Podemos pensar, los que nos hemos enterado un poquito más de la vida colombiana, que sus pobladores, la gente de las comunidades, tienen algunas idiosincrasias parecidas a las nuestras, talvez referidas a las condiciones geográficas, los climas y las topográficas, donde el andino es el que a simple conocimiento vemos casi como nosotros, sin embargo el llanero tiene las mismas costumbres, canta la misma música. Y así con los costeños, los pescadores. Así como que esos pobladores viven las mismas angustias.
Ni se diga lo que ocurre con los desastres naturales, seguro que por la alteración de los factores climáticos, muy a lo HAARP gringo. Debería ahondarse en una profunda investigación por parte de organismos competentes, y sobre todo los no comprometidos con Estados Unidos de Norteamérica, ni con las potencias industrializadas, muy al estilo, porqué no, de la CIA, la KGB, etc., para desenmarañar y desenmascarar a los asesinos ambientales y crear, porque sabemos que no existe, un tribunal mundial ambientalista independiente que los juzgue y los condene. Estoy pasado de idealista, ¿no?, pido que me excusen por pendejo. Ahora bien, cuando mencionaba lo de la “hermana República de Colombia”, me permito sugerir que si por lo menos no eliminamos esa concepción discursiva, extenderlo a las verdaderas hermanas y mencionar, permanentemente, hermana Republica de Ecuador, hermana República de Bolivia, de Nicaragua, de Argentina, de Uruguay, Brasil, la hermana mayor, etc. Aunque hay que reconocer que a veces al Canciller Maduro se le escucha nombrar a la hermana República de Cuba. Bien por ello.
Y esto no tiene nada que ver con los moradores populares de Colombia, hermanos todos, sino con las oligarquías que siempre la han dominado y, en consecuencia, con sus gobiernos oligárquicos por excelencia.
Casi estuvimos a punto de llamar hermana república a la Chile de Allende –pero no habíamos nacido- y vino un viento bacheletiano para la hermandad que no pasó de simple brisita. Veremos si Humala llega al poder y se deja de pendejadas complacientes y pasa a ser una república hermana, por fin.
Cuando titulo que santos nos manipula, y a Chávez, es que aun con la anuencia de Zelaya que no le queda más remedio que bajar la cabeza para entrar a Honduras, no fue, a mi entender, una postura solidaria con el vainero que se habló sobre su sacada en piyamas (nada con la vestimenta sino lo que ello implica como acción golpista) hasta hacer un frente solidario, enérgico, con Correa, con Evo, con Lula, con Kirchner, con todos, en contra de la predictadura y, luego, con la cómica dominante se consolidó con las payasadas norteamericanas. Ni tan payasadas, porque siempre se imponen.
Aunque aparezcan propagandas, inclusive nuestras revolucionarias, de que son elementos integradores necesarios, que debe volver a la ONU, generando beneplácito y aplausos de Obama-Clinton, y de Alan García, del mismo Lobo, estimo que hay negar esa posibilidad aunque Zelaya quiera volver ya sea para trabajar sus haciendas. Perderíamos la fuerza opositora que se ganó y que nunca hemos tenido como para reintegrar a la “hermana Cuba”. Sería el colmo, camaradas.
Santos logra, de esta manera, aproximarse a la aprobación de su oligárquico TLC, que en nada apoya al pueblo colombiano y es otra patada más a Venezuela y a los pasases del ALBA y a MERCOSUR, y a Unasur, aunque esté Colombia. Después, Santos, con su sonrisa incógnita (para los que creen en vainas) apoya y logra la aprobación para la extradición de Makled. Y los congresistas de USA, en el manipuleo de siempre y constante, ladran que esa situación pondrá en peligro el mencionado tratado de Libre Comercio con ellos. Manipulaciones van y vienen, por allá. Aunque son más las que vienen.
Amigos lectores le anexo un fragmento de un opinador colombiano, cuyos escritos siempre llegan a mi correo, que se expresa por sí mismo sobre Santos, Uribe y USA. Y con ello me despido por esta semana caraqueña vacía, sin tumultos.
De Darío Botero Pérez
“En la serie de calamidades que agobian la patria por culpa de quienes la traicionan -por costumbre, ambición o vileza congénita-, los genocidios, los desalojos, los desplazamientos, los falsos positivos, las chuzadas y los subsidios directos para los ricos, se unen a la desnacionalización y privatización de los grandes monopolios del Estado, algunos tan estratégicos como Telecom y las empresas de acueducto y energía. Y en USA resolvieron reconocerle inmunidad al hijo del malogrado narcotraficante don Alberto Uribe, quien murió asesinado por las FARC, durante el gobierno del todavía impune Belisario Betancur, por negarse a pagarles un cargamento. El detalle es que la inmunidad sólo cubre hechos de carácter oficial, lo cual excluye sus crímenes de lesa humanidad y muchos más, como los económicos que tienden a postrar la patria en la miseria si no somos capaces de impedir que Juan Manuel Santos los consolide, como lo desea. Santos. Éste también es un vendepatria, pero no está tan desacreditado a pesar de haber sido el ministro de Uribe que secundó su bárbara política de “seguridad democrática”, de la cual hacen parte la invasión al Ecuador y las chuzadas del DAS, tanto como los falsos positivos y las falsas desmovilizaciones con que querían demostrar victorias sobre las guerrillas, tan indispensables para lograr el “grado de inversión” que les dé suficiente tranquilidad a los inversionistas extranjeros para venir a saquear nuestras riquezas a cambio de las comisioncitas que piden los vendepatrias, tan modestos, serviles, viles y acomplejados cuando hablan con sus amos. (Lo de viles les es connatural)”