Enrique Muñoz Gamarra
Ciertamente, hay una enorme preocupación en las prensas informativas por las perspectivas mundiales. Se abre o no, una nueva Era. Esa es la inquietante disyuntiva de actualidad que recorre el mundo. No es para menos, la coyuntura es muy difícil para la humanidad. Miles de hogares, tras el ataque bacteriológico, languidecen en penurias y sin futuro.
1.- El marxismo respecto a la gran fase depresiva y sus consecuencias:
Empecemos recordando el atronador ruido que se logró advertir en la economía mundial tras el reenganche o interconexión entre los ciclos económicos largos del sistema capitalista ocurrida en 1973 del que precisamente devino el actual gran ciclo depresivo. Ciertamente tras este hecho el porvenir de la humanidad empezaba a encaminarse hacia una profunda inflexión que inevitablemente debía anclar en una nueva situación mundial. Pero, esto implicaba claridad en lo que en adelante ocurriría en el mundo, claridad en el porvenir, claridad en la historia.
Luego, con el correr de la historia se pudo notar desde el año 2008 el ahondamiento de esta fase depresiva y el establecimiento de una enorme tormenta que empezó a envolver el planeta. Sus consecuencias fueron primero la bancarrota de la economía estadounidense y la implosión de su hegemonía mundial. Por supuesto la respuesta de la vieja burguesía estadounidense no se hizo esperar, inmediatamente se lanzó a recuperar aquella hegemonía. Y por el solo hecho de que las economías de China y Rusia estaban en mejores condiciones que la suya, enfilo su cruento ataque contra estas dos naciones. Pero, al no poder definirlo directamente en un choque de fuerza y con fuerza con armamento nuclear, en su insana cobardía empezó a incendiar el planeta con sus más siniestras bandas paramilitares fascistas desde el norte de África y Oriente Medio (2011).
Desde entonces las destrucciones han sido muy graves: la crisis económica (2008 y 2020), las agresiones y provocaciones del letal ejército estadounidense (Irak, Libia, Siria, Irán, Venezuela, etc.) y últimamente el ataque bacteriológico. El resultado: enormes desastres y pérdidas incalculables, incluso, mayor que la ocasionada por la Segunda Guerra Mundial.
En esto las consecuencias sobrevenidas tras el ataque bacteriológico en noviembre de 2019 han sido terribles que prácticamente han conducido el mundo al borde de una catástrofe generalizada. Los más afectados han sido las naciones y los países oprimidos y en general el proletariado, el campesinado, los pequeños comerciantes del mundo entero. Sus situaciones son iniquidades inaguantables, razón por la cual en sus demandas urgen la reversión inmediata de esta caótica situación.
Entonces el asunto de, ¿Por qué después de tantos desastres y tantas destrucciones no ha podido disiparse la larga fase depresiva capitalista?, deviene de lo siguiente: En primer lugar, es necesario apuntar que la sobreproducción de mercancías y la sobre acumulación de capitales, causas profundas de la actual crisis económica mundial, no solo está en Estados Unidos, Japón, Alemania, Inglaterra, sino, también en China, India, Rusia, etc., es decir, los lastres están en el sistema capitalista completo. De hecho, la transformación del capitalismo en un enorme sistema de monopolios e inmensamente acentuada por el poder que habían alcanzado los nuevos centros de producción (nuevos poderes mundiales como India, etc.), ha originado un ensanchamiento gigantesco de la ya enorme bolsa de sobreproducción de mercancías y sobreacumulación de capitales, dificultando así, la normal realización de la acumulación y reproducción capitalista. Este es un fenómeno nuevo, propio de los periodos finales de esta segunda y última fase del sistema capitalista que complica el accionar de las dos actuales máximas potencias capitalistas (China y Estados Unidos) en su tenaz esfuerzo por salir de esta grave situación.
Consecuentemente, el ingreso del capitalismo a un enorme sistema interconectado de monopolios con ensanchamiento gigantesco de la bolsa de sobreproducción de mercancías y sobreacumulación de capitales y, acentuado aún más por la aparición de los nuevos poderes, ha sido la única y fundamental razón por la que después de tantos desastres y tantas destrucciones no se haya disipado la larga fase depresiva capitalista.
Esto ciertamente ha sido gravitante en todo este fenómeno que tensiona fuertemente la actual coyuntura y la convierte en una época muy peligrosa, sobre todo, por el fuerte rozamiento que empieza a producirse principalmente entre las dos superpotencias más fuertes del momento, China y Estados Unidos.
Por lo tanto, nada está resuelto. Incluso, hablar en este contexto de una IV Revolución Industrial, cuando hay una burguesía sumamente tensionada blandiendo entre manos unas relaciones de producción completamente hostiles contra las pujantes fuerzas productivas (rebelión de fuerzas productivas) a fin de aplastar al proletariado, suena a una completa farsa. Por lo que en adelante aquella tarea deberá cumplirla el proletariado en guerra contra este injusto sistema.
Entonces, de entre estos hechos sale a relucir la enseñanza fundamental de la historia acerca de este crucial momento que viene justamente de la Segunda Guerra Mundial, señalándonos que las mayores destrucciones en aquella guerra fueron las que se dieron en los grandes centros industriales de los principales países contendientes (Alemania, Japón, Italia, URSS, Francia, Inglaterra. Estados Unidos no fue de los mayores contendientes porque ingreso solo faltando unos meses para que termine el conflicto, pero fue el que más atizó el fascismo hitleriano contra la URSS). Entonces de lo anterior se impone la siguiente interrogante: ¿En las actuales conspiraciones bélicas se han dado destrucciones de fuerzas productivas en Estados Unidos, China y Rusia, tanto como si los hubo en los arrasamientos de Iraq, Libia, Siria, Yemen, etc.? La respuesta es un rotundo: NO.
Cierto, cuando decimos que Estados Unidos sigue con la economía en bancarrota, estamos refiriéndonos a las enormes bolsas de superproducción de mercancías y sobreacumulación de capitalista, existentes en este país o en regiones que dependen de él, sobre todo, este último (sobreacumulación de capitales en las que prácticamente esta ahogada). ¿Acaso hemos olvidado que el epicentro de la gran crisis económica estaba precisamente en Estados Unidos?
2.- El gran Impasse y el entrampamiento mundial:
Consecuentemente, la situación económica, política e incluso militar de Estados Unidos, es sumamente muy grave. Esto es así a pesar de todos los complots de la vieja burguesía estadounidense. Aquello está latente. Una situación que santifica su cruenta belicosidad y que en la actualidad se deja sentir precisamente en su marcha forzada hacia el fascismo con furibunda carrera armamentística y graves provocaciones, agresiones militares en varias regiones del planeta (guerra) pretendiendo de forma unilateral cerrar la gran fase depresiva iniciada en 1973.
Por el contrario, China y Rusia están en mejores situaciones por sus relativos avances en sus economías. Avances aparentemente grandiosos como la denominada tecnología 5G y recientemente la tecnología cuántica, pero, todos impulsados desde la industria de la guerra, el espionaje y el control mundial, al fin y al cabo, con un desarrollo tecnológico enmarcado solo desde el evolucionismo económico que en lo inmediato es intrascendente en la reorientación del total de la economía mundial que naufraga y en la que fatalmente tienen que navegar.
Entonces, a pesar de que estos avances estratégicamente tengan un valor relativo, precisamente por el carácter estratégico del agotamiento del sistema de producción capitalista mundial, no podemos pasar por alto que, en situaciones concretas de actualidad, aquellos hasta cierto punto han sido significativos, incluso elevando a China en la nueva estructura económica capitalista mundial como primera potencia capitalista. También Rusia, en este caso, en el sistema armamentístico. De igual modo, India. Y otros. De esta forma los cambios han sido significativos, aunque con relativo desarrollo de las fuerzas productivas precisamente por haberse orientado en el cien por ciento hacia las tecnologías de la guerra.
Justamente a razón de esto, en algún momento, se dio por entendido que ya se había impuesto en el mundo una relativa base económica que podía conducir a una nueva situación mundial, me refiero al poder que habían alcanzado las burguesías en China y Rusia.
Pero, la respuesta de la burguesía estadounidense ha sido contundente. Es una burguesía muy agresiva que no ha aceptado estos cambios y, más aún, considerándose la más afectada por el importante desplazamiento que ha sufrido, se involucró en una serie mortíferas provocaciones de guerra, pretendiendo en su locura definirlo con armamento, es decir, con carrera armamentística y guerra que en la actualidad son sus descaradas agresiones contra países desarmados. En realidad, hay en ella dos agitaciones: primero, una fulminante carrera armamentística. Y segundo, una férrea política fascista. Dos agitaciones, carrera armamentística y fascismo, que entran en grave contradicción y, que demuestran su incapacidad por discernir entre las consecuencias, que arrastran cada una de estas agitaciones, provocando así, una enorme tensión mundial con peligrosos disturbios y graves conflictos que tensionan y desestabilizan fuertemente el mundo.
Así, lo anterior, de acuerdo a la marcha real de los acontecimientos geopolíticos, no es otra cosa, que un grave IMPASSE Y ENTRAMPAMIENTO mundial. Una situación que sobreviene de la colisión de estos dos bloques de burguesías encabezados por China y Estados Unidos que ignoran sus propios derroteros históricos. Una grave situación que sobreviene de la dura presión existente entre los intereses estratégicos principalmente de estas dos burguesías. En otras palabras, es un choque entre el relativo avance capitalista alcanzado por los países asiáticos encabezados por China (que en algún momento se pensó que eran determinantes cuando no lo eran, pues, lo determinante fue la gran crisis económica que no suelta al sistema capitalista mundial y que enciende sus contradicciones, ejemplo, la ruptura de facto de la India con la Organización de Cooperación de Shanghái por las excesivas ambiciones de los grupos monopólicos de China) y, la imperiosa necesidad del poder de Estados Unidos por revertir su actual bancarrota económica y perdida de la hegemonía mundial utilizando a viejos poderes que se resisten a avanzar como son las de Europa y Japón. En realidad, un choque que sacude fuertemente el mundo.
3.- La incapacidad del evolucionismo capitalista chino:
Sin embargo, si la coyuntura que se aproxima se la observa desde la perspectiva de la burguesía y de acuerdo a los cambios algo significativos e incluso con relativo desarrollo de nuevas fuerzas productivas, el evolucionismo económico capitalista (China y Rusia) puede frenar y amortiguar esta peligrosa perspectiva al que se asoma el mundo, obligando a la vieja y fascista burguesía estadounidense a una importante retirada estratégica. O ahondar en lo que ya estaba haciendo el régimen de Trump con toda su enfebrecida retorica belicista. Esto es totalmente posible.
Además, es muy importante valorar las incapacidades geopolíticas de esta burguesía, en las cuales de hecho ha ido demostrando su temor a las potencialidades de sus más mortales enemigos, es decir, en el fondo es consciente de aquellas potencialidades. Cierto, las incapacidades de la burguesía estadounidense que a lo largo de la historia de la geopolítica mundial han sido resonantes, ejemplo, su incapacidad por ingresar a Irán, su incapacidad por derrocar el gobierno de Bashar Al Asad en Siria, su incapacidad por aniquilar el gobierno del Comandante Hugo Chávez y ahora a Nicolás Maduro y consecuentemente su incapacidad por ingresar a Venezuela. Son incapacidades que en realidad constituyen sendas derrotas militares del letal ejército estadounidense. Incapacidades que geopolíticamente demuestran su temor a las potencialidades de sus más mortales enemigos, su valoración de esas potencialidades, todo debido a su incapacidad por enfrentarlos frontalmente por el asunto del armamento nuclear, que asoma en lo general, por su declive estratégico como máxima potencia mundial. Por supuesto, aquello no le ha quitado su derecho a fanfarronear, de recubrirse de una inmunda agresividad tal como fueron sus graves provocaciones y que en los últimos años estuvo muy bien representada por la «ferocidad» de su monigote Donald Trump.
Incluso el ataque bacteriológico es parte de esta incapacidad por confrontar directamente con Rusia y China. Por cierto, el ataque ha sido muy grave. Eso no se puede negar. En él, si bien es cierto que la burguesía estadounidense fue el que festino y ejecutó, no podemos dejar de mencionar que en sus resultados de hecho están comprometidas las burguesías de China y Rusia e incluso las burguesías menores como las de Europa y Japón, etc. En realidad, estas burguesías tienen conocimiento del origen de este crimen. Entonces, el asunto es: ¿Por qué no la han denunciado?
Incluso ayuda explicar esta posible tendencia el concepto que se tiene de la guerra en la presente coyuntura. En efecto, no podemos olvidar que la guerra proviene en lo fundamental de las contradicciones inter-imperialistas agudizadas por la gran crisis económica que azota el sistema capitalista desde sus cimientos. Sin olvidar, que, si bien es cierto, que en el curso de los análisis del curso geopolítico mundial se haya concluido que a corto y mediano plazo no hay guerra, no podemos dejar de pasar que la pujanza de la actual coyuntura que se encabrita y empieza a deslizarse a una etapa de definiciones históricas, ciertamente, es muy peligrosa, pues, la presión de la desesperada burguesía estadounidense es muy fuerte y totalmente desestabilizante. Esto sin perder de vista lo latente que es aquella (Tercera Guerra Mundial) largo plazo.
Pero debemos seguir siendo claros, advirtiendo que lo anterior solo puede funcionar si las burguesías de China y Rusia asumen posiciones de firmeza en sus respuestas contra las bravatas de esta burguesía estadounidense. Incluso con movimiento importante de armamento estratégico como lo está haciendo el pentágono (últimamente ha enviado a Oriente Medio sus aviones estratégicos cargados con misiles nucleares a amedrentar a Irán, como antes lo había hecho contra la península coreana pretendiendo desestabilizarlo, hasta que la gran RPDC lo echo a patadas desafiándolo incluso con la confrontación nuclear, octubre de 2017). En todo caso, vuelvo a repetir como ya lo vengo señalando desde 2016, en la presente coyuntura la firmeza, siempre la firmeza, es muy importante.
En esto hay que acentuar la derrota militar en el Golfo Pérsico. Esto lo reafirmo, aun sabiendo que Joe Biden pueda ordenar una nueva escalada. Pero como bien señale en un artículo anterior, la burguesía estadounidense a partir de aquel momento puede reaccionar como quiera, provocar más guerra, enviar sus viejos portaviones, etc., pero de hecho su situación aquí en el golfo pérsico esta sellado, a condición de que Irán mantenga la firmeza, siempre la firmeza.
4.- Los maquiavelismos de la burguesía y sus tergiversaciones de la historia:
En este marco las burguesías de estos dos bloques de burguesías encabezados por China y Estados Unidos (capitalismo oriental y capitalismo occidental) a través de sus apologistas y sus plumíferos a sueldo han empezado a llenar los espacios de información con la teoría del ascenso del mundo a una nueva Era que, según ellas, sería nada menos, la Era de la digitalización. En realidad, la proterva intensión de las burguesías, es esconder sus siniestros planes de destrucciones y genocidios a la que de hecho están arrastrando a la humanidad. Esto ya está en proceso con el ataque bacteriológico que corre inmerso en el fascismo que también está en marcha.
Lo anterior en general está sustentada en una diversidad de teorías seudocientíficas. Unos cifran sus esperanzan en el «socialismo chino», tipo Teng, sin importar si el PCCH este saturado por capitalistas sedientos de ganancias, absolutamente enemigos jurados de los comunistas maoístas triunfantes del 49. Otros naufragan en filosofías como el Voluntarismo (Nietzsche), Existencialismo (Sartre), Estructuralistas (teorías del subdesarrollo y cepalistas) etc., presentándolos como si fueran corrientes marxistas y lo que les permite inscribir como «socialistas o izquierdas» a abominables corrientes filo fascistas como PODEMOS, PSOE, entre otras. Y los más recalcitrantes deambulan en las viejas tesis difundidas por los laboratorios anticomunistas del pentágono que tienden hacia el fascismo: post capitalismo, post modernismo (travestismos idiotas a fin de consolidar sus células durmientes fascistas como: la corriente de la neo globalización y su vertiente globalismo y atlantismo. También la negra corriente del género que quiere prostituir a la mujer, homosexualizar al niño y destruir a la familia. De igual modo las corrientes de los feminismos fascistas. Y las corrientes escolásticas medievales de la negra época de las ergástulas, Santa Inquisición, en la actualidad muy empeñadas en las criminales sectas religiosas, etc.).
5.- La coyuntura de definiciones históricas brilla en el fututo de la humanidad:
Finalmente, no olvidemos que estos hechos ocurren cuando el mundo estratégicamente está ingresando a una coyuntura de definiciones históricas. Es una coyuntura que se impone cuando el choque entre las fuerzas de las burguesías y el proletariado tiende a tensionarse de una forma muy dura, es decir, cuando el proletariado y los pueblos han decidido iniciar su histórica marcha a la revolución en procura de definir una nueva sociedad. La nueva situación mundial es una consecuencia de esta tendencia. En el curso de ella, la guerra de las masas podrá convertir el mortífero armamento (armamento nuclear) de las burguesías imperialistas, en tigres de papel.
Entonces el mundo se encabrita en medio del impasse y entrampamiento mundial, mientras hiede la feroz carrera armamentística y el negro fascismo en casi todos los rincones del planeta (nazis en Ucrania, Letonia, Estonia, etc.).