El 2011 empieza con una gran sorpresa para los sectores que después del resultado electoral de 2009 creían que el ciclo kirchnerista había llegado a su fin. La presidenta Cristina Fernández lidera todos los sondeos de opinión. Hoy ganaría la elección presidencial en primera vuelta y también en cualquiera de los escenarios de ballotage. Según los analistas consultados por Miradas al Sur, los motivos que explican este mapa político son los logros de la gestión. Se destacan la Asignación Universal por Hijo, la política de jubilaciones, el matrimonio igualitario, la distribución de tres millones de netbooks y la baja del desempleo. Se suma el apoyo mayoritario del electorado peronista, que transforma a la Presidenta en la jefa indiscutible del PJ. También la falta de un discurso alternativo por parte de la oposición. Hay que subrayar que para la contienda electoral faltan sólo 10 meses, un suspiro para los vientos de la Historia.
Los números de la última encuesta de Ricardo Rouvier, que coincide con la mayoría de los sondeos, dice que la Presidenta mide 65 por ciento de imagen positiva y 45 de intención de voto. El dirigente que más se acerca, Ricardo Alfonsín, está 20 puntos por debajo. Sobre estas perspectivas y el balance del año que terminó hablan: Ricardo Rouvier, de Rouvier y Asociados; Enrique Zuleta Puceiro, de Opinión Pública Servicios y Mercados; Artemio López, de Equis; Analía del Franco, de Analogías, y el politólogo Miguel de Luca, investigador del Conicet.
–¿Cómo está posicionada hoy la Presidenta en la opinión pública, en imagen e intención de voto, de cara a la elección de octubre?
Rouvier: Nuestra última encuesta tiene a Cristina Fernández primera y lejos del segundo. En imagen positiva está por encima de los 65 puntos y su intención de voto, con proyección de indecisos, oscila entre los 45 y 48. El segundo en imagen es Daniel Scioli con 58 puntos de positiva. No medimos su intención de voto porque no es candidato a presidente. De los opositores, tenemos primero a Alfonsín, con 55 de imagen positiva y 24 de intención de voto. Macri está tercero con 48 de positiva y 22 de intención de voto.
Zuleta Puceiro: Las encuestas que tenemos nosotros son similares. Cuando medimos la intención de voto de la Presidenta, con proyección de indecisos, nos da alrededor del 41 por ciento y le saca más de 15 puntos a cualquiera de los que está peleando en segundo puesto.
Del Franco: Coincido. Según nuestros sondeos, Cristina tiene una intención de voto de 43 por ciento.
–¿Qué explica estos números?
López: La explicación no es demasiado rebuscada: es por la gestión. Sólo para dar un ejemplo: hay dos medidas centrales del Gobierno, que se tomaron después de la elección de 2009, y tienen un 80 por ciento de aprobación. Son la Asignación Universal por Hijo y la estatización de las Afjp. Eso se traslada a quien impulsa las medidas, es inevitable. El oficialismo, en la última elección, perdió votos en los sectores populares por los efectos de la crisis internacional y en la clase media rural por la 125. Esas dos franjas son las que se están recuperando con la gestión.
Zuleta Puceiro: Me parece que además de la gestión, se puede destacar una decisión estratégica del kirchnerismo. Consistió en consolidar el 30 por ciento de piso que tuvo en el turno electoral de 2009 para evitar una fuga de esa base hacia otros sectores. Lo hizo aún a riesgo de aumentar la fricción con los sectores medios. De este modo fortaleció un electorado propio y allí se paró para recuperarse.
De Luca:Comparto lo se mencionó. Pero hay algo que no se suele tomar en cuenta, porque a veces se parte de la base de que hay una crisis terminal de los partidos políticos y eso no es tan cierto. Cristina tiene la ventaja de liderar el peronismo. Ese espacio le garantiza entre 25 y 30 puntos a quien lo lidera. No es para despreciar.
Rouvier: Además, no hay que descartar lo que está enfrente. La ausencia de una oposición sólida también fortaleció al oficialismo. El resto de las fuerzas políticas aparece muy desdibujada para la mayoría de la sociedad. La población percibe que hay un gobierno fuerte, más allá de si están de acuerdo o no. Eso tendrá mucho peso en el momento de la votación. Habría que agregar la aprobación del matrimonio igualitario, en el balance, que le trajo más apoyo al Gobierno que rechazo.
–¿Cuánto influyó en este escenario el fallecimiento de Néstor Kirchner?
Del Franco: Es cierto que la muerte del ex presidente empujó para arriba la imagen positiva de Cristina. Pero ningún duelo hubiese producido ese nivel de acompañamiento si no se tratase de un Gobierno que mejoró la calidad de vida de la población.
López: El fallecimiento de Kirchner lo que hizo fue acelerar el proceso de recuperación que ya venía, producto de la gestión. Y lo que está pasando ahora es que Cristina retoma algunos puntos de la agenda con la que asumió. Cuando ganó la elección, parte de las expectativas que había generado, era darle mayor calidad institucional al proyecto kirchnerista. Eso quedó trabado por la explosión que produjo la 125. Hoy ese costado de la agenda vuelve.
Zuleta Puceiro: Comparto la idea de que creció el apoyo a la gestión después del 27 de octubre. Pero los niveles de intención de voto están muy cerca de los que tenía la Presidenta. Lo que sí cambió es la consistencia del voto: Cristina no sólo gana en primera vuelta, sino que también se impone en cualquier escenario de ballotage, antes no era así.
–En este marco, ¿cuál es la perspectiva de los fuerzas de la oposición?
De Luca:El tema es que los partidos opositores que tenían posibilidades de competir parece que leyeron un manual de cómo perder una elección y lo están aplicando a rajatabla. El radicalismo debería tener ya una fórmula y estar recorriendo el país para instalarla. No sólo que no la tienen, sino que agregaron incertidumbre con la precandidatura de Ernesto Sanz. Los disidentes, luego de haber ganado en la provincia de Buenos Aires, con Francisco De Narváez, deberían haberse puesto a construir para 2011. Hicieron todo lo contrario, se dividieron. Aunque surja un acuerdo entre Macri y los disidentes, ya perdieron mucho tiempo.
Zuleta Puceiro: No se puede dejar de agregar que hay actores políticos, como Elisa Carrió, a los que no les interesa luchar por la unidad de la oposición. Su intensión es meter diputados en el Congreso. Pino Solanas está en lo mismo. Compiten por ser opositores, pero no alternativas de poder. La gente se da cuenta de que tienen poco interés en los temas de gobierno.
Del Franco: El problema de la oposición es que si Cristina sigue con su gestión de Gobierno y la tendencia se mantiene, la oposición no le podrá sacar al oficialismo los votos que ya tiene conquistados. Tendrán que disputarse sólo la franja de la sociedad que nítidamente está en contra del Gobierno.
–Yendo a los candidatos opositores, ¿cómo están posicionados?
López: Alfonsín es el que está mejor. Claramente es segunda minoría. Pero en intención de voto está 20 puntos por debajo de la Presidenta. En el caso de Cobos, sigue cayendo en las encuestas y creo que va a perder la interna. Su recurso de instalación en la sociedad, que consistió en jugar su doble rol de vice opositor, se agotó. Una gran parte de la población comenzó a ver oportunismo electoral en su posicionamiento político.
Mauricio Macri puede llegar a sacar entre 11 ó 15 por ciento de los votos. Es un candidato que perdió complejidad porque se quitó un costado populista que tenía cuando se fue de Boca. Es responsabilidad de Jaime Durán Barba (el asesor de imagen del jefe del PRO). Tiene una visión de la política argentina sin el peronismo. Hizo todo lo posible por desperonizar a Macri. De este modo, lo transformó en un líder de derecha clásico. Con eso consolida un electorado pero le pone un techo a su crecimiento. En el caso de Eduardo Duhalde, lo veo como un ex político. No creo que pueda pasar del 4 ó 5 por ciento de intención de voto. Es un liderazgo testimonial para ciertos sectores de la derecha peronista.
–¿Qué influencia tienen, a favor o en contra, los medios masivos de comunicación en estas percepciones sobre los dirigentes?
De Luca: Durante muchos años, los medios tradicionales tuvieron una enorme influencia en la dinámica de la política argentina. Una de las cosas que se pueden poner entre los logros del Gobierno, es que a partir del conflicto abierto con las empresas más poderosas, como Clarín, se abrió una brecha. Aparecieron medios alternativos y además se corrió un velo que dejó claro que los grandes medios defienden intereses. Clarín radicalizó mucho su oposición. Cuando las primeras 20 páginas de un diario son sólo malas noticias, hasta mi mamá se da cuenta de que hay otra intencionalidad. En ese sentido creo que los medios perdieron influencia porque cayó su credibilidad.
Rouvier: A mi criterio, los grandes medios siguen teniendo mucha influencia en la construcción de las sensaciones de la población y la televisión en particular. Pueden influir bastante en las preferencias políticas de la población.
Zuleta Puceiro: No coincido con eso. Creó que los medios no influyen tanto en la sociedad. La imagen es mucho más importante que la presentación que la acompaña.
López: Para mí tienen una influencia muy importante. Por eso fue central impulsar la ley de medios. En ese momento quedó claro cómo las empresas de comunicación hegemónicas priorizaban a los dirigentes opositores. Y a partir del debate que se generó se visibilizaron y nacieron muchos medios alternativos que crearon canales para contar otras cosas y de otra forma.
–Al hacer un balance del 2010, ¿cuáles fueron los mejores y peores momentos del Gobierno?
Rouvier: El año empezó difícil. El conflicto que generó Martín Redrado en el Banco Central por las reservas perjudico en su momento al Gobierno. Gran parte de la sociedad creyó en el argumento de que el uso de las reservas para pagar deuda traería una crisis. Luego, el tiempo demostró lo contrario y el oficialismo se recuperó.
De Luca: Un hito importante fueron los festejos del Bicentenario. Allí el oficialismo generó un clima de unidad nacional y eso siempre favorece al gobernante. Además se cayó el discurso que hablaba de una sociedad dividida y crispada.
Del Franco: Este año se empezaron a cristalizar algunas medidas que se habían tomado en 2009. La población comenzó a percibir el efecto, en su vida cotidiana, de políticas como la Asignación Universal o el Fútbol para todos. Creó que si el Gobierno continúa gestionando en este sentido, y cambia algunas de las cosas que le critican, la intención de voto de la Presidenta puede llegar a crecer aún más.