de 2010) en 29 países, entre los que se encuentran 19 países en vías de desarrollo y 10 países industrializados. Tal diseminación de transgénicos representa un incremento de 94 veces el área sembrada desde 1996.
Según el informe de ISAAA (International Service for the Acquisition of Agri-Biotech Apliccations), Argentina con unos 17 millones de hectáreas continúa siendo uno de los principales productores de cultivos transgénicos (luego de EEUU con 69 millones y Brasil con 30,3 millones de hectáreas en 2011) lo que representa el 14,8% del área global cultivada con transgénicos y un aumento del 3,5% con respecto al año anterior.
En la campaña 2011/2012 se continuará sembrando maíz transgénico (estimada en un 86% del maíz total) y algodón transgénico (casi el 99% del total), con un aumento en ambos casos de la superficie sembrada con eventos acumulados (resistencia a insectos y tolerancia a herbicida glifosato) y el 100% del total de soja.
En cuanto a las aprobaciones regulatorias, Argentina autorizó en 2011 la siembra comercial de tres maíces (MIR162, Bt11 X GA21 X MIR162, DP-098140-6) y dos sojas (A2704-12, A5547-127), completando la lista transgénicos de 3 eventos de soja, 16 de maíz y 3 de algodón aprobados hasta el momento.
Argentina es hoy un verdadero granero transgénico mundial al servicio de la economía verde
(*) Ingeniero Agrónomo UBA