Tras cinco meses de ires y venires, la administración de Barack Obama radicó un documento ante una Corte del Distrito de Columbia en la que se adelanta un proceso contra la multinacional Drummond que requería el testimonio del mandatario ex mandatario colombiano.
Los demandantes, que representan a familiares de víctimas asesinadas en Colombia por paramilitares, querían el testimonio de Uribe pues creen que su gobierno hizo alianzas con paramilitares que asesinaron a trabajadores de la empresa.
«Estado Unidos sugiere que el ex presidente Uribe goza de inmunidad de la jurisdicción de esta Corte en cuanto a que los demandantes buscan obtener información 1: que esté relacionada con actos que se cometieron en su capacidad oficial de miembro de gobierno y 2: Obtenida en su capacidad de miembro de gobierno», dice el documento.
Dicho eso, EEUU aclara que si los demandantes lo que buscan es información relacionada «con actos cometidos o información que Uribe obtuvo mientras no prestaba servicio como miembro de gobierno o a actos cometidos o información obtenida mientras estaba en el poder pero no pertinente a su capacidad oficial de miembro de gobierno, el departamento de Estado no sugiere que goza de inmunidad».
El documento luego añade que «en interés del caso, Estados Unidos pide respetuosamente a la Corte que le pida a los acusadores que agoten todos los medios razonables para obtener la información que buscaban de Uribe antes que ordenarle a testificar sobre cosas frente a las que no tendría inmunidad».
Es decir, antes de poder forzar un testimonio del ex presidente, los peticionarios tendrían que demostrar que buscaron la misma información en otros frentes.
La recomendación de EEUU pasará ahora el juez, que es quien tiene la última palabra. Pero es importante por varias razones.
La primera es que al reconocer la inmunidad del ex presidente, -si la Corte la acoge-, este quedaría «blindado» frente a cualquier proceso que se quiera adelantar en su contra en un corte de EEUU, eso, siempre y cuando, se refiera a sus años como gobernante.
Lo otro claro es que Uribe podría ser llamado a testificar o incluso ser acusado, por casos que no estén bajo el paraguas de su gobierno.