Jean Guy Allard

La exhortación a asesinar el Presidente venezolano Hugo Chávez proferida por el congresista floridano Connie Mack en el Capitolio de Washington ante participantes a una cumbre fascista, hace unos días,  confirma la existencia de un complot con este propósito urdido por la ultraderecha venezolana bajo la tutela de los servicios de inteligencia norteamericanos y con la complicidad de la mafia cubanoamericana.

Lo señalan observadores de las actividades de la CIA y de los demás tentáculos del aparato estadounidense de espionaje que recuerden como en otras oportunidades elementos de la mafia cubanoamericana  tomaron la iniciativa o estuvieron asociados a intentos de magnicidios.
En su intervención asesina, hecha en pleno Capitolio de Washington mientras lideraba con Otto Reich, Ileana Ros-Lehtinen y Roger Noriega el encuentro denominado “Peligro en los Andes” , Mack  sugirió expresamente atentar contra el mandatario venezolano, según reveló el Presidente boliviano Evo Morales, al dar inicio a la IX Conferencia Internacional de Ministros de Defensa de las Américas que se desarrolla en Bolivia.
“Yo diría, este congresista (Mack), ya es un asesino confeso o un conspirador confeso del hermano presidente de Venezuela, Hugo Chávez, si algo pasa con la vida de Hugo Chávez, el único responsable será este congresista de Estados Unidos”, declaró el mandatario.

 

LUZ VERDE AL MAGNICIDIO


Las palabras de Connie Mack, identificado a los cabecillas más recalcitrantes de esta mafia, son una «luz verde» a cualquier tipo de proyecto asesino contra la vida del líder de la Revolución bolivariana, asegura un especialista que insiste para conservar el anonimato.

El foro neonazi se desarrolló bajo los auspicios del Congreso y tuvo como estrella la congresista cubanoamericana, ya designada por su partido como capo del tema política extranjera en la Camara de Representantes, con Connie Mack de brazo derecho para América Latina.

Con el asesinato de John F. Kennedy hasta el intento de magnicidio contra Evo Morales en Santa Cruz, en el 2009, y el contra Rafael Correa en el 2010, siempre la mafia cubanoamericana asociada a la CIA  es parte del guión de la conspiración.

 

La arenga de Mack es paralela a varias incitaciones y alusiones al asesinato del líder cubano Fidel Castro que sí fue víctima de numerosos intentos de magnicidio, todos urdidos desde Miami con la complicidad de la CIA, y cuyos actores, tales como Luis Posada Carriles, Orlando Bosch, Guillermo Novo Sampol, Pedro Remón, Gaspar Jiménez, Armando Valladares y muchos más apoyan hoy activamente a conspiradores de los países atacados y difamados  en la cumbre fascista.

Este sábado último, el presidente venezolano, Hugo Chávez, denunció la existencia de un plan en su contra en el que grupos de la extrema derecha venezolana tienen recolectado 100 millones de dólares para pagarlos a quien logre asesinarlo.

Según un reporte de la cadena internacional TeleSUR, Chávez designó al presidente de la televisora privada Globovisión, Guillermo Zuluaga, prófugo de la justicia venezolana y albergado en Miami por el Departamento de Estado, como jefe de la conspiración.

El golpista Zuloaga fue uno de los “ponentes” más visibles del foro neofascista de Washington.

“El dueño de ese  canal de televisión (Globovisión) que es prófugo de la justicia, se da el tupé de ir al  Congreso de EE.UU. a despotricar de su país de su Gobierno y de este presidente”, dijo el jefe de Estado. Hizo luego un llamado al vicepresidente, Elías Jaua y a la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, para que se hagan las averiguaciones “porque hay algo que hacer, es un delincuente, se presenta en el Congreso y anda conspirando”.

Según AVN,  Zuloaga, envió una carta publicada este martes en una de las páginas más costosas del diario derechista El Nacional para “dar la cara” desde Miami y amenazar al presidente Hugo Chávez de llevarlo a un tribunal internacional.

El periodista e investigador alemán Ingo Niebel, experto del tema, sitúa las recientes declaraciones en el contexto político, militar e histórico.  «En Ecuador intentaron asesinar al presidente Rafael Correa cuando fracasó el golpe de Estado. El mismo método quieren emplear en los demás países del ALBA donde la realidad política les impide realizar un violento ‘cambio de régimen’, como lo llaman ellos, tipo Honduras», añade.

Además recuerda que varios políticos venezolanos llevan ya años preparando mediáticamente el terreno para justificar un atentado contra el comandante de la Revolución Bolivariana. El 25 de julio de 2004, en pleno debate sobre el referéndum revocatorio, el ex presidente Carlos Andrés Pérez, en una entrevista publicada en El Nacional, diario de Caracas, no dudó en confesar: “Estoy trabajando para sacar a Chávez [del poder]. La violencia nos permitirá sacarlo. Chávez debe morir como un perro.”

Otro opositor, Orlando Urdaneta, el 25 de octubre de 2004, en el canal 22 de Miami dio orden, en directo, a los suyos de pasar al acto: “La única salida para Venezuela es que hay que eliminar a Chávez: una persona con un fusil y mira telescópica, y ya está.”

ROGER NORIEGA, PORTAVOZ DEL DEPARTAMENTO DE ESTADO

Otro elemento revelador que se conoció desde que se clausuró el evento: el ex Subsecretario de Estado Roger Noriega tomo la libertad de anunciar, como si fuera hablando en nombre del Departamento de Estado, que seguiría denegándose la solicitud de Bolivia para la extradición del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, y sus cómplices, responsables del asesinato de 67 personas durante una masacre ocurrida en el 2003.

Según un reporte del periodista Juan Carlos Zambrana Marchetti, que radica en Washington y que pudo introducirse en uno de los “talleres” del “seminario”, titulado “Segundo Grupo Especial: El terrorismo, el Islam radical, y Narcotráfico”, otro periodista boliviano, Winston Fernández, preguntó “si deportarían al ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada como acto de acercamiento con el presidente  Morales, considerando que ambos gobiernos estaban a punto de restablecer relaciones diplomáticas”.

(Nota: El articulo de Zambrana, extremadamente revelador, está publicado en la última edición de la revista boliviana Cambio).

La respuesta la ofreció Noriega, afirmando que no se tenía “interés alguno en restablecer relaciones con un gobierno que apoya el terrorismo. Que, por otro lado, el Ing. (Gonzalo) Sánchez de Lozada es un amigo, un hombre decente que no tendría posibilidad alguna de un juicio justo en un país donde (el presidente) Morales controla todos los poderes”.

Aprovechando la crisis económica, social y política de la potencia militar más grande del mundo, el descontento y la frustración popular acentuadas por los efectos de las guerras sostenidas en Iraq y Afganistán, los Republicanos se imponen como nunca desde la salida de George W. Bush.

Beneficiándose ahora de una mayoría en la Cámara Baja, el partido que reúne los partidarios de la derecha más atrasada, disfruta de sus conexiones ocultas con amplios sectores de la llamada comunidad de inteligencia para presionar a fondo la actual administración.