Pablo Iglesias deja la política institucional y el partido que él mismo contribuyó a fundar en 2014, para romper con el sistema bipartidista y tratar de protagonizar un «cambio» de paradigma en la política española. Casi un año y medio después de haber logrado entrar al Gobierno de España (donde fue vicepresidente hasta hace apenas unos meses), Iglesias anunció este martes que abandona la política tras constatar, a través de los resultados de las elecciones autonómicas de Madrid, que la misma figura que trató de representar el cambio en España, es hoy «un chivo expiatorio que moviliza los afectos más contrarios a la democracia». Reseñó Página 12.
El secretario general de Unidas Podemos y candidato a la presidencia de Madrid, Pablo Iglesias, presentó su renuncia irrevocable a todos los cargos políticos que ocupa, luego de la derrota que sufrieran las fuerzas de izquierda en la región a manos de la derecha y la extrema derecha gobernante en la capital española.
El político de izquierda anunció que «el éxito de la derecha trumpista de Ayuso es una tragedia para la sanidad y educación pública» y remarcó que «nunca Madrid había sido tan diferente al resto de España».
Lamentó que aunque los votos de su partido crecieron en comparación a las elecciones pasadas, «nuestro resultado sigue siendo una suma insuficiente para ser una alternativa de Gobierno a la derecha». Criticó que el resurgimiento de la ultraderecha reivindicadora de la dictadura franquista, haya prevalecido en los resultados electorales. «Se ha incrementado la agresividad sin precedentes de la derecha y los discursos fascistas en los medios de comunicación».
En tal sentido, tomó la decisión de apartarse definitivamente de la política. «Estoy enormemente orgulloso de haber liderado un proyecto político como este», dijo sobre los siete años en los que estuvo al frente de su partido. «Cuando uno deja de ser útil, debe saber retirarse», aseguró.
Remarcó que dejará todos sus cargos, pero que seguirá comprometido con su país desde cualquier lugar en el que se desempeñe. «No contribuyo a sumar», asegura Iglesias, mientras condena que le han convertido en un «chivo expiatorio».
«Uno tiene que tomar decisiones sin contemplaciones. Caminando fui lo que fui, hasta siempre», se despidió de la política el líder izquierdista.
Extremismo de derechas
Al conocer su renuncia a la política, varios representantes de la derecha y la ultraderecha festejaron el hecho con mordaces comentarios en las redes sociales.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, destacó que hay «muchas razones para celebrar». «Dos buenas noticias para España en un día. Iglesias ya es pasado en la política española».
La candidata del partido de ultraderecha Vox, Rocío Monasterio, quien pidió la expulsión de Pablo Iglesias durante un debate en plena campaña, se mofó de la salida de la política de Iglesias con un mensaje tan simple que espanta: «Cierre al salir».
La ultraderecha se aliará con los conservadores del PP para formar Gobierno en la ciudad de Madrid, donde se ha diagnosticado que las políticas extremistas llevarán a la región hacia una confrontación inevitable.
«Dicen que me arrastrarán sobre rocas cuando la revolución se venga abajo, que machacarán mis manos y mi boca, que me arrancarán los ojos y el badajo», dice una estrofa de la canción. «Yo no sé lo que es el destino; caminando fui lo que fui», parafraseó Iglesias a Silvio Rodríguez en un adiós que el líder de Podemos disfrazó de «hasta siempre».