Carlos Jonas Martínez

Panorama Alternativo


La Universidad Federal de la Integración Latinoamericana (UNILA) aceptó la solicitud del profesor argentino Eduardo Jorge Vior, quien solicitó su separación temporaria para “defenderse” en la justicia argentina de acusaciones de colaboración con el régimen militar de este país. La Universidad tomó esta medida ante los reclamos de profesores y la comunidad de estudiantes quienes exigieron explicaciones por la presencia del colaboracionista quien ya fue llevado a juicio académico en su propio país[1].

La resolución tomada por el rector Pro Témpore, Helgio Trindade, fue publicada el viernes 15 de abril en el portal de la UNILA y está generando un profundo debate sobre los valores éticos y morales de los docentes que trabajan en las universidades públicas y han tenido un pasado comprometido con medios de propaganda de gobiernos dictatoriales.

El profesor en Sociología y Ciencia Política que ha sido investigador y ha realizado seminarios sobre “Migraciones y Derechos Humanos” – se desempeño entre 1978 hasta 1980 en el tenebroso periódico “Convicción”, editado en Buenos Aires por la Marina argentina, escribiendo en la sección Asuntos Internacionales, para ser luego corresponsal en Alemania hasta 1982.

Fuentes de la misma universidad ubicada en Fóz de Iguazú -que fuera inaugurada por el ex presidente de Brasil, José Inacio “Lula” da Silva- sostienen que Vior intentaría una maniobra para retornar al claustro universitario alegando no tener causas judiciales en su contra en jurisdicción argentina, pues solamente habría solicitado un alejamiento temporal de 1 (un) mes. En este breve lapso acordado con la universidad, obtendría un “certificado de reincidencia criminal” que lo eximiría de responsabilidad penal alguna, retornando así a su cargo.

El diario en el que colaboró Vior tenía una relación directa con la Marina, precisamente en el momento en que ella era quien llevaba adelante la mayor experiencia de exterminios de militantes políticos y sociales de la que se tenga memoria en la historia argentina. La supuesta diversidad de opiniones que esgrimen quienes allí colaboraron como parte del staff periodístico, tenía que ver con la necesidad del propio Massera por diferenciarse, en apariencia, del resto del aparato militar del gobierno.

Esta es la gravedad de lo que implica haber colaborado con el diario Convicción, no sólo la duración en ese trabajo, la cantidad de artículos o la calidad de los mismos; sino el rol que jugó cada quien en ese momento y la actitud frente a la dictadura: Vior fue contratado para lavar la imagen de Massera en el exterior.


Antecedentes de Juicio Académico


En enero de 2010 le fue iniciada una solicitud de Juicio Académico en la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) al denunciarse sus actividades de colaboracionismo. Los solicitantes de la carta presentada al Vice rector Martínez, entre los que se encontraban el profesor Juan Pablo Bohoslavsky[2] solicitan además que se investigue si el docente incurrió en los delitos de sedición y de apología del crimen, y expresaron que «lo que Eduardo Vior hizo durante la dictadura y cómo hoy él mismo lo intenta legitimar con argumentos históricos y políticos, son contradictorios con los valores que una Universidad Nacional debe promover: la democracia y los derechos humanos son valores supremos».

Recordaron que el diario Convicción «utilizó trabajo esclavo de la ESMA, lugar donde se han cometido las peores atrocidades durante la dictadura.»

Sin embargo, el enjuiciado académico (quien abandonó la universidad durante el juicio) afirmó no ver contradicción entre sus actividades como redactor de Convicción y su desarrollo académico en derechos humanos: «no veo contradicción, porque no hice ningún tipo de apología del autoritarismo o de la dictadura. Incluso mi tarea posterior siempre fue desde una perspectiva intercultural, anticolonial y, aun cuando varios tengan orígenes autoritarios, los movimientos anticoloniales siempre han tenido una lucha por la dignidad y los derechos humanos», afirmó tras la acusación.

Sus colegas de la UNRN se preguntaban «aun en el caso que fuera razonable el argumento de que escribió para la dictadura porque necesitaba mantener a su familia, tal como argumenta en la nota periodística, ¿por qué motivo continuó siendo columnista por dos años desde Alemania cuando ya contaba con una beca?». También consignaron que «en el descargo que presentó Vior esgrime un argumento, distinto, aun más grave que el precitado.

Sostiene que contribuyó en el diario en virtud de una decisión consciente y deliberada: colaborar con ese diario pro-genocida fue una decisión voluntaria, libre y sostenida en el tiempo».

El desplazado profesor, quien permaneció hasta 2004 en Alemania, es el primer docente de la UNILA no brasilero que ha sido nombrado por concurso. La perplejidad y el impacto de la detección de Vior, está abriendo en la universidad latinoamericana un debate sobre la necesidad de incorporar requisitos éticos en materia de derechos humanos al momento de seleccionar profesores a los cargos concursados.