Al publicar este martes su informe anual sobre las perspectivas de los mercados de materias primas, el Banco Mundial sostiene que debido al conflicto entre Rusia y Ucrania los precios de los alimentos, el petróleo, los metales y otros productos básicos «se mantendrán en niveles históricamente altos hasta finales de 2024».
«En general, se trata de la mayor crisis de productos básicos que hemos experimentado desde la década de 1970. Al igual que en aquel entonces, el choque se ve agravado por un aumento de las restricciones al comercio de alimentos, combustibles y fertilizantes», afirmó Indermit Gill, vicepresidente del BM para asuntos del crecimiento equitativo, las finanzas y las instituciones.
El organismo financiero estima que los precios de las materias primas podrían ser incluso más altos y volátiles en caso de que se prolongue el conflicto. Mientras, el alza actual exacerba «las presiones inflacionistas ya elevadas en todo el mundo«.
Proyecciones sector por sector
La institución internacional destaca que el incremento de los precios de la energía a lo largo de los últimos dos años representa la mayor alza desde la crisis petrolera de 1973. En cuanto al futuro, sus especialistas pronostican una subida de más de 50 % en los precios energéticos, antes de que empiecen a caer en 2023 y 2024.
En particular, se espera que el crudo Brent se cotice a un precio medio de 100 dólares por barril en 2022, el nivel más alto desde 2013. En 2024 el precio disminuiría hasta 92 dólares, por término medio. Entre tanto, el costo del gas natural en Europa seguirá batiendo récords y se duplicará el año siguiente, en comparación con 2021. Las proyecciones para el carbón también indican que habrá una subida de 80 %.
Por otra parte, la entidad predice que los precios de artículos no energéticos, incluidos productos agrícolas y metales, crecerán casi un 20 % en 2022, pero se estabilizarán posteriormente. En particular, los costos de los alimentos experimentarán un incremento de 22,9 % este año, pero en 2023 se desplomarán en 10,4 %. En cuanto a los fertilizantes, se vaticina una subida de 69,3 % para dicho período.
El sector metales tampoco estará exento de la misma tendencia, con un incremento de 16 %. Esto afectaría la transición a fuentes más limpias, dado que el costo de la energía renovable depende de metales como el aluminio y el níquel.
Los autores del reporte instan a los políticos a actuar «con prontitud para minimizar los daños a sus ciudadanos y a la economía global». Los especialistas aconsejan no subsidiar los alimentos ni el combustible. En vez de ello, se propone elaborar programas específicos de seguridad social, como las prestaciones monetarias, la ampliación de la alimentación escolar o las obras públicas, entre otras medidas.