Brasil 247-Matrizur
Se espera que las sanciones impuestas por los Estados Unidos contra las autoridades brasileñas ganen nuevos contornos en los próximos días, con un posible agravamiento de las tensiones diplomáticas entre los dos países. Según un reportaje del diario Estado de S. Paulo, el gobierno del presidente Donald Trump pretende aplicar nuevas medidas punitivas contra los ministros de la Corte Suprema (STF) y miembros de alto rango del gobierno de Lula, como parte de una ofensiva que mezcla disputas geopolíticas e internas en Brasil.
Entre las acciones ya en curso, ocho ministros de la Corte Suprema de Justicia, Alexandre de Moraes, Gilmar Mendes, Cármen Lúcia, Luiz Roberto Barroso, Flávio Dino, Edson Fachin, Cristiano Zanin y Dias Toffoli, ya habrían perdido su visa de entrada en Estados Unidos. Ahora, pueden ser formalmente sancionados por la Ley Global de Magnitsky, que implicaría la congelación de activos y restricciones financieras y comerciales por parte de empresas e instituciones estadounidenses que operan bajo jurisdicción estadounidense.
La idea es presionar a los ministros que votaron por la responsabilidad del expresidente Jair Bolsonaro y que defienden la regulación de las redes sociales, dijo el informe. La intención de la administración Trump sería extender el uso de la Ley Magnitsky para restringir aún más el alcance internacional de esos funcionarios, incluyendo obstaculizar las transacciones financieras en bancos que tienen vínculos con el sistema estadounidense.
La legislación, aprobada en 2012 bajo la administración Obama, permite sanciones contra extranjeros acusados de corrupción o graves violaciones de los derechos humanos. Para hacerla cumplir, el presidente estadounidense necesita presentar pruebas al Congreso, actualmente dominado por aliados de Trump, que han estado en su segundo mandato presidencial desde enero de 2025. Para revertir las sanciones, los objetivos deben demostrar un cambio de conducta o una falta de participación en los actos que condujeron al castigo.
Escalada contra el Planalto y el riesgo diplomático
El informe también informa que los miembros del gobierno de Lula pueden verse afectados con la retirada de visas y la prohibición de entrar en territorio estadounidense. El presidente Lula y la Primera Dama estarían fuera de la lista de sanciones por ahora. Sin embargo, importantes miembros del Palacio de Planalto deberían verse afectados. El escenario más extremo considerado sería la expulsión de la embajadora brasileña en Washington, María Luiza Ribeiro Viotti, lo que supondría una ruptura diplomática entre los países.
Esta escalada es parte de la estrategia más amplia de la administración Trump para forzar la alineación política e ideológica en las Américas, especialmente contra gobiernos de izquierda como los de Colombia y México. Según la investigación de Estado, Brasil estaría siendo utilizado como ejemplo para futuras acciones similares en la región.
Empresas bajo presión
Las sanciones también afectan directamente a las empresas brasileñas que exportan a EE. La guía, según los analistas escuchadas por el informe, es que las empresas busquen acuerdos directos con empresas y funcionarios estadounidenses, ofreciendo contrapartes, como inversiones en los EE.UU., para evitar aranceles más altos o barreras comerciales.
Se citan ejemplos de países asiáticos como referencia. Japón ha firmado compromisos de 550 mil millones de dólares en inversiones en los sectores de energía, semiconductores y productos farmacéuticos en Estados Unidos a cambio de reducir tarifas. El gobierno japonés niega tal acuerdo, pero los términos fueron promovidos por la Casa Blanca en un comunicado oficial. Indonesia y Filipinas también habrían hecho concesiones arancelarias, a pesar de su menor capacidad industrial en comparación con Brasil.
Sin embargo, Brasil encuentra obstáculos adicionales: la falta de diálogo entre los gobiernos y el fuerte proteccionismo de la industria nacional. En este contexto, las empresas brasileñas dependerían más de la articulación con los minoristas y mayoristas estadounidenses, que pueden actuar como aliados comerciales para pavimentar las negociaciones con Washington.
El silencio oficial
Buscado por Estadáo, el Palacio de Planalto no respondió a las solicitudes de comentarios. El Tribunal Supremo Federal, a su vez, declaró que no hará comentarios al respecto.
Si se confirma la ampliación de las sanciones, Brasil puede enfrentar no sólo restricciones diplomáticas, sino también desafíos económicos y legales con implicaciones duraderas en su relación con los Estados Unidos, en un momento de intensificación política y disputas ideológicas globales.