Prensa Latina
Francia vive hoy una nueva jornada nacional de marchas y huelgas contra la reforma de la jubilación promovida por el Gobierno, protestas que siguen a las multitudinarias manifestaciones del 19 de enero.
Los ocho principales sindicatos del país, liderados por la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), convocaron a la movilización, con la expectativa de superar la cifra de participantes de hace 12 días, estimada en más de dos millones.
El rechazo de los gremios es unánime a la extensión de la edad legal de retiro de 62 a 64 años incluida en el proyecto, el cual también tiene elementos muy cuestionados como el aumento del período de cotización a 43 años a partir del 2027 y la eliminación de regímenes especiales de pensiones.
Además de las marchas previstas en esta capital y otras ciudades del país, los sindicatos llamaron a la huelga, con paros que tendrán un severo impacto en el transporte público, la educación, el sector energético y la función pública, entre otras áreas de la sociedad.
La compañía nacional francesa ferroviaria SNCF prevé un Tren de Gran Velocidad (TGV) de tres y uno regional de cinco este martes, mientras el operador del transporte público parisino RATP adelantó que será un día de tráfico “muy perturbado”, con la mayoría de las líneas del metro activas únicamente en los horarios pico.
Por su parte, la Dirección General de la Aviación Civil solicitó a las aerolíneas reducir un vuelo de cinco en el aeropuerto de París-Orly, frente al paro que anunciaron controladores aéreos.
En cuanto a la educación, el principal sindicato de la enseñanza primaria, el Snuipp-FSU, aseveró que la mitad de los maestros se acogerán a la huelga.
También en la energía se esperan dificultades, con al menos ocho de cada 10 trabajadores de las refinerías y los depósitos de la petrolera TotalEnergies en paro.
Las fuerzas políticas de la izquierda apoyan las movilizaciones contra una reforma de la jubilación que será analizada en la Asamblea Nacional a partir del lunes próximo.
Pese a la presión sindical y al rechazo generalizado al proyecto en la población, según las encuestas, el Gobierno insiste en que la reforma es indispensable para garantizar el equilibrio del sistema de retiro, ante la alegada acumulación de déficit.