DIARIO DIAGONALES de la ciudad de La Plata
Un ramo de jazmín del país impregna el comedor de la casa metida en el fondo de uno de los cientos de pasillos de La Plata. Su aroma es suave, dulce. Pero también intenso. Igual que su dueña, Hebe de Bonafini. La primavera parece vivir en ese cuarto, junto ella. Es difícil conjugarlo, pero el dolor de su vida se traduce en las flores que abrazan a toda la casa. Hebe piensa todo lo piensa y dice todo lo que dice sin dejar de ser una pimpollo en medio del cardal. Criticada cada vez que expresa sus ideas (la última oportunidad fue por pedir tomar la Corte), recibe cada lanza como una lluvia que la revitaliza. “Todo lo que me dicen me potencia”, afirma. Pero también tiene miedos y sufre. En una charla íntima con Diagonales, Hebe de Bonafini, la Madre, cuenta cómo vio a sus hijos en el intento de golpe en Ecuador, de Cristina y el acecho del “enemigo”.
– ¿Qué sintió el jueves con lo sucedido en Ecuador?
– A Correa lo conozco desde hace muchos años.
Parece un tipo muy calladito, pero es un muy jugado
y a mí me dio mucho miedo cuando él fue a enfrentarse con los policías sublevados-. No sé si estuvo bien, porque es como que arriesgó la vida, casi lo matan.
– Sorprende que usted diga que sintió miedo.
– A Correa lo quiero muchísimo y sentí que era uno de mis hijos que estaba arriesgando la vida. Los chicos míos sabían lo que les podía pasar, sin embargo daban cada vez más y yo les decía “hasta cuándo”. A mi nuera, que fue la última que se llevaron, yo le decía “hasta cuándo se van a quedar, no hay gente, están quedándose solas” y una se desesperaba. Yo sent&ia cute; que Correa estaba muy sólo, me la imaginaba a mi nuera saltando de un lado a otro. Tuve mucho miedo de que lo mataran. Porque si lo matan a él, ellos saben que no queda nada atrás. Eso pasa con los líderes, no hay otro Evo, otro Correa, otro Chávez, otro Fidel.
– ¿Por qué no hay otros líderes?
– Ser un líder no es una cosa fácil. El líder se arriesga a todo, todo el tiempo. Es arriesgar la vida todos los días. Y a lo mejor son tipos que salen sin custodia, que se meten por todos lados. Correa daba la vida por su pueblo, sin chaleco antibalas. Tuve dolor, tenía ganas de llorar, tenía ganas de ir para allá. Los quiero mucho y nos hacen mucha falta.
– ¿Cree que estos años de democracia continua llevan a que los gobiernos estén confiados en que no puede haber golpes de Estado?
– No, los gobiernos no están confiados, saben lo que puede pasar. Lo que pasa que tienen que gobernar, avanzar, con pueblos hechos pelotas como han dejado a los nuestros. Y todo el mundo exige. Todo el mundo quiere que lo que en treinta años hicieron mierda otros y te quedaste callado debajo de la cama, ahora, “que me den más, más”. Con Cristina pasa eso, hace 10 piden 30, hace 30 piden 100.
– ¿Están latentes los golpes en Latinoamérica?
– Sí, lo anuncia Fidel a cada rato y Chávez. Cuando él sabe algo lo dice, hay que tenerlo en cuenta.
– Entonces no la sorprende lo que sucedió en Ecuador.
– No me extraña lo que sucedió; Correa tiene todas las corporaciones en contra, tiene mucho petróleo, tiene a Lucio Gutiérrez que es de terror, porque está con toda la mafia. Es un país que ha progre sado muchísimo, pero tienen los indígenas en contra.
– Usted habla de la importancia de los medios.
¿Qué rol cumplen hoy?
– ¿Qué hizo el enemigo en Ecuador? Tomó la televisión.
Con Chávez pasó lo mismo, destruyeron las radios comunitarias con la que se comunica la gente. Eso muestra lo importante que son los medios. Por qué no nos quieren entregar el papel prensa. Porque es una nueva manera de dominación.
– ¿Por eso la defensa que hace de la Ley de Servicios Audiovisuales?
– La ley es parte de nuestra libertad. Si nos pasa algo tenemos que estar comunicados por las radios, por la tele, por los diaritos, por todos nosotros. No tenemos que dejar los medios en manos de nadie. Tienen que estar cuidados, custo-diados. Esa es la nueva táctica. ¿Cómo lo sacaron al presidente de Hond uras? Con la Suprema Corte y los medios de comunicación.
– Lo que ocurrió en la marcha del martes a la Corte se enmarca dentro de esta visión…
– Sí, por eso yo le decía a nuestros amigos de la Corte que se vayan. No se pueden quedar Zaffaroni o Carmen Argibay ahí. Porque si vos te quedás con quien comete delitos es como si te quedás con ladrones, sabiendo que son ladrones. Cómo te quedás sabiendo que Lorenzetti se reunió en la Suprema y afuera con tipos que no podemos saber quiénes son. Eso es terrorismo.
– ¿No cree que deben “pelear” desde adentro?
– ¡Qué pelea van a dar si se cagan en ellos! Si Lorenzetti en la misma cara de ellos se reúne con Magnetto. Ahí corren los sobres, no hacen las cosas porque son patriotas.
– Se la criticó mucho por pedir tomar la Corte.
– Yo sé lo que quiero decir y a dónde quiero ir. Y si el enemigo me ataca, me da fuerza. Si el enemigo me ataca digo, “cómo lo jodo”. Yo soy una mujer del pueblo, que llego a mi casa y me pongo chancletas con medias gruesas porque tengo frío, nunca voy a ser diplomática o moderada. Porque lo que me hicieron no es para que yo lo sea y diga “señores de la Corte Suprema…” Nos hicieron mierda. Yo decía “cómo la gente se asusta tanto con lo que dije”. Tomamos dos veces la Corte durante la dictadura porque no nos querían recibir los habeas corpus. Tomamos la Casa de Gobierno con Alfonsín 24 horas porque nos citó y cuando llegamos se había ido a un acto de Gardel en el Colón. Tomamos cuatro veces la catedral, armamos un baño atrás del altar. ¿Quién hace eso? Tomamos el Cabildo, sacamos todos los c uadros y pusimos los de las Madres y escribimos un documento en el mismo escritorio de Cisneros. Y tomamos la Bolsa de Comercio cuando Estela de Carlotto pidió que se cotizaran los bonos que habían dado por la reparación económica. “Si vos cotizas los bonos, que es la venta de la sangre de nuestros hijos, te quemo la Bolsa”, le dije al presidente de la Bolsa. Entonces no es “qué loca Hebe va a tomar tribunales”. ¡Sí, se puede! Si ellos no cumplen con lo que tienen que cumplir, por qué siempre tienen que estar del lado del enemigo.
Están ahí, están acechando. Turros de mierda y me quedé corta…
– ¿Quién es el principal enemigo en la Argentina?
– Toda la derecha peronista: Duhalde, la Chiche Duhalde (acá en esta casa entraron los duhaldistas a torturar a mi hija), De Narváez, toda esa basura que se junta, q ue se separa. Papel Prensa, por su puesto, Magnetto y estos que se reúnen con él. Les jode que una mujer como Cristina sea capaz de enfrentar todo.
– Usted reivindica la figura de Cristina Kirchner y lanzó una agrupación llamada Las Cristinas. ¿Qué buscan?
– Muchísimas mujeres trabajamos con mujeres y queríamos hacer algo por Cristina. Entonces acordamos difundir su gobierno. Hay muchas mujeres que quieren a Cristina pero no saben lo que hace, lo que dice, entonces acordamos difundir la tarea de gobierno.
– ¿Qué le falta a este gobierno?
– Cuadros políticos. Cuadros políticos confiables. Esto de la transversalidad, que se iban a formar cuadros… pasaron muchas cosas y no se llegó. Hay grupos de pibes, pero precisamos miles. No hay cuadros para pensar quién va a gobernar, a quién vamos a poner en las l istas. No digo líderes, porque eso se nace.
– ¿Por qué cree no hay cuadros?
– Porque el peronismo es una bolsa de gatos. Están los fachos, fachos, fachos; los menos fachos, que son fachitos también; y después están todos aquellos que quieren llegar sin ideología, que cuando hablás con ellos no saben nada, parece que leen Billiken. Y los cuadros no son voluntarismo. Como estaba tan mal el país, tuvieron que atajar de acá, de allá y no se pudo armar cuadros.
– ¿Quién le gustaría que sea el próximo presidente:
Cristina o Néstor?
– Cualquiera de los dos. Uno en la Provincia y uno en la Nación. Porque la Provincia es casi como la Nación. Y hace falta un buen gobernador. Ellos están muy bien posicionados, no hay otros. Están todos divididos.
– No le gusta Daniel Scioli…
– Para nada. Yo lo dije desde el primer día, se lo dije a Néstor cuando era su vicepresidente y lo digo ahora. No hay gestión con Scioli. No existe. No es ni por malo, ni por bueno: Scioli no sabe.
¡En Turismo hizo mucho, póngalo en turismo!
– ¿Y le gusta cómo está La Plata?
– Yo amo a La Plata, pero me gusta más Ensenada, que es donde nací. Ahí se ve la mano del intendente, se lo ve a Mario Secco. Acá tenemos un intendente que es como si fuera un Tinelizado, que muestra todo por afuera.
HEBE ÍNTIMA. Como una enredadera que sube, trepa y se mete en cualquier hueco, Hebe empuja a las Madres. Y esa fuerza la desgasta. “Vengo a La Plata, generalmente, los fines de semana. Vengo a descansar, me gusta mucho dormir, lo necesito”, asegura. Sonríe al hablar de s u médico (“me sabe llevar y me cuida”), se prepara la comida para toda la semana y aprovecha los domingos para ver las carreras de auto. “Soy fanática del Turismo Carretera, amo la velocidad”.
– Las Madres escribían los nombres de sus hijos en los billetes, ¿cree que ese fue el primer medio de comunicación que crearon?
– Lo primero que hicimos fueron unas cartulinas, que hacíamos en las casas con un crucifijo o un corazón sangrante que decía “tengo un hijo desaparecido…” y las repartíamos en las esquinas de las casas, en 7 y 50, siempre acá en La Plata. Fue la primera vez que salimos a decir algo. Y la segunda cosa fueron los billetes, donde escribíamos los nombres de nuestros hijos. Al principio era en billetes chicos, pero como los quemaban, a lo último lo hacíamos en billetes de alta denominación.
– Le molesta que se repare en su figura y no sobre lo que hacen las Madres.
– Toda la vida fue así. Siempre se buscó a una madre con la foto del hijo llorando, a una madre que cobró la reparación económica vendiendo la sangre de su hijo. Por qué no se habla de Chicha Mariani, que fue la que encontró los primeros nietos. Los medios trabajan sobre lo que ellos quieren hacer crecer. Y yo no trabajo para los medios. Yo soy lo que soy. Lo que piense el enemigo, me importa un pito. Y que los organismos y Estela se hayan distanciado me pone contenta. Porque Estela no va a la Plaza y nosotras sí, porque Estela no usa pañuelo y nosotras sí. Somos diferentes, es sano.
– ¿Quién puede llegar a sucederla?
– Estamos haciendo esto: las Madres, como organización; y la Fundación (con la radio, la imprenta, la librería, la Universidad, la editorial), todo dirigido por jóvenes. Entonces, cuando no haya más Madres, todo va a quedar a cargo de los que están trabajando ahora. Y esto crece sólo. Seguimos yendo a la Plaza todos los jueves, atendemos a muchísima gente todos los días, vamos a las escuelas, estamos haciendo un trabajo con imágenes con alumnos, hacemos la revista. Ahora quiero hacerles una entrevista a los jóvenes inventores.
– ¿Cómo le va en su rol de periodista?
– Me encanta. Si no tuviera tantas cosas para hacer, estaría todo el día en la radio. Me gusta hacer entrevistas, propongo conocer a la gente desde el otro lado. Siempre tratando de poner ejemplos, por eso le hice el reportaje a Verón.
– Justo a Verón que es de Estudiantes.
– Yo soy de Gimnasia, pero veo a Estudiantes porque Gimnasia juega mal. Tiene un mal presidente y un mal entrenador.
– Ahora cambió.
– Y… primero le tienen que enseñar a jugar a fútbol a los jugadores. A mí me gusta el buen fútbol, por eso veo a Estudiantes. Pero Gimnasia juega mal… pobres.
– ¿Qué le gusta ver en televisión?
– A veces me engancho con una película y con los documentales, me gustan mucho. Veo canal Encuentro, veo 6,7,8, y las carreras de auto y de motos. Me gustan mucho las carreras y me da mucha bronca que hay tipos que llegan cuartos y no los nombran. Me gusta la velocidad, el Turismo Carretera. La gente cree que no me gusta nada, que ando puteando, pero hay otras cosas también y por estas cosas me conocen.
– Entre sus programas tiene uno de cocina, qué le gusta hacer más, dulce o salado? –Cocino más comidas, porque creo que el postre es un lujo. La idea es hacer comidas económicas. Que la gente se anime a cocinar. La gente tira todo y en cocina se puede usar todo. Les voy contando cómo se puede cocinar con semillas, con amaranto. Tenemos una huerta muy grande, estamos transformando todo.
– ¿Siempre le gustó cocinar?
– Sí, porque es lo único que puedo dar. Yo cuando quiero a la gente la invito a comer. La cocina tiene que ver con el amor. La madre que no le hace de comer a los hijos le quita una parte de amor y no hay excusa de la modernidad. La gente cree que el imperialismo es la “cuarta flota”, pero el imperialismo es la televisión, son los supermercados que te cambian la manera de comer, de vivir, que te hacen llenar los changos de porquerías que no sabe para qué carajo son.
– ¿Cómo es su relación íntima con Cristina?
– Es muy buena. Siempre demostró que nos quería mucho, pero el día del cumpleaños, en febrero, nos mandó a llamar y nos dijo que el día más feliz era pasarlo con nosotras. Y estuvimos desde temprano, hablamos de cosas íntimas, de sus partos. Y eso demuestra que nos quiere, porque el cumpleaños es una fecha muy particular.
– ¿Y a usted con quién le gusta pasar su cumpleaños?
– Con mi gente. Cuando cumplí 80 hice un baile de disfraces. Invité a todos mis amigos. Después los paso con mi hija y algunos amigos más íntimos. Las Madres festejamos todos los martes los cumpleaños. Ellas levan tortas y yo comida, porque soy diabética.
– ¿Se cuida bastante, no?
– Sí. Me mido la glucemia dos veces por día. Me hago análisis completos cada seis meses. Por suerte encontré un médico que es un amor, que me cuida, me anda atrás, se preocupa. Desde que me atiendo con él, estoy mucho mejor.
– ¿Y a la casa de La Plata viene seguido?
– Generalmente los fines de semana. Vengo a descansar, me gusta mucho dormir. Estoy con mis flores, mis plantas, además me cocino, me elaboro la comida para toda la semana. Para comer pongo flores y un mantel bordado. Sin eso no como. Yo soy esto, el que me co noce bien me conoce así. No quiero ser una señora fina, nunca lo fui, nací en una villa, trabajé de todo en la vida. Soy esto.
– ¿Qué sintió el jueves con lo sucedido en Ecuador?
– A Correa lo conozco desde hace muchos años.
Parece un tipo muy calladito, pero es un muy jugado
y a mí me dio mucho miedo cuando él fue a enfrentarse con los policías sublevados-. No sé si estuvo bien, porque es como que arriesgó la vida, casi lo matan.
– Sorprende que usted diga que sintió miedo.
– A Correa lo quiero muchísimo y sentí que era uno de mis hijos que estaba arriesgando la vida. Los chicos míos sabían lo que les podía pasar, sin embargo daban cada vez más y yo les decía “hasta cuándo”. A mi nuera, que fue la última que se llevaron, yo le decía “hasta cuándo se van a quedar, no hay gente, están quedándose solas” y una se desesperaba. Yo sent&ia cute; que Correa estaba muy sólo, me la imaginaba a mi nuera saltando de un lado a otro. Tuve mucho miedo de que lo mataran. Porque si lo matan a él, ellos saben que no queda nada atrás. Eso pasa con los líderes, no hay otro Evo, otro Correa, otro Chávez, otro Fidel.
– ¿Por qué no hay otros líderes?
– Ser un líder no es una cosa fácil. El líder se arriesga a todo, todo el tiempo. Es arriesgar la vida todos los días. Y a lo mejor son tipos que salen sin custodia, que se meten por todos lados. Correa daba la vida por su pueblo, sin chaleco antibalas. Tuve dolor, tenía ganas de llorar, tenía ganas de ir para allá. Los quiero mucho y nos hacen mucha falta.
– ¿Cree que estos años de democracia continua llevan a que los gobiernos estén confiados en que no puede haber golpes de Estado?
– No, los gobiernos no están confiados, saben lo que puede pasar. Lo que pasa que tienen que gobernar, avanzar, con pueblos hechos pelotas como han dejado a los nuestros. Y todo el mundo exige. Todo el mundo quiere que lo que en treinta años hicieron mierda otros y te quedaste callado debajo de la cama, ahora, “que me den más, más”. Con Cristina pasa eso, hace 10 piden 30, hace 30 piden 100.
– ¿Están latentes los golpes en Latinoamérica?
– Sí, lo anuncia Fidel a cada rato y Chávez. Cuando él sabe algo lo dice, hay que tenerlo en cuenta.
– Entonces no la sorprende lo que sucedió en Ecuador.
– No me extraña lo que sucedió; Correa tiene todas las corporaciones en contra, tiene mucho petróleo, tiene a Lucio Gutiérrez que es de terror, porque está con toda la mafia. Es un país que ha progre sado muchísimo, pero tienen los indígenas en contra.
– Usted habla de la importancia de los medios.
¿Qué rol cumplen hoy?
– ¿Qué hizo el enemigo en Ecuador? Tomó la televisión.
Con Chávez pasó lo mismo, destruyeron las radios comunitarias con la que se comunica la gente. Eso muestra lo importante que son los medios. Por qué no nos quieren entregar el papel prensa. Porque es una nueva manera de dominación.
– ¿Por eso la defensa que hace de la Ley de Servicios Audiovisuales?
– La ley es parte de nuestra libertad. Si nos pasa algo tenemos que estar comunicados por las radios, por la tele, por los diaritos, por todos nosotros. No tenemos que dejar los medios en manos de nadie. Tienen que estar cuidados, custo-diados. Esa es la nueva táctica. ¿Cómo lo sacaron al presidente de Hond uras? Con la Suprema Corte y los medios de comunicación.
– Lo que ocurrió en la marcha del martes a la Corte se enmarca dentro de esta visión…
– Sí, por eso yo le decía a nuestros amigos de la Corte que se vayan. No se pueden quedar Zaffaroni o Carmen Argibay ahí. Porque si vos te quedás con quien comete delitos es como si te quedás con ladrones, sabiendo que son ladrones. Cómo te quedás sabiendo que Lorenzetti se reunió en la Suprema y afuera con tipos que no podemos saber quiénes son. Eso es terrorismo.
– ¿No cree que deben “pelear” desde adentro?
– ¡Qué pelea van a dar si se cagan en ellos! Si Lorenzetti en la misma cara de ellos se reúne con Magnetto. Ahí corren los sobres, no hacen las cosas porque son patriotas.
– Se la criticó mucho por pedir tomar la Corte.
– Yo sé lo que quiero decir y a dónde quiero ir. Y si el enemigo me ataca, me da fuerza. Si el enemigo me ataca digo, “cómo lo jodo”. Yo soy una mujer del pueblo, que llego a mi casa y me pongo chancletas con medias gruesas porque tengo frío, nunca voy a ser diplomática o moderada. Porque lo que me hicieron no es para que yo lo sea y diga “señores de la Corte Suprema…” Nos hicieron mierda. Yo decía “cómo la gente se asusta tanto con lo que dije”. Tomamos dos veces la Corte durante la dictadura porque no nos querían recibir los habeas corpus. Tomamos la Casa de Gobierno con Alfonsín 24 horas porque nos citó y cuando llegamos se había ido a un acto de Gardel en el Colón. Tomamos cuatro veces la catedral, armamos un baño atrás del altar. ¿Quién hace eso? Tomamos el Cabildo, sacamos todos los c uadros y pusimos los de las Madres y escribimos un documento en el mismo escritorio de Cisneros. Y tomamos la Bolsa de Comercio cuando Estela de Carlotto pidió que se cotizaran los bonos que habían dado por la reparación económica. “Si vos cotizas los bonos, que es la venta de la sangre de nuestros hijos, te quemo la Bolsa”, le dije al presidente de la Bolsa. Entonces no es “qué loca Hebe va a tomar tribunales”. ¡Sí, se puede! Si ellos no cumplen con lo que tienen que cumplir, por qué siempre tienen que estar del lado del enemigo.
Están ahí, están acechando. Turros de mierda y me quedé corta…
– ¿Quién es el principal enemigo en la Argentina?
– Toda la derecha peronista: Duhalde, la Chiche Duhalde (acá en esta casa entraron los duhaldistas a torturar a mi hija), De Narváez, toda esa basura que se junta, q ue se separa. Papel Prensa, por su puesto, Magnetto y estos que se reúnen con él. Les jode que una mujer como Cristina sea capaz de enfrentar todo.
– Usted reivindica la figura de Cristina Kirchner y lanzó una agrupación llamada Las Cristinas. ¿Qué buscan?
– Muchísimas mujeres trabajamos con mujeres y queríamos hacer algo por Cristina. Entonces acordamos difundir su gobierno. Hay muchas mujeres que quieren a Cristina pero no saben lo que hace, lo que dice, entonces acordamos difundir la tarea de gobierno.
– ¿Qué le falta a este gobierno?
– Cuadros políticos. Cuadros políticos confiables. Esto de la transversalidad, que se iban a formar cuadros… pasaron muchas cosas y no se llegó. Hay grupos de pibes, pero precisamos miles. No hay cuadros para pensar quién va a gobernar, a quién vamos a poner en las l istas. No digo líderes, porque eso se nace.
– ¿Por qué cree no hay cuadros?
– Porque el peronismo es una bolsa de gatos. Están los fachos, fachos, fachos; los menos fachos, que son fachitos también; y después están todos aquellos que quieren llegar sin ideología, que cuando hablás con ellos no saben nada, parece que leen Billiken. Y los cuadros no son voluntarismo. Como estaba tan mal el país, tuvieron que atajar de acá, de allá y no se pudo armar cuadros.
– ¿Quién le gustaría que sea el próximo presidente:
Cristina o Néstor?
– Cualquiera de los dos. Uno en la Provincia y uno en la Nación. Porque la Provincia es casi como la Nación. Y hace falta un buen gobernador. Ellos están muy bien posicionados, no hay otros. Están todos divididos.
– No le gusta Daniel Scioli…
– Para nada. Yo lo dije desde el primer día, se lo dije a Néstor cuando era su vicepresidente y lo digo ahora. No hay gestión con Scioli. No existe. No es ni por malo, ni por bueno: Scioli no sabe.
¡En Turismo hizo mucho, póngalo en turismo!
– ¿Y le gusta cómo está La Plata?
– Yo amo a La Plata, pero me gusta más Ensenada, que es donde nací. Ahí se ve la mano del intendente, se lo ve a Mario Secco. Acá tenemos un intendente que es como si fuera un Tinelizado, que muestra todo por afuera.
HEBE ÍNTIMA. Como una enredadera que sube, trepa y se mete en cualquier hueco, Hebe empuja a las Madres. Y esa fuerza la desgasta. “Vengo a La Plata, generalmente, los fines de semana. Vengo a descansar, me gusta mucho dormir, lo necesito”, asegura. Sonríe al hablar de s u médico (“me sabe llevar y me cuida”), se prepara la comida para toda la semana y aprovecha los domingos para ver las carreras de auto. “Soy fanática del Turismo Carretera, amo la velocidad”.
– Las Madres escribían los nombres de sus hijos en los billetes, ¿cree que ese fue el primer medio de comunicación que crearon?
– Lo primero que hicimos fueron unas cartulinas, que hacíamos en las casas con un crucifijo o un corazón sangrante que decía “tengo un hijo desaparecido…” y las repartíamos en las esquinas de las casas, en 7 y 50, siempre acá en La Plata. Fue la primera vez que salimos a decir algo. Y la segunda cosa fueron los billetes, donde escribíamos los nombres de nuestros hijos. Al principio era en billetes chicos, pero como los quemaban, a lo último lo hacíamos en billetes de alta denominación.
– Le molesta que se repare en su figura y no sobre lo que hacen las Madres.
– Toda la vida fue así. Siempre se buscó a una madre con la foto del hijo llorando, a una madre que cobró la reparación económica vendiendo la sangre de su hijo. Por qué no se habla de Chicha Mariani, que fue la que encontró los primeros nietos. Los medios trabajan sobre lo que ellos quieren hacer crecer. Y yo no trabajo para los medios. Yo soy lo que soy. Lo que piense el enemigo, me importa un pito. Y que los organismos y Estela se hayan distanciado me pone contenta. Porque Estela no va a la Plaza y nosotras sí, porque Estela no usa pañuelo y nosotras sí. Somos diferentes, es sano.
– ¿Quién puede llegar a sucederla?
– Estamos haciendo esto: las Madres, como organización; y la Fundación (con la radio, la imprenta, la librería, la Universidad, la editorial), todo dirigido por jóvenes. Entonces, cuando no haya más Madres, todo va a quedar a cargo de los que están trabajando ahora. Y esto crece sólo. Seguimos yendo a la Plaza todos los jueves, atendemos a muchísima gente todos los días, vamos a las escuelas, estamos haciendo un trabajo con imágenes con alumnos, hacemos la revista. Ahora quiero hacerles una entrevista a los jóvenes inventores.
– ¿Cómo le va en su rol de periodista?
– Me encanta. Si no tuviera tantas cosas para hacer, estaría todo el día en la radio. Me gusta hacer entrevistas, propongo conocer a la gente desde el otro lado. Siempre tratando de poner ejemplos, por eso le hice el reportaje a Verón.
– Justo a Verón que es de Estudiantes.
– Yo soy de Gimnasia, pero veo a Estudiantes porque Gimnasia juega mal. Tiene un mal presidente y un mal entrenador.
– Ahora cambió.
– Y… primero le tienen que enseñar a jugar a fútbol a los jugadores. A mí me gusta el buen fútbol, por eso veo a Estudiantes. Pero Gimnasia juega mal… pobres.
– ¿Qué le gusta ver en televisión?
– A veces me engancho con una película y con los documentales, me gustan mucho. Veo canal Encuentro, veo 6,7,8, y las carreras de auto y de motos. Me gustan mucho las carreras y me da mucha bronca que hay tipos que llegan cuartos y no los nombran. Me gusta la velocidad, el Turismo Carretera. La gente cree que no me gusta nada, que ando puteando, pero hay otras cosas también y por estas cosas me conocen.
– Entre sus programas tiene uno de cocina, qué le gusta hacer más, dulce o salado? –Cocino más comidas, porque creo que el postre es un lujo. La idea es hacer comidas económicas. Que la gente se anime a cocinar. La gente tira todo y en cocina se puede usar todo. Les voy contando cómo se puede cocinar con semillas, con amaranto. Tenemos una huerta muy grande, estamos transformando todo.
– ¿Siempre le gustó cocinar?
– Sí, porque es lo único que puedo dar. Yo cuando quiero a la gente la invito a comer. La cocina tiene que ver con el amor. La madre que no le hace de comer a los hijos le quita una parte de amor y no hay excusa de la modernidad. La gente cree que el imperialismo es la “cuarta flota”, pero el imperialismo es la televisión, son los supermercados que te cambian la manera de comer, de vivir, que te hacen llenar los changos de porquerías que no sabe para qué carajo son.
– ¿Cómo es su relación íntima con Cristina?
– Es muy buena. Siempre demostró que nos quería mucho, pero el día del cumpleaños, en febrero, nos mandó a llamar y nos dijo que el día más feliz era pasarlo con nosotras. Y estuvimos desde temprano, hablamos de cosas íntimas, de sus partos. Y eso demuestra que nos quiere, porque el cumpleaños es una fecha muy particular.
– ¿Y a usted con quién le gusta pasar su cumpleaños?
– Con mi gente. Cuando cumplí 80 hice un baile de disfraces. Invité a todos mis amigos. Después los paso con mi hija y algunos amigos más íntimos. Las Madres festejamos todos los martes los cumpleaños. Ellas levan tortas y yo comida, porque soy diabética.
– ¿Se cuida bastante, no?
– Sí. Me mido la glucemia dos veces por día. Me hago análisis completos cada seis meses. Por suerte encontré un médico que es un amor, que me cuida, me anda atrás, se preocupa. Desde que me atiendo con él, estoy mucho mejor.
– ¿Y a la casa de La Plata viene seguido?
– Generalmente los fines de semana. Vengo a descansar, me gusta mucho dormir. Estoy con mis flores, mis plantas, además me cocino, me elaboro la comida para toda la semana. Para comer pongo flores y un mantel bordado. Sin eso no como. Yo soy esto, el que me co noce bien me conoce así. No quiero ser una señora fina, nunca lo fui, nací en una villa, trabajé de todo en la vida. Soy esto.