La filtración demuestra que la Secretaría de Estado de EE.UU. indagó sobre el cambio de lenguaje experimentado en Argentina respecto a la Antártida y las Malvinas e intentó averiguar si existía algún debate entre los militares argentinos, o dentro del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, respecto a posibles acciones, «solos o en concierto con otros aliados regionales, como Venezuela».
El Departamento de Estado pidió además información para evaluar si la respuesta del Gobierno argentino a la decisión británica podría perjudicar a empresas de Estados Unidos implicadas en ese proyecto.
«Apreciaremos que nos informen de manera que podamos anticipar la reacción argentina, incluidas posibles acciones militares», dice uno de los cables. Además, solicitan que se informe sobre cualquier discusión, no sólo dentro del Gobierno sino también «entre oficiales militares».
La Embajada también da cuenta en los textos que la política argentina respecto a las Malvinas se endureció en respuesta al movimiento británico y menciona la adopción de tres niveles de acción: protesta formal en Reino Unido, cartas de advertencia a cada empresa relacionada con la operación y cartas a los Gobiernos relacionados con esas empresas.
Un telegrama diplomático posterior también reflejaba la preocupación de Estados Unidos ante la decisión del Gobierno argentino de impedir que barcos, cuyo destino final sean las Malvinas, toquen puertos continentales.
Preocupación también por Antártida
En otro de los cables filtrados por WikiLeaks se comenta la visita de despedida que hace el entonces embajador estadounidense en Buenos Aires, Anthony Wayne, al ex canciller, Jorge Taiana, en la que se alude a un acuerdo sobre la Antártida, elaborado en 2004, bajo la presidencia de Néstor Kirchner, con Estados Unidos y otros gobiernos, y que supuestamente fue abandonado por el Gobierno argentino.
«Si ustedes leen nuestra reclamación cuidadosamente, verán que nuestro lenguaje respeta todas las provisiones del Tratado Antártico», habría dicho Taiana, según el cable.
Según Wayne, el ministro añadió que el primer tema para Argentina no era la Antártida, «por supuesto», sino proteger su reclamación de soberanía sobre las islas.