Lo que el “contratista” de la embajada estadounidense no les había dicho a los policías era que la autorización para portar las armas que había recibido cuando ingresó al país había vencido el 18 de junio de 2010, y que la Argentina le había negado la extensión del permiso. El 20 de marzo de 2010, Matthew Steven Hankins entró al país con una escopeta Benelli calibre 12 y una carabina Browning calibre 325. La escopeta no fue hallada en el BMW. El otro fusil secuestrado es un Tikka T3 calibre 300 que habría sido comprado a un ciudadano argentino.
Lo nuevo es que «la embajada» habría informado a la Cancillería argentina sobre el incidente ocurrido en el ingreso del Aeropuerto de San Fernando hace nueve días., aunque la prensa argentina pudo comprobar que la comunicación oficial norteamericana no existió, a pesar que Shannon Farrell, la agregada de prensa diplomática, intentó bajar el tono al caso.
En resumen, Hankins sumaba varias irregularidades. Fuentes judiciales anticiparon que la semana próxima podría haber novedades en la causa radicada en el juzgado de Conrado Bergesio por la violación del artículo 189 bis del Código Penal, que prohíbe la posesión, el uso y el transporte de armas, municiones y explosivos sin el permiso correspondiente y la documentación que acredite la titularidad. El precio de este fusil usado ronda los 2500 dólares.