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Tras semanas de negociación, los partidos de la coalición de Gobierno belga finalmente han llegado a un acuerdo para una amplia reforma laboral que incluye la introducción de la jornada de cuatro días sin reducir las horas de trabajo.
De esta manera, los empleados continuarán trabajando 38 horas, pero estarán repartidas en cuatro días en lugar de cinco. La jornada tendrá un máximo de 9,5 horas diarias, aunque se podrá prolongar hasta 10 horas mediante un acuerdo entre las partes.
Para solicitar esta opción, los trabajadores tendrán que presentar una petición a su jefe, quien podría rechazar la solicitud, no obstante, tendrá que dar una justificación formal con argumentos sólidos para hacerlo.
Asimismo, los empleados podrán optar por un régimen semanal variable. Es decir, trabajar más durante una semana para tener mayor tiempo libre en la siguiente, según recoge la televisión pública belga RTBF. «El objetivo es darle a las personas y a las empresas más libertad para organizar su tiempo de trabajo», comentó los nuevos cambios el primer ministro del país europeo, Alexander De Croo.
Sin embargo, los defensores de la semana de cuatro días rechazaron los detalles del cambio, insistiendo en que el problema no es la comprensión de la carga laboral en menos días, sino la reducción de la misma. «Comprimir una semana normal de cinco días en cuatro no es la respuesta para combatir el agotamiento, el estrés y el exceso de trabajo», declaró Joe Ryle, director de 4 Day Week Campaign, a The Independent.
Por su parte, Raoul Hedebouw, presidente y diputado federal del Partido de los Trabajadores de Bélgica (PTB), afirmó que las nuevas medidas «agravarán la epidemia de estrés y agotamiento que reina en el mercado laboral».