El 19 de abril de 2006 el presidente venezolano, Hugo Chávez, anunció durante una reunión efectuada en Asunción, Paraguay, la salida de su país de la CAN como consecuencia directa de los perjuicios inmediatos que le causarían los Tratados de Libre Comercio (TLC) firmados por Colombia y Perú con Estados Unidos.
Para Chávez, la firma de esos convenios precipitó la caída de la CAN, organismo que consideró herido de muerte desde hace años al servirle a las élites, a las transnacionales, pero no a los indios, a los negros o a los pobres. «No le sirve a nuestro pueblo y no sólo no le sirve, le afecta».
Los antecedentes de la CAN, a la que Venezuela se integró en 1973, se remontan a 1969, cuando Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú suscribieron el Pacto Andino para establecer una unión aduanera en 10 años.
A medida que se acercaba el fin comenzaron a firmarse acuerdos sustitutivos de Cooperación y Complementación Económica con las cuatro naciones andinas, con las que se fue implementando hasta hoy un nuevo marco de relaciones, económicas, productivas y comerciales.
El canciller venezolano, Nicolás Maduro, subrayó que con Bolivia y Ecuador se suscribieron textos que recogen los principios de solidaridad y complementariedad productiva y comercial de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
En el caso de Ecuador, se optó por canalizar la mayor parte del comercio bilateral con el uso del Sistema Único de Compensación Regional (SUCRE), moneda virtual de intercambio llamada a superar la dependencia del dólar.
También se sentaron las bases de complementariedad económica con Perú y Colombia, y con esta última nación se alcanzaron en fecha reciente 16 convenios en materia de lucha contra el narcotráfico, salud, turismo, energía, industria, agricultura y desarrollo fronterizo.
Ahora Venezuela está a la espera de integrarse al Mercado Común del Sur (Mercosur), conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
En opinión del ministro de Relaciones Exteriores venezolano se trata de ir buscando un marco sólido y de nuevo tipo para la construcción de relaciones beneficiosas mutuas en el contexto de la integración suramericana.
En julio de 2006 Venezuela entra al Mercosur, pero sigue pendiente la aprobación del Senado de Paraguay, en el que diputados opositores condicionaron la entrada del país y obligaron al gobierno a retirar la solicitud de ingreso.
El presidente venezolano se pronunció por la creación de un mecanismo de integración que en realidad le sirva a los pueblos, establezca la apertura económica hacía adentro y afuera y permita integrar los mercados por medio de instituciones y políticas comunes.
Para el presidente del Grupo venezolano al Parlamento Latinoamericano, Rodrigo Cabezas, la incorporación al Mercosur permitirá la creación del mercado común más poderoso de América Latina, con 78 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y casi el 65 por ciento de la población.
Cabezas destacó que además de lograr acuerdos más robustos desde el punto de vista comercial, social y de cooperación política, se abre la posibilidad de acceder a productos y bienes mucho más económicos, que mejorarían los niveles de vida de nuestros pueblos.
Enfatizó que se aspira a una América Latina con una estructura financiera autónoma que permita utilizar los recursos propios para financiar el desarrollo y luchar contra las asimetrías. A pesar de la reticencia de sectores de la oposición, el ingreso de Venezuela al Mercosur y la salida de la Comunidad Andina de Naciones permitirán una nueva correlación económica y comercial que apunta hacia un mayor desarrollo regional.