Agencias
La sentencia que esta noche se ha llevado a cabo a pesar de las peticiones de clemencia llegadas de todas partes del mundo en las que se alega su discapacidad mental.
A diferencia de Sakineh, la mujer iraní condenada a lapidación, no ha habido solidaridad mediática en este caso: Teresa Lewis fue ejecutada esta noche en el estado de Virginia en los EEUU por un crimen similar al a Sakineh, pero esto no ha despertado ni la indignación ni la piedad mediática internacional.
Teresa Lewis se ha convertido en la primera mujer ejecutada en el estado de Virginia de este siglo. Condenada en 2003 por haber planificado los asesinatos de su esposo y su hijo adoptivo, esperó la muerte en una celda sin ventanas en los Estados Unidos.
Los defensores de Lewis alegaron hasta último momento que su bajo coeficiente intelectual, de 72, roza el límite legal según el cual una ejecución es inconstitucional.
Los abogados denunciaron que la mujer padecía además un trastorno de personalidad que la hace dependiente y presentaron una carta en la que uno de los dos hombres acusados reconoce que manipuló a Lewis para convencerla de que había que asesinar a su marido.
La última vez que se ejecutó a una mujer en este estado fue en 1912, en concreto Virginia Christian, una sirvienta negra de 17 años que fue electrocutada por el asesinato de la mujer para la que trabajaba. En total, en el estado de Virginia se han ejecutado a 123 mujeres, la primera de ellas 1632. Esas mujeres fueron ahorcadas, quemadas o electrocutadas por delitos que van desde el ocultamiento de un bebé al nacer, al incendio intencional, envenenamiento, homicidio o intento de homicidio.
Teresa fue condenada en 2003 tras haberse declarado culpable de ordenar a su amante los asesinatos, en 2002, de su marido y su hijo adoptivo, Julian y Charles Lewis.
La condena desató una intensa campaña con más de 6.000 peticiones de clemencia, entre ellas las de grupos de salud mental, representantes de la Unión Europea y el escritor estadounidense John Grisham.
Los defensores de Lewis, una de las 53 mujeres condenadas a muerte en Estados Unidos, alegaban que su bajo coeficiente intelectual, de 72, roza el límite legal según el cual una ejecución es inconstitucional, establecido en 70. Los abogados además denunciaban que la mujer padecía un trastorno de personalidad que la hacía dependiente y habían presentado una carta en la que uno de los dos hombres acusados reconoce que manipuló a Lewis para convencerla de que había que asesinar a su marido.
El Tribunal Supremo de Justicia desechó el martes la última apelación de los abogados de Lewis para que la sentencia fuera conmutada por la de cadena perpetua, después de que el gobernador de Virginia, Robert McDonnell, rechazara la petición de clemencia el viernes pasado.
Es importante recordar que a diferencia de Teresa, los asesinos materiales, no han sido condenados a muerte, sino a cadena perpetua.