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La agitación en Libia -la primera protesta grande que sacude un país de la OPEP- tiene a la industria petrolera en alerta y generó un aumento en los precios del combustible, junto con el temor de que sea necesario acudir a las reservas de emergencia, que no se tocan desde hace dos décadas.

Está claro que Muammar Gaddafi necesita de la exportación del petróleo para que el país subsista. Sin embargo, el líder libio amenazó con cortar el suministro a Europa y al resto del mundo si continúan las presiones internacionales para que ponga fin a la brutal represión contra la oposición.

A medida que recrudecen las protestas, otro interrogante se plantea. Los manifestantes y soldados rebeldes tomaron el este del país, en particular las ciudades de Benghazi, Cerenaica y Tobruk, estas dos últimas, ricas en petróleo. Ahora Gaddafi no sólo está perdiendo el control de su territorio, sino también el de su principal arma política para negociar con Occidente: el acceso al hidrocarburo en estas ciudades ya no le pertenece. ¿Y si la oposición llega a Trípoli, donde se encuentra atrincherado el coronel?

Además de Libia, la industria petrolífera sigue de cerca las protestas en Argelia, Bahrein e Irán, el segundo exportador de crudo más grande de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), detrás de Arabia Saudita.

«La inquietud del mercado va más allá de Libia», expresó Víctor Shum, analista de Purvin & Gertz en Singapur. «Es poco probable que haya un impacto grande en el suministro de petróleo de Medio Oriente o del norte de África, pero el creciente malestar ha generado ansiedad».

Para la industria petrolífera, Libia es más importante que Egipto y que Túnez, países donde se produjeron los primeros brotes de malestar generalizado en el mundo árabe. Bahrein tampoco es un exportador importante. Sin embargo, su sistema se parece al de Arabia Saudita, donde se encuentran las reservas de crudo convencional más grandes del mundo.

Libia extrae 1,6 millones de barriles diarios y exporta 1,1 millones, lo que la ubica 17ma en la lista de países productores del combustible. Tiene las reservas comprobadas más grandes de África. Si sus exportaciones se ven afectadas, ello podría generar un aumento en los precios del petróleo a nivel mundial.

TEMOR A LAS REVUELTAS EN ARABIA SAUDITA

Lo que más preocupa al mercado es que la potencial inestabilidad se expanda a otras naciones de la OPEP, especialmente Arabia Saudita y Kuwait. «El gran temor del mercado es Arabia Saudita», afirmó el analista Edward Meir, de MF Global en Nueva York. Hay quienes ya están contemplando la posibilidad de que sea necesario acudir a las reservas si la producción se ve afectada.

David Fyfe, director de la división de mercados e industria petrolera de la Agencia Internacional de Energía, afirmó que los miembros de esa agencia -naciones industriales grandes como Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña y Alemania- tienen una reserva de 1.600 millones de barriles, equivalente al consumo de Estados Unidos en seis meses.

El empleo de las reservas para estabilizar el mercado «es un último recurso, pero (esas reservas) existen y se han usado en el pasado cuando mermó el suministro», indicó Fyfe. El analista de J.P. Morgan Lawrence Eagles dijo en una carta a los inversionistas que la historia señala que la agitación política no necesariamente afecta el flujo de petróleo. «Todos los países productores de petróleo necesitan los ingresos generados por esa producción», destacó.

LA OPEP SÓLO ACTUARÁ SI SE CORTA EL SUMINISTRO

El ministro argelino de Energía y Minas, Yucef Yusfi, aseguró que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) sólo actuará para tranquilizar a los mercados en caso de perturbaciones en el suministro.

«No creo que haya una perturbación importante (del mercado) a causa de lo que pasa en Libia», sostuvo el ministro en una conferencia de prensa durante una visita a Illizi, en el suroeste del país, no muy lejos de la frontera con Libia. «Pero si hay una perturbación real y comprobable, la OPEP tomará las decisiones necesarias para mantener la seguridad del mercado», añadió.

«La preocupación va más allá de Libia, que es un productor relativamente modesto y afecta sobre todo a los productores más grandes, que podrían quedar afectados por la ola de revueltas», estima por su parte Victor Shum, una analista de la firma Purvin and Gertz de Singapur.

Libia, miembro de la OPEP, es uno de los cuatro principales productores de África y un importante proveedor de crudo a los europeos.

EL AUMENTO DEL PRECIO, UNA «AMENAZA GRAVE»

La subida actual del precio del petróleo, provocada por las revueltas que sacuden a Medio Oriente y el norte de África, constituye una «amenaza grave» para el crecimiento económico en el mundo, estimó el primer ministro ruso, Vladimir Putin.

Además, Putin indicó que Rusia no desea una subida así del precio del crudo, y reconoció que la economía rusa «será afectada» como las otras. No «hay que dejar aumentar los precios de una manera tan brutal», agregó.

Los precios del petróleo podrían seguir subiendo y las bolsas registrar nuevas caídas, debido al temor provocado en los mercados por la insurrección libia y su posible contagio a otros países árabes. El barril de Brent del mar del Norte para entrega en abril se acercó a los 120 dólares ayer por la mañana en el InterContinental Exchange (ICE) de Londres, un máximo desde septiembre de 2008.

La petrolera italiana ENI redujo su producción en más de la mitad, a 120.000 barriles, al igual que Repsol, que ya sólo produce 160.000 barriles, según su presidente Antonio Brufau. Además, «no está claro si alguna exportación de crudo está saliendo de Libia», señaló David Hufton, analista de PVM Oil Associates.

Un poco de historia… petrolera

Libia, en donde una revuelta pone en jaque al gobierno de Gaddafi, es un país que históricamente está en el cruce del Magreb y del Mashrek, el occidente y el oriente árabe, marcado por las tradiciones tribales y que, gracias al petróleo, ingresó a la edad moderna en el siglo XX.

Libia, que tiene una población de 6,3 millones de habitantes concentrada en las costas del Mediterráneo, de los cuales 1,5 millones son inmigrantes en su mayoría africanos, obtiene sus recursos por las riquezas del subsuelo que albergan abundantes hidrocarburos, principalmente en el este del país.

Hasta mediados del siglo XX, el país vivía de la agricultura y dependía de los caprichos del clima. Libia, país pobre, subsistía gracias a la ayuda internacional.

El descubrimiento en junio de 1959 por geólogos del gigante estadounidense Esso (hoy Exxon) de un yacimiento petrolífero en Zaltán, en el oeste del país, cambió la situación. Ya con la República proclamada, el coronel Gaddafi ordenó la nacionalización de los yacimientos pero el país siguió dependiendo de los técnicos de las empresas internacionales para la explotación del oro negro.

Libia, miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), es uno de los principales productores en África con 1,8 millones de barriles por día. Sus reservas están evaluadas en 42.000 millones de barriles. El petróleo representa más del 95% de las exportaciones y 75% del presupuesto del Estado.

El país, que inició desde que se levantó el embargo en 2003 una serie de reformas para liberalizar la economía, registró un crecimiento de 10,3% en 2010. Estos últimos años acordó contratos de equipamiento a numerosas empresas multinacionales.