La Razón, Bolivia


Bolivia, 6 de junio de 2011.- Además de la soya, el Gobierno anunció que se ampliará el uso de transgénicos a otros cultivos (excepto la papa, quinua) con el propósito de incrementar la producción. El fin es garantizar el abastecimiento interno y destinar los excedentes a la exportación.

Así lo hizo conocer ayer el ministro de Autonomías, Carlos Romero Bonifaz, quien realizó una amplia exposición —en el programa El Pueblo es Noticia, de la estatal red Patria Nueva— sobre los alcances del proyecto de Ley de la Revolución Productiva, Comunitaria y Agropecuaria.

Actualmente, la mayor parte de los productores del departamento de Santa Cruz hacen uso de la biotecnología para obtener mejores rendimientos de la soya.

Según información extractada de la página web del Comité de Semillas Santa Cruz, en Bolivia sólo se ha autorizado la soya resistente al herbicida glifosato. Indica que el año pasado 780.000 hectáreas (88% de la superficie cultivada en Santa Cruz) fueron sembradas con soya transgénica.

Los países lideres a nivel mundial en la producción de cultivos biotecnológicos son China, India, Brasil, Argentina y Sudáfrica.
Al respecto, el Ministro de Autonomías señaló que actualmente los transgénicos regulan el comportamiento del mercado internacional. En este momento, dijo, Brasil, Argentina y Paraguay tienen una “producción transgénica impresionante”, lo que les permite copar mercados externos.

Además de que en Bolivia no se hace un uso más extendido de los cultivos agrobiotecnológicos, los productores tropiezan con otros problemas como el excesivo precio de los fertilizantes.

“Se está cultivando en más extensión de tierra, pero los rendimientos están bajando y eso porque no estamos aplicando adecuadamente fertilizantes o insumos”, explicó Romero.

TRANSGÉNICOS. Dijo que si bien la ley dará prioridad a la producción orgánica de alimentos, el Gobierno es consciente de que “no es suficiente para garantizar el abastecimiento interno y destinar los excedentes a la exportación”.

Agregó que un “comité de bioseguridad” decidirá si un alimento o un producto genéticamente modificado contará con la autorización o será prohibido si puede afectar la salud de la población, la tierra o el medio ambiente.

“Si un producto genéticamente modificado afecta” estas tres variables “será prohibido y no se autorizará su ingreso. Si no afecta y coadyuva a incrementar los volúmenes de producción, (se) lo autorizará bajo determinados límites”.

Bolivia sólo aprovecha el 15% de suelos

De 18 millones de hectáreas con vocación productiva, Bolivia sólo utiliza el 15% (2,7 millones). “Ahora tenemos que dar unos pasos audaces para incrementar nuestros volúmenes de producción”, afirmó el Ministro de Autonomías.