La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) detectó ayer un nuevo caso de trabajo esclavo en un establecimiento rural de Córdoba, donde 140 personas realizaban tareas de desflore de maíz en condiciones infrahumanas.
Los empleados rurales fueron contratados por la empresa de servicios eventuales Adecco Specialities SA, para Pioneer Argentina SRL, propiedad de la multinacional de origen estadounidense DuPont. A partir del descubrimiento de esta situación, la AFIP presentará hoy una denuncia por trata de personas y reducción a la servidumbre en el Ministerio de Trabajo de Córdoba y en sede judicial.
Los trabajadores, en su mayoría provenientes de Santiago del Estero, se alojaban en mínimas cabañas construidas con chapa, no disponían de luz eléctrica, tomaban la misma agua que se utiliza para el riego de los campos y se veían obligados a usar baños sin puertas.
Funcionarios de la AFIP, acompañados por Gendarmería Nacional, ratificaron esta situación ayer al mediodía en el establecimiento agropecuario El Espinillo, ubicado en el Paraje Monte del Rosario de la provincia de Córdoba, cuando cumplían con la orden de allanamiento dispuesta por el Juzgado Federal Nº 3.
El director general de los Recursos de la Seguridad Social de la AFIP, Carlos Sánchez, explicó a Tiempo Argentino que previamente a la inspección se realizó un trabajo de investigación del caso y se informó al Ministerio de Trabajo de Córdoba y al juzgado para que se libre la orden de allanar.
“La etapa de relevamiento es la última y por ende la más difícil de todo el proceso. Hay que actuar con cautela porque cualquier filtración puede devenir en el levantamiento del campamento”, puntualizó Sánchez.
Después de recorrer 40 kilómetros a campo traviesa, el personal de la AFIP sorprendió a los trabajadores cuando se encontraban en el horario del almuerzo.
“Si el trabajo es prestado en condiciones infrahumanas, como las que detectamos en este campo, estamos hablando de esclavitud, y en el siglo XXI no podemos permitir que ocurra”, definió el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, para referirse a la situación con la que se encontraron los funcionarios al arribar al complejo.
Sánchez informó que se relevó a 158 personas, de las cuales 140 realizan tareas de desflore de maíz y 18 tareas vinculadas al mantenimiento de los cultivos y preparación de la tierra. Los trabajadores en situación de esclavitud no estaban contratados directamente por Pioneer Argentina SRL, la empresa de la multinacional DuPont que requería sus tareas, sino que eran tercerizados a través de la empresa de servicios eventuales Adecco Specialities SA.
Los empleados rurales describieron al personal de la AFIP sus tareas y las condiciones infrahumanas a las que se eran sometidos todos los días. Uno de los ejemplos de la precariedad de la situación es la alimentación que recibían quienes trabajan en el lugar. El contratista les proveía una sola vez al día la mercadería con la que preparaban su comida y en las cenas sólo contaban con sobras del almuerzo, que en muchos casos eran simplemente huesos de la carne consumida.
Además, los empleados no tenían luz eléctrica y habitaban cabañas de aproximadamente 2,20 metros de altura por 1,50 metros de ancho, construidas sobre la tierra con chapas y sin ningún tipo de aislante térmico, ni protección contra alimañas e insectos.
En el interior, a cada lado de la puerta de acceso, disponían de tres cuchetas. La primera de ellas a 30 centímetros del piso de tierra y separadas por unos 40 centímetros de altura de la que le sigue hacia arriba, por lo que la última quedaba a 40 centímetros del techo. En algunos casos se observó que los trabajadores colocaban pasto sobre las chapas para disminuir el efecto de los rayos solares.
El agua que se les proveía para consumo se extraía de los mismos pozos usados para el riesgo de los campos y se disponía en tanques de PVC que estaban sobre la tierra y expuestos al sol durante todo el día.
La precariedad se profundiza con el estado de los baños. Las construcciones encontradas tienen tres lados, carecen de puertas y presentan un pozo adonde van a parar las evacuaciones. En el campamento existe un espacio de duchas cerrado en los cuatros lados, pero los trabajadores aseguraron que nunca tiene agua.
La AFIP verificó la existencia de cinco campamentos repartidos en todo el predio con las mismas características descriptas, pero sólo en tres se encontraron empleados.
La remuneración que percibían los trabajadores rurales por los servicios prestados es pagada al finalizar todo el trabajo y asciende a los $ 97 diarios. Sin embargo, en el sueldo final se registran “descuentos por el desperdicio por daño a cada planta tratada”, daño que ningún empleado sabe cómo es medido. Por esta razón no pueden asegurar cuál es el monto final.
Carlos Sánchez especificó que el predio presentaba señalizaciones muy cuidadas que incluían, por ejemplo, velocidades máximas y hasta casi irónicas indicaciones en los precarios baños.
“Algo que me sorprendió es que el predio tiene un gran cuidado por la logística y el estado de cada una de las plantas, que contrasta de forma notoria con las pésimas condiciones en las que viven los trabajadores”, señaló.
Las personas en condición de esclavitud no tenían permitido abandonar el establecimiento agropecuario hasta que terminaran la totalidad de su trabajo. De todas formas, no contaban con los recursos monetarios para hacerlo, sobre todo si se tiene en cuenta que el campo está aproximadamente a 40 kilómetros de la ruta.
La empresa DuPont, dueña de Pioneer Argentina SRL, sin intención dejó en evidencia a uno de los gremios más cuestionados por la falta de seguimiento a la situación de sus trabajadores. En el sitio web de la multinacional se señala que en 2009 había 837 trabajadores eventuales (rurales y estibadores) representados por la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE).
El gremio que conduce el duhaldista Gerónimo “Momo” Venegas, sin embargo, no parece haberse enterado de la actual situación de esclavitud de los 140 trabajadores de la planta de Córdoba.
El año pasado, Venegas ya había sido acusado de complicidad con los altos niveles de empleo informal en el sector agropecuario. El director general de los Recursos de la Seguridad Social de la AFIP explicó que a partir de las estrictas instrucciones de la presidenta Cristina Fernández y del titular del organismo, Ricardo Echegaray, se decidió usar toda la fuerza operativa para avanzar sobre la planificación laboral nociva y mostrar a todo aquel que intente emplear en condiciones de esclavitud que corre el serio riesgo de ser descubierto y denunciado por el organismo regulador. “Estamos decididos de actuar en forma inteligente y utilizar toda capacidad de investigación para llegar a cada uno de estos empleadores que no cumplen con la legislación”, aseguró Carlos Sánchez.