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La guerra contra Wikileaks se extiende a nuevos frentes. El Gobierno francés ha decidido unirse al norteamericano en la cruzada contra la organización que ha comenzado a distribuir 250.000 documentos secretos del Departamento de Estado.

Con el boicot a Wikileaks, los gobiernos de EEUU y Francia intentan que no pueda encontrar un sitio en el que alojar su página web y sus contenidos. Al saber que la empresa francesa OVH estaba trabajando con Wikileaks, el ministro de Industria, Eric Besson, amenazó a todas aquellas compañías que hagan lo mismo.

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«Francia no puede dar cobijos a páginas web que violan la confidencialidad de las relaciones diplomáticas y ponen en peligro a gente que está protegida por el secreto diplomático», dijo.

Besson comunicó al organismo público que regula las telecomunicaciones que no quiere que haya ninguna empresa que preste ayuda a Wikileaks.

Confía en que la amenaza tenga el mismo efecto que la presión ejercida por el senador norteamericano Joe Lieberman y el Departamento de Seguridad Interior contra Amazon. La empresa tardó sólo unos días en echarse atrás. Un boicot promovido por grupos conservadores habría sido una mala publicidad precisamente en el comienzo de la campaña de compras para la Navidad.

Wikileaks niega haber puesto en peligro la vida de una sola persona

A diferencia de Amazon, de momento OVH no se plantea ceder a la presión. «Ni nos pidieron alojarlos ni no nos lo pidieron. Simplemente, hemos descubierto como todo el mundo por la prensa que eso estaba en nuestros discos. Ahora que están ahí, vamos a asegurarnos el cumplimiento del contrato. Es nuestro trabajo», dijeron ayer en una primera reacción, informa desde París Andrés Pérez.

OVH tiene la intención de presentar ante los tribunales un procedimiento de amparo contra la intervención del Gobierno de Sarkozy.

El otro frente abierto tiene que ver con el dominio de la organización. La empresa norteamericana EveryDNS.net eliminó en la noche del jueves el acceso al dominio wikileaks.org. La respuesta fue crear direcciones en otros países para poder acceder a la web con las terminaciones .de, .ch o .nl. A la web también se puede acceder a través de las direcciones IP http://46.59.1.2/ o http//:213.251.145.96/.

La presión de los gobiernos se complementa con los ataques ilegales de denegación de servicio que sufre Wikileaks desde que anunció la publicación de los documentos diplomáticos.

El Pentágono ha negado estar detrás de estos ataques y de los problemas técnicos que sufre Wikileaks. Un portavoz del Departamento de Defensa explicó que la unidad dedicada a ciberguerra tiene unas limitaciones a la hora de operar. «El CiberMando tiene como función principal proteger las redes del Departamento de Defensa», dijo el coronel Dave Lapan.
A la espera de ser detenido

En los próximos días, el editor de Wikileaks, Julian Assange, tendrá que estar más preocupado por su situación personal. La fiscalía sueca ha enviado a Londres una segunda orden de detención para que Assange sea extraditado a Suecia e interrogado por segunda vez en un caso de presunta violación.

La primera tenía defectos técnicos y por eso no se había dado orden a Scotland Yard de arrestar a Assange. La policía sabe dónde se encuentra y espera recibir la orden para llevar a cabo la detención. Según el diario The Independent, es posible que se produzca en los próximos días.

La defensa de Assange tiene previsto negarse a aceptar la entrega y presentar un recurso al juez ante el que sea conducido el editor de Wikileaks. «El proceso en ese caso ha sido tan completamente irregular que las posibilidades de que exista una orden de arresto válida son muy pequeñas», dijo el abogado Mark Stephens.
100.000 ordenadores

En una entrevista con los lectores de la web de The Guardian, Julian Assange dejó claro ayer que sus problemas legales no van a afectar al funcionamiento de Wikileaks. Lo tienen todo preparado para que en caso de que la organización quede incapacitada, sus archivos estén descargados en miles de ordenadores de todo el mundo.

«Los archivos del Cablegate ya se han repartido a más de 100.000 ordenadores de forma encriptada, además de material de EEUU y de otros países», contó Assange. «Si algo nos ocurriera a nosotros, las contraseñas se distribuirían de forma automática».

Assange, que rinde tributo al soldado Bradley Manning, en prisión por ser la presunta fuente de Wikileaks, niega que la información haya puesto en peligro la vida de una sola persona. «Wikileaks lleva trabajando cuatro años. En ese tiempo, no ha habido pruebas creíbles, ni siquiera del Pentágono, que demuestre que una sola persona ha sufrido daños por culpa de nuestras actividades».