Agencias

El expresidente Jimmy Carter, que ocupó la Casa Blanca entre 1977 y 1981, firma este miércoles un artículo de opinión en The New York Times en el que advierte que su país se encuentra «al borde de un abismo cada vez mayor» y que corre «un riesgo real de conflicto civil».

«Nuestra gran nación ahora se tambalea al borde de un abismo cada vez mayor. Sin una acción inmediata, corremos un riesgo real de conflicto civil y de perder nuestra preciosa democracia», escribe Carter, de 97 años.

Las palabras del exmandatario llegan exactamente un año después del asalto al Capitolio, cuando partidarios del entonces presidente saliente, Donald Trump, irrumpieron por la fuerza en la sede del Congreso para evitar que se certificara la victoria electoral de Joe Biden.

El 39.º presidente de Estados Unidos subraya que tras ese suceso «hubo una breve esperanza de que la insurrección conmocionaría a la nación para que abordara la polarización tóxica que amenaza nuestra democracia». Sin embargo, un año después, «los promotores de la mentira de que la elección fue robada se apoderaron de un partido político y avivaron la desconfianza en nuestros sistemas electorales», se lamenta.

Según el exmandatario, estas fuerzas ejercen poder e influencia a través de una «desinformación implacable» que hace que los estadounidenses se vuelvan unos contra otros.

Carter, subraya que, para reforzar la seguridad a las elecciones en Estados Unidos, es necesario que los ciudadanos se pongan de acuerdo sobre las normas constitucionales y se respeten mutuamente, pese a sus diferencias políticas. Además, según él, el país debe impulsar reformas electorales para garantizar el acceso y la confianza en los comicios, así como rechazar la violencia en la política y abordar el problema de la desinformación.

«Los estadounidenses deben dejar de lado las diferencias y trabajar juntos antes de que sea demasiado tarde», concluye Carter. «Para que la democracia estadounidense perdure, debemos exigir que nuestros líderes y candidatos defiendan los ideales de libertad y se adhieran a altos estándares de conducta», subraya.