Germán Gorráiz López
El asesinato en Beirut del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, sería un nuevo cebo de Israel para involucrar a Irán en la escalada bélica e iniciar su desestabilización con ayuda de EEUU. pero siguiendo su proverbial prudencia, Irán ha respondido finalmente con un ataque selectivo contra bases militares israelíes utilizando más de 200 misiles balísticos. Sin embargo, Estados Unidos e Israel buscan iniciar una nueva Guerra regional en Oriente Medio con el doble objetivo de secar las fuentes energéticas de China y posteriormente, diseñar la cartografia del nuevo Gran Oriente, por lo que Israel y EEUU estarían sopesando lanzar una respuesta «seria e inminente» al ataque iraní.
Bomba termonuclear de gravedad B61
Las bombas de gravedad son bombas que se lanzan desde aviones con capacidad nuclear y sonda y armas de destrucción masiva pues a diferencia de las bombas de neutrones, no pueden usarse sin matar indiscriminadamente a civiles y destruir infraestructuras críticas.
Según Wikipedia.org, la B61, diseñada en 1963 por el Laboratorio Nacional de Los Álamos en Nuevo México es un arma nuclear estratégica y táctica de EEUU con una potencia explosiva de entre 0.3 a 340 kilotones y un diseño de implosión de radiación en dos etapas y habría sido ya desplegada en una gran variedad de aeronaves militares de EE. UU. que han abastecido los arsenales de sus aliados de la OTAN.
Hasta ahora, la bomba termonuclear de gravedad B61-12 ya ha sido integrada en el B-2 así como en el El F-35A Joint Strike Fighter según ha informado un portavoz de la Oficina del Programa Conjunto (JPO) del F-35, «lo que convertirá oficialmente al caza furtivo en un avión con “doble capacidad” para transportar armas convencionales y nucleares».Según los informes de Defensa de EEUU, este aeroplano puede utilizar de forma segura dispositivos de comunicación avanzados como este arma nuclear, no difundo descartable asimismo que hayan conseguido integrarlo en otros bombarderos, cazas y drones.
Israel, tras adquirir en junio a Estados Unidos las últimas 25 unidades por un coste de 3.000 millones de euros, dispondría en la actualidad de una flota estimada en 75 F-35 A repartida en tres escuadrones listos y habilitados para transportar la bomba B61-12. Igualmente, EEUU habría proporcionado a Israel bombas B61-13 con más capacidad contra instalaciones especialmente reforzadas como centros de control y comandos estratégicos subterráneos, así como contra objetivos militares que ocupen grandes áreas, como Parchin, centro del programa nuclear militar iraní, los reactores experimentales de Teherán, Bonab y Ramsar, y grandes instalaciones como Bushehr, Natanz, Isfahán y Ferdows.
Según estimaciones del Pentágono, aunque varios aviones israelíes podrían ser derribados por las defensas iraníes provistas de baterías de misiles rusos S-400, el ataque combinado de drones, misiles y aviones podrían hacer blanco en objetivos que incluirían nudo de comunicaciones, infraestructuras energéticas, instalaciones militares, aeropuertos y silos nucleares con el objetivo confeso de dejar al ejército iraní incapaz de responder de manera efectiva a dicho macroataque.
Sin embargo, las fuerzas navales de la Guardia Revolucionaria, que operan en el Golfo Pérsico podrían llegar a superar las defensas de la V flota de Estados Unidos si se lanzaran como un enjambre así como sembrar de minas el estrecho de Ormuz con el objetivo de interrumpir el flujo del 20% de las exportaciones mundiales de petróleo, lo que podría reeditar la Crisis del Petroleo de 1973 y la ruina económica de los países occidentales así como de América Latina y Asia, quedando China e India gravitando en la rusodependencia energética.