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El gobierno argentino pondrá en marcha mañana el Instituto Nacional de Medicina Tropical (INMET), que funcionará en la zona de la triple frontera, en la ciudad misionera de Puerto Iguazú y coordinará la planificación y el desarrollo de las estrategias de prevención y control de las enfermedades que se registran en lugares con climas calurosos.
El Ministerio de Salud informó que el acto será encabezado a las 19 por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien estará acompañada por el titular de la cartera de Sanidad, Juan Manzur, en la sede de la Academia Nacional de Medicina, ubicada en Las Heras 3092, de la Ciudad de Buenos Aires.

El INMET estará a cargo del biólogo Daniel Salomón y funcionará en la zona de la triple frontera, por ser un sitio centinela en vigilancia de enfermedades subtropicales y un lugar clave de soberanía e integración sanitaria con la UNASUR y el MERCOSUR.

La ciudad de Puerto Iguazú posee un ambiente adecuado para realizar estudios sobre su impacto de salud, cambios ambientales, climáticos y sociales y cuenta con un alto tránsito de turismo internacional, con un millón de personas al año.

Manzur sostuvo que «el cambio climático que se está produciendo a nivel mundial nos obliga a redoblar los esfuerzos para hacerle frente a enfermedades que estaban olvidadas, pero que ahora tienden a reaparecer con mayor fuerza».

El ministro destacó que «es por eso que desde la Nación estamos poniendo en marcha este instituto, que nos permitirá trabajar de manera conjunta con las provincias más afectadas y con los países de la región para prevenirlas, tanto en el ámbito de la investigación como en el de la capacitación».

Las enfermedades tropicales se registran principalmente en las zonas de los trópicos, donde el clima es caluroso y húmedo y comúnmente se las llama desatendidas, porque persisten en las comunidades más pobres y marginadas.

Esas patologías trascienden las fronteras nacionales, por lo que constituyen un problema de salud pública internacional que requiere compromisos continuos, inversiones y voluntad política.

Una de esas enfermedades es el dengue que es causada por un virus transmitido a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti, que presenta en los domicilios.

En 2009 se produjo en Argentina un brote por serotipo 1 de dengue que afectó a las provincias de Buenos Aires, Catamarca, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba, Chaco, Entre Ríos, La Rioja, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán.

Esa patología no se transmite de persona a persona, ni a través de objetos, ni por vía oral, respiratoria o sexual, pero se han descripto transmisiones durante el embarazo y la vía transfusional.

Otra enfermedad tropical es el paludismo o malaria que también la transmite un mosquito y cuenta con un tratamiento médico.

Pero la que constituye un problema de salud pública para Latinoamérica es el Chagas que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 16 a 18 millones de personas están infectadas con el parásito que transmite la vinchuca, entre la frontera norte de México y la parte más austral de Argentina y Chile.

También, figuran otras patologías como el cólera, las leishmaniasis, la fiebre amarilla, la lepra y la helmintiasis transmitidas por el suelo.

En la Academia Nacional de Medicina, previamente al acto que encabezará la presidenta Fernández de Kirchner, se desarrollará un seminario del INMET que inaugurará Manzur y a las 13.30, habrá un panel en el que expondrá la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Mirta Roses, sobre las enfermedades desatendidas.

La presidenta Cristina Fernández y el ministro de Salud, Juan Manzur, anunciarán mañana la creación del Instituto Nacional de Medicina Tropical (INMeT), un organismo dependiente de la cartera sanitaria nacional que se encargará de coordinar a nivel regional la planificación y desarrollo de las estrategias de prevención y control de las enfermedades tropicales y subtropicales.
«El cambio climático que se está produciendo a nivel mundial nos obliga a redoblar los esfuerzos para hacerle frente a enfermedades que estaban olvidadas, pero que ahora tienden a reaparecer con mayor fuerza», afirmó Manzur, al tiempo que destacó que «es por eso que desde la Nación estamos poniendo en marcha este instituto, que nos permitirá trabajar de manera conjunta con las provincias más afectadas y con los países de la región para prevenirlas, tanto en el ámbito de la investigación como en el de la capacitación».

La sede del organismo se ubicará en la zona de la triple frontera, en la ciudad misionera de Puerto Iguazú, por ser un sitio centinela en vigilancia de enfermedades subtropicales y un lugar clave de soberanía e integración sanitaria con la UNASUR y el MERCOSUR. Esa localización posee un ambiente primario para estudios in situ de impacto en salud y de cambios ambientales, climáticos y sociales; tiene un alto tránsito de turismo internacional, con alrededor de 1 millón de personas al año; y cuenta con accesibilidad y hotelería para convocar a investigadores y realizar eventos nacionales e internacionales.

Alcances y funciones del INMeT

El INMeT será presentado durante sendas jornadas científico-técnicas organizadas por el Ministerio de Salud de la Nación y programadas para el miércoles y el jueves próximo en la sede de la Academia Nacional de Medicina y la Cancillería, respectivamente. Esas actividades contarán con la participación de la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Mirta Roses, y el ministro de Salud de Uruguay, Daniel Olesker, además de destacados especialistas como Paulo Buss (Fiocruz, Brasil) y Gustavo Flores Kourí (Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, Cuba) y representantes de instituciones de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela y Paraguay.

El proyecto del INMeT -creado a través de la Ley Nº 26.534- será una construcción colectiva que se propone articular las capacidades ya instaladas mediante redes y consorcios de investigación multidisciplinaria, potenciando acciones, desarrollando nuevas líneas de investigación y promoviendo recursos en áreas temáticas y geográficas prioritarias vacantes.

Así, la institución se plantea como un ámbito de articulación entre actores provinciales, nacionales y regionales especializados en la temática, principalmente la red de laboratorios provinciales, el Instituto Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud «Dr. Carlos G. Malbrán», las universidades nacionales y de la región, los organismos pares de los países limítrofes y las organizaciones no gubernamentales.

Entre las funciones específicas del nuevo organismo se destacan:


· El desarrollo de planes y acciones para prevención, diagnóstico, tratamiento y control de las enfermedades tropicales, consecuentes con las estrategias definidas por los programas nacionales dependientes del Ministerio de Salud.
· Propiciar la generación de una red de instituciones de diferentes ámbitos para favorecer las actividades de investigación y desarrollo de alcance regional.
· La actualización y difusión de la información producida por organismos nacionales, provinciales, extranjeros e internacionales con competencia en la materia, así como la que produzca el propio instituto.
· Participación en la planificación, ejecución y evaluación de acciones de intervención directa en situaciones de brotes o epidemias de las patologías pertinentes, para la prevención de la diseminación de esas enfermedades y para la organización en la atención de los casos que se hubieran detectado.
· Promoción de la capacitación de recursos humanos pertenecientes a instituciones y organismos sanitarios de la región sobre prevención, control, diagnóstico y tratamiento.
· Intercambio de información y experiencias de investigación, capacitación y control con otros organismos oficiales, instituciones privadas y centros de formación de nivel universitario y terciario, nacionales y extranjeros.
· Participación en la red de laboratorios provinciales de la región coordinados desde las diferentes subsedes del nuevo instituto.

Enfermedades tropicales y subtropicales: un problema de salud pública

Las enfermedades tropicales son las que ocurren principalmente en las zonas de los trópicos, donde el clima es caluroso y húmedo. A estas enfermedades comúnmente se las llama desatendidas, porque persisten en las comunidades más pobres y marginadas, y han sido prácticamente eliminadas en las regiones más ricas.

Estas patologías trascienden las fronteras nacionales, por lo que constituyen un problema de salud pública internacional que requiere compromisos continuos, inversiones y voluntad política.

Alrededor de mil millones de personas en el mundo están afectadas por una o más enfermedades tropicales y se calcula que más de 230 millones corresponden a la región de las Américas. En Argentina, este tipo de patologías presentan una mayor prevalencia en la zona del nordeste y noroeste, y entre ellas se cuentan el Chagas, dengue, paludismo, cólera, fiebre amarilla, leptospirosis, leishmaniasis tegumentaria, helmintiasis transmitidas por el suelo y lepra.

Para la prevención, eliminación y erradicación de las patologías tropicales es necesario abordar aspectos no sólo vinculados al acceso al tratamiento, sino al mejoramiento del medio ambiente (servicios de agua, saneamiento y vivienda), el trabajo intersectorial y la promoción de alianzas estratégicas en los sectores públicos, privados y de la sociedad civil.

Características de enfermedades tropicales

Dengue

Enfermedad causada por un virus transmitido a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti, que presenta hábitos domiciliarios.

Es un problema creciente para la salud pública mundial debido a varios factores como el cambio climático, el aumento de la población en áreas urbanas de ocurrencia rápida y desorganizada, y la proliferación de envases de plástico, entre otras.

En 2009 se produjo un brote por serotipo 1 que afectó a las provincias de Buenos Aires, Catamarca, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba, Chaco, Entre Ríos, La Rioja, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán.

Es una enfermedad que no se transmite de persona a persona, ni a través de objetos, ni por vía oral, respiratoria o sexual, pero se han descripto las transmisiones durante el embarazo y la vía transfusional.

Paludismo

La malaria es la principal causa de morbilidad y mortalidad en los países en desarrollo. Unos 2.300 millones de personas viven en áreas tropicales y subtropicales, donde se produce la transmisión del paludismo.

Los métodos tradicionales de la erradicación de la malaria y el control se basan en el uso de insecticidas de larga duración contra el mosquito vector y medicamentos para la prevención y el tratamiento de la enfermedad. A pesar de los esfuerzos importantes de investigación, actualmente no hay disponibles vacunas eficaces.

En las últimas décadas ha disminuido la eficacia de las medidas de control debido a que los mosquitos y los parásitos son cada vez más resistentes a los insecticidas de uso común y los medicamentos antipalúdicos. Como resultado, la malaria mata a más gente hoy que hace tres décadas. Las principales áreas afectadas en el mundo son África (más del 90% de los casos), el sudeste asiático, India y América del Sur.

Chagas

La enfermedad de Chagas o tripanosomiasis sudamericana constituye un problema de salud pública en la mayoría de los países latinoamericanos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 16 a 18 millones de personas están infectadas con este parásito entre la frontera norte de México y la parte más austral de Argentina y Chile.

Se han descrito tres formas de transmisión vectorial: la intradomiciliaria, la peridomiciliaria y la silvestre. La primera es la forma más frecuente de transmisión en América Latina y se produce cuando hay contacto de la piel o las mucosas de personas con las heces o la orina de insectos hematófagos infectados con el parásito Trypanosoma cruzi. El principal vector domiciliario es Triatoma infestans (vinchuca) y es el único insecto vector demostrado en esta región hasta el momento. Los reservorios más importantes que intervienen en la transmisión vectorial son el hombre, los gatos, los perros, los roedores y, en el sur peruano, el cuy o cobayo.

Cólera
El cólera es una enfermedad diarreica aguda que, si no se trata, puede causar la muerte en cuestión de horas. Se calcula que cada año se producen entre 3 y 5 millones de casos de cólera y entre 100.000 y 120.000 defunciones. Hasta el 80% de los casos puede tratarse satisfactoriamente con sales de rehidratación oral.

Las medidas eficaces de control dependen de la prevención, la preparación y la respuesta. El suministro de agua potable y el saneamiento son medidas decisivas para reducir las repercusiones del cólera y otras enfermedades transmitidas por el agua. Las vacunas anticoléricas orales se consideran un medio adicional de control, pero no deben remplazar las medidas convencionales mencionadas.

El cólera es una infección diarreica aguda causada por la ingestión de alimentos o agua contaminados con el bacilo Vibrio cholerae. El breve periodo de incubación, que fluctúa entre dos horas y cinco días, acrecienta el carácter potencialmente explosivo de los brotes epidémicos.

Aproximadamente el 75% de las personas infectadas no presenta ningún síntoma, a pesar de que el bacilo está presente en sus heces fecales de 7 a 14 días después de la infección y vuelve al medio ambiente, donde puede infectar a otras personas.

Leishmaniasis

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las leishmaniasis son un grupo de enfermedades parasitarias de distribución mundial transmitidas al ser humano por la picadura de alrededor de 30 especies de flebótomos (pequeños insectos voladores) infectados por protozoos del género Leishmania.

Se estima que ocurren cada año 2 millones de casos nuevos en todo el mundo, de los cuales 1,5 millones son de tipo cutáneo, y que el número de personas infectadas sobrepasa los 12 millones.

Sin embargo, los datos oficiales subestiman la realidad de la afección humana por estos protozoarios debido a que gran parte de los mismos se obtiene exclusivamente a partir de la detección pasiva, numerosos casos no son diagnosticados y existe un gran número de personas asintomáticas.

En América se han informado casos desde el norte de Argentina hasta el sur de Texas (Estados Unidos), con la excepción de Chile y Uruguay.

Helmintiasis transmitidas por el suelo

Las helmintiasis son enfermedades parasitarias en las que una parte del cuerpo está infestada de gusanos, como lo son las lombrices intestinales, solitarias o gusanos redondos.

Comúnmente los gusanos residen en la vía gastrointestinal, pero también se pueden encontrar en el hígado, los músculos y otros órganos.

La carga de morbilidad asociada a la esquistosomiasis y las helmintiasis transmitidas por el suelo es enorme: unos 2.000 millones de personas están afectadas en todo el mundo y de ellas 300 millones padecen alguna morbilidad asociada grave. En 1999, la OMS estimó que las esquistosomiasis y las helmintiasis transmitidas por el suelo representaban más del 40% de la carga de morbilidad debida al conjunto de las enfermedades tropicales, excluido el paludismo.

La morbilidad indirecta es particularmente importante en los niños y abarca desde malnutrición, anemia, retraso del crecimiento, irritabilidad y deterioro cognoscitivo, hasta el aumento de la susceptibilidad y otras infecciones y complicaciones agudas tales como la obstrucción intestinal por nematodos. Se estima que unos 400 millones de niños en edad escolar están infectados por esquistosomas o helmintos transmitidos por el suelo.

Las mujeres y las niñas adolescentes tienden a soportar una carga especialmente pesada de anemia ferropénica provocada por la anquilostomiasis, dado que en general su grado de infección es más elevado y son más proclives a sufrir anemia. En el caso de la esquistosomiasis, durante la edad adulta se hacen patentes secuelas crónicas irreversibles tales como la fibrosis hepática, la obstrucción de las vías urinarias y el cáncer de vescícula, que son consecuencia de la persistencia durante la infancia de altos niveles de infección.

Fiebre Amarilla

Es una enfermedad causada por un virus transmitido a través de la picadura de mosquitos hematófagos que, para poder transmitir la enfermedad, deben estar infectados previamente por el virus, un arbovirus de la familia Flaviviridae.

La fiebre amarilla es la primera de las enfermedades hemorrágicas virales reconocidas en el mundo, siendo una entidad de gran interés en salud pública por su potencial epidémico y su alta letalidad, además de ser evitable mediante vacunación y controlable por medio de acciones regulares a partir de los sistemas de vigilancia.

Se trata de una zoonosis de regiones tropicales que ha causado varias epidemias con elevada mortalidad. Los únicos continentes donde ocurre en forma endémica son África y América del Sur, lugares donde ocasiona hasta 200.000 casos anualmente.

Según la OPS, todos los casos notificados en la región desde los años 40 han sido de la forma selvática de la fiebre amarilla, transmitida por los mosquitos del género Haemagogus. Sin embargo, con la abrumadora propagación del mosquito Aedes aegypti en la región, resurge el peligro de que se reinicie la transmisión de la fiebre amarilla urbana.

Leptospirosis

Es una enfermedad febril transmitida por la Leptospira interrogans, una bacteria que afecta a humanos y un amplio rango de animales, incluyendo mamíferos, aves, anfibios y reptiles.

Es una zoonosis distribuida en todo el mundo. Se presenta con más frecuencia en los países de clima subtropical o tropical húmedo, a menudo estacionalmente y vinculada a ciertas ocupaciones, a veces en forma de brotes. Una gran variedad de animales salvajes y domésticos pueden ser fuentes de infección de una de las muchas serovariedades de Leptospira.

La infección se transmite a los seres humanos por contacto directo con la orina de animales infectados o un ambiente contaminado por orina, principalmente aguas superficiales, suelo y plantas en contacto directo con lesiones en la piel, ojos o por las mucosas.

El curso de la enfermedad en los seres humanos varía de leve a letal. La leptospirosis probablemente se pase por alto y es subnotificada en muchos países debido al diagnóstico clínico difícil y la falta de laboratorios de diagnóstico. La vigilancia proporciona la base para las estrategias de intervención en la salud pública humana y veterinaria.

Lepra

Enfermedad crónica causada por el bacilo Mycobacterium leprae. El periodo de incubación es de unos cinco años y los síntomas pueden tardar hasta 20 años en aparecer.

La lepra no es muy infecciosa. Se transmite por gotículas nasales y orales cuando hay un contacto estrecho y frecuente con casos no tratados. Si no se trata, puede causar lesiones progresivas y permanentes en la piel, los nervios, las extremidades y los ojos. El diagnóstico precoz y el tratamiento multimedicamentoso siguen siendo los elementos fundamentales para lograr que la enfermedad deje de ser un problema de salud pública.

Actualmente, el diagnóstico y el tratamiento de la lepra no son complicados y la mayoría de los países endémicos se esfuerzan por integrar los servicios de atención a esta enfermedad en los servicios de salud generales existentes. Esto es especialmente importante para las comunidades insuficientemente atendidas y marginadas con más riesgos de sufrir esta enfermedad, habitualmente los más pobres entre los pobres.

Esquistosomiasis

Es una enfermedad parasitaria crónica causada por duelas sanguíneas (trematodos) del género Schistosoma. En el mundo hay más de 207 millones de personas infectadas y se calcula que hay 700 millones en riesgo de contraer la enfermedad en 74 países endémicos.

Las personas se infectan cuando las formas larvarias del parásito, liberadas por caracoles de agua dulce, penetran en la piel durante el contacto con aguas infestadas.

En el interior del organismo, las larvas se convierten en esquistosomas adultos, que viven en los vasos sanguíneos, donde las hembras ponen sus huevos. Algunos de esos huevos salen del organismo con las heces o la orina y continúan el ciclo vital del parásito. Otros quedan atrapados en los tejidos corporales, donde causan una reacción inmunitaria y un daño progresivo de los órganos.

La esquistosomiasis es prevalente en las regiones tropicales y subtropicales, especialmente en las comunidades pobres sin acceso a agua potable ni a saneamiento adecuado. De los 207 millones de personas con esquistosomiasis, el 85% vive en África.

Hay dos formas principales de esquistosomiasis (intestinal y urogenital), causadas por las cinco grandes especies de duelas sanguíneas.