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El ministro holandés de Economía, Jan Kees de Jager, fue muy duro respecto a la ayuda de su país para que Grecia evite el colapso económico: “No les obligaremos a vender la Acrópolis”, aunque sí “todo lo que puedan privatizar”, comentó.

En declaraciones que hoy recoge el periódico holandés “Algemeen Dagblad”, De Jager insistió en que Holanda no dará “ni un céntimo de euro más” a un eventual segundo rescate para Grecia, si Atenas no emprende un masivo programa de privatizaciones y se aprieta más el cinturón con un duro programa de ajustes.

Si Grecia no lo hace, “puede despedirse” de la ayuda de Holanda, uno de los principales contribuyentes netos a las arcas de la Unión Europea (UE), dijo De Jager.

Según el periódico, los planteamientos radicales de La Haya “cuentan con el apoyo de Alemania e Italia”,

“Me imagino que a los griegos esto que digo no les gustará nada, pero me da igual”, comentó el holandés sin tapujos.

De Jager exige a Atenas que lo “venda todo”: aeropuertos, autopistas, derechos de peaje en carreteras y empresas de energía, entre otras.

“Entiendo que todo esto es sensible, pero se trata de vender empresas, no la Acrópolis de Atenas”, matizó.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, comentó hoy que a juicio del ejecutivo de Bruselas una posible reestructuración de la deuda de Grecia no sustituye a la realización de nuevos y “dolorosos” ajustes.

“Permítanme que sea muy claro: la reestructuración de la deuda nunca podría ser una alternativa a los dolorosos ajustes que deben aplicarse”, comentó Barroso en una alocución en el Foro Económico de Bruselas, que reúne a expertos en la materia de Europa y del resto del mundo.

Ayer, el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, admitió que es más que probable que se produza una “reestructuración suave” de la deuda de Grecia, aunque evitó hablar en concreto de “segundo rescate” a ese país europeo.

“Grecia debe privatizar rápidamente activos por valor de 50.000 millones de euros para que su deuda pública a medio y largo plazo sea sostenible, porque en estos momentos es insostenible”, comentó Juncker al término de un Consejo de Ministros de Economía de la UE en Bruselas.

Los ministros de Economía de la Unión Europea (UE) exigieron a Grecia que acometa un amplio programa de privatizaciones empresariales y que emprenda nuevos y amargos esfuerzos de austeridad a cambio de recibir nuevas inyecciones de ayuda del bloque comunitario para evitar el colapso.

Y es que los países de la UE y la Comisión Europea están decididos a no aflojar las tuercas con las cuales presionan a Grecia a cambio de una nueva inyección financiera, de entre 30.000 y 60.000 millones de euros, para evitar el hundimiento del país. Todo porque Atenas no está haciendo -con la suficiente celeridad- sus deberes en materia de ajuste.

A pesar del paquete de ayuda por valor de 110.000 millones de euros que la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) concedieron en mayo del año pasado a Grecia, Atenas no ha logrado disipar, incluido un duro programa de ajuste, los temores a una suspensión de pagos.

(Con información de DPA)