Patria Grande / Agencias

 

Ernestina Herrera de Noble pensó que la dictadura sería eterna. De allí, sus fotos en cocteles con Jorge Videla, que hoy llenan de estupor al mundo. Por aquello de dime con quien andas y te diré quién eres, podríamos concluir que Herrera de Noble era una oligarca más al servicio del cruel dictador pero ahora, está sometida a juicio por el robo de bebés.

La sala II de la Cámara Nacional de Casación Penal confirmó la orden de extracción “con o sin consentimiento” de muestras de sangre, saliva o cabello “pertenecientes indubitativamente” a los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble. Sin embargo, limitó la comparación de los perfiles de ADN con las muestras almacenadas en el Banco Nacional de Datos Genéticos de familiares de personas detenidas o desaparecidas hasta el 13 de mayo de 1976 en el caso de Marcela, y hasta el 7 de julio de 1976 en el caso de Felipe, en base a las fechas del documento de adopción presentado por la dueña del grupo Clarín.

 

De esta manera, la Cámara Nacional de Casación Penal rechazó el recurso de casación formulado por los letrados apoderados de los hermanos Noble Herrera contra la decisión de la Sala II de la Cámara Federal de Apelaciones de San Martín, que confirmó la decisión de la jueza de primera instancia Sandra Arroyo Salgado en cuanto dispuso hacer lugar a la medida de prueba solicitada por la querella Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, disponiendo la extracción directa.

En la puerta de tribunales, Estela Carlotto, presidenta de Abuelas, lamentó que el fallo haya sido “una de cal y una de arena. Es jugar con mujeres muy viejas. De todos modos, insisto en lo bueno de haber obligado a la extracción de sangre o ADN”.

En este caso, que se encamina hacia la Corte Suprema, la justicia pretende establecer si Marcela y Felipe Noble Herrera, adoptados por Ernestina Herrera de Noble, son hijos de desaparecidas que dieron a luz en cautiverio durante la dictadura.

La prueba genética permitiría determinar el origen familiar de los hijos adoptivos.

Unos 500 bebés, hijos de desaparecidos, fueron robados y apropiados durante la dictadura, según las Abuelas, cuya labor ha permitido encontrar a 103 de ellos que recuperaron su identidad.