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El creciente movimiento a favor de las monedas digitales de los bancos centrales, como el rublo digital ruso, lanzado el 1 de agosto, se sustenta en el gran potencial para crear un nuevo sistema monetario mundial no centrado en Occidente, declaró a Sputnik un experto en negocios.

Después de que el presidente ruso Vladímir Putin firmara la ley que consagra las disposiciones legales del rublo digital, éste se convirtió en la tercera forma de moneda nacional rusa, junto con los billetes impresos y las tarjetas bancarias que no constituyen efectivo.

De acuerdo con Paul Goncharoff, el director de investigación de criptomonedas de Dezan Shira & Associates en Moscú, las monedas digitales emitidas por los bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés) tienen muchas de las ventajas de otras criptodivisas, y a la vez carecen de gran parte de sus inconvenientes.

Entre ellas, según el analista, están «la rapidez y los bajos costes de las transacciones, con una comisión del 0,3%, y el hecho de que están respaldadas por el banco central». Por ejemplo, a diferencia de las criptodivisas, una CBDC opera totalmente dentro del sistema financiero establecido, lo que la hace sistémica y favorable al Gobierno en lugar de ser disruptiva», explicó.

«Veo aspectos positivos en el uso del CBDC en rublos para las empresas. (…) En un sentido económico amplio, esto debería ser un paso positivo hacia la simplificación de las transacciones comerciales, tanto dentro de la Federación Rusa como, a largo plazo, más allá de sus fronteras», afirmó Goncharoff.

En opinión del experto, la integración del rublo digital ruso con las monedas digitales de otros países permitirá a la economía rusa eludir las restricciones creadas por las sanciones occidentales, incluida la expulsión de los bancos rusos del sistema de transferencias electrónicas SWIFT con sede en Bruselas, ciudad que también alberga las sedes de la Unión Europea y a la alianza antirrusa de la OTAN.

«Aunque en un principio la CBDC en rublos estaba destinada a los pagos dentro de la Federación Rusa y los países vecinos para permitir una mayor eficiencia en la ejecución de las operaciones, puede considerarse como la prueba de fuego de Rusia para seguir ampliando su uso de la CBDC a escala internacional», explicó el experto.

Goncharoff señaló que otros miembros del bloque BRICS —India, China, Brasil y Sudáfrica— también están desarrollando activamente monedas similares, por lo que «la interacción entre los países del BRICS no se hará esperar».

«La digitalización de las divisas nacionales debería impulsar el comercio internacional, proporcionando una alternativa fuera del sistema financiero dominado por Occidente y centrado en el dólar estadounidense y su restrictivo entorno de sanciones», destacó el economista.

Rusia ya había propuesto la creación de una moneda digital única para Rusia, China e India, con el fin de reducir la dependencia del dólar o del euro, así como el posible impacto de las sanciones internacionales actuales o previstas sobre estas monedas fiduciarias.

En agosto de este año 2023, en la cumbre de los BRICS en Sudáfrica, se debatirá cómo los miembros de la organización están desarrollando las CBDC, al igual que los beneficios esperados de las monedas digitales en el comercio y las finanzas internacionales y su posible interpenetración, pronosticó.

Conforme con Goncharoff, el dólar de Estados Unidos dominará el comercio internacional durante algún tiempo, pero tendencias como la interconectividad de las nuevas criptomonedas «empezarán a cavar una tumba para los viejos sistemas centrados en Occidente», y todas esas circunstancias combinadas con las contramedidas que varios países ya están adaptando, llevará a que proveedores de servicios como SWIFT «acaben desapareciendo en su forma actual», pero «eso no va a ocurrir pronto».

Por consiguiente, hasta que los países BRICS unan sus CBDC nacionales en una plataforma armonizada, «es poco probable que los CBDC cambien significativamente el papel del dólar en el mercado a corto plazo», resumió el experto.