Luis Manuel González


Al analizar los efectos traumáticos y terribles de los ajustes y reestructuraciones capitalistas a los largo del tiempo, no queda más que preguntarse ¿Quién o qué ha convencido a la sociedad de cometer suicidio en masa? La respuesta se encuentra ante los ojos de todo el mundo, la mass media, es decir, los grandes medios de comunicación masivos.

Estas maquinarias informativas, son las accionantes de lo que una vez el escritor norteamericano  H.G. Wells denominó “el cerebro del mundo” y hoy se conoce como la sociedad de la información, la cual utiliza las más diversas estrategias para llevar a la población el mensaje que desean las grandes centros mundiales hegemónicos y éste debe ser lo suficientemente atractiva para que no exista duda sobre su veracidad.

Dentro de las diferentes maniobras utilizadas para persuadir a las multitudes, está la denominada industria del entretenimiento, la cual está constituida por disímiles formatos de distracción como el cine, la televisión, internet, la radio y los medios impresos, todas estas repotenciadas con las tecnologías de información y comunicación. Dentro de cada uno de estos géneros, no solo el informativo o el de opinión llevan la batuta, pues existen otras formas más creativas y convincentes de hacer el trabajo, como los canales por cables especializados en temas claves como historia, tecnología, frivolidades o simplemente comedias y programas infantiles, para convencer a un colectivo o público cautivo de cuál es el mejor estilo de vida, hasta ahora el American way of life sigue siendo el preferido.

Esta estrategia de crear shows, que ha simple vistas parecen neutrales o imparciales, contienen en sus guiones mensajes, subliminales o no, en contra o a favor de un sistema económico o político en particular. Toda esta maquinara perfectamente engrana, contextualiza un ambiente ideal para justificar la implementación de paquetazos económicos salvadores de modelos económicos anteriores y favorecer a los grandes inversionistas capitalistas dueños de los medios de producción, siendo estos mismos las que indujeron al endeudamiento anterior.

Sí algo quedó claro luego de los últimos acontecimientos en USA y Europa con la crisis del capitalismo mundial, es que los paquetazos no son sólo para los países latinoamericanos o africanos, sino también para los más pobres y vulnerables dentro de su propio entorno, como España, Irlanda y Grecia, claro está, las consecuencias las sufren la clase trabajadora, al gran capital ni con pétalo de una rosa.

lumgonzalez@gmail.com