Un reporte de la televisión oficial mostró imágenes de relojes caros, joyería fina y tarjetas de crédito internacionales incautadas a los parientes del depuesto gobernante durante los registros policiales efectuados a sus lujosas propiedades.
Según la información, repetida con bastante frecuencia en apenas una hora, esas personas fueron capturadas mientras trataban de abandonar el país, en momentos paralelos o posteriores a la huída a Arabia Saudita de Ben Ali y su entorno más cercano, el 14 de enero.
Fuentes del Gobierno de Unidad revelaron que el primer ministro Mohamed Al-Ghannouchi dispuso excarcelar a todos los prisioneros políticos y que las fuerzas de seguridad dejen de golpear y lanzar chorros de agua o gases lacrimógenos contra manifestantes pacíficos.
La estatal agencia de noticias TAP añadió que esa medida incluyó a miembros del ilegalizado movimiento islamista, además de que un primer grupo de más de mil 800 presos condenados a menos de seis meses de cárcel también quedó en libertad el miércoles; reseñó Prensa Latina.
Miles de tunecinos tomaron las calles en la última semana posterior a la caída de Ben Ali para exigir a las nuevas autoridades provisionales ligadas al anterior régimen que se aparten del gabinete, dejen de usurpar el poder y cesen la represión a las protestas.
Datos de fuentes de la ONU estiman que más de 100 personas han muerto en Túnez desde el inicio de las revueltas el 18 de diciembre en la localidad de Sidi Bouzid, aunque un reciente informe del Ministerio del Interior fijó en 78 las víctimas fatales y en 94 los heridos.
Entretanto, Mebazaa aseguró que «hará honor» a la bautizada aquí como «Revolución Jazmín» y dijo trabajar para que abandonen el Ejecutivo los ministros afines a Ben Ali o que militan en el ahora vilipendiado Reagrupación Constitucional Democrática (RCD).
Informaciones conocidas a primera hora de este jueves indicaron que todos los ministros del Gobierno que militaban en el RCD renunciaron a esa membrecía en un intento por satisfacer la exigencia popular de romper con el pasado e impedir se malogre el fruto de las protestas.