ó en un comunicado que presentó la denuncia ante el Tribunal de Justicia de Río el pasado 19 de octubre, pero el juez solo la recibió para su análisis el martes de esta semana porque estaba de vacaciones.
Las autoridades no ofrecieron más detalles de la querella porque el proceso, que se conoce en Brasil como el caso de las ‘rachadinhas’, se desarrolla, según remarcaron, bajo “súper sigilo” judicial.
Licenciado en Derecho, Flavio Bolsonaro, de 39 años, es el mayor de los tres hijos del presidente que se dedican a la política y ocupó un escaño en la Asamblea Legislativa de Río desde 2003 hasta que en octubre de 2018 fue elegido senador por un mandato de ocho años.
Según la investigación, la red corrupta operó al menos entre 2007 y 2018 mediante la contratación de funcionarios «fantasmas» para el despacho de Flavio Bolsonaro y la apropiación de una buena parte de los salarios de estos, que era administrada por Queiroz y su esposa.
Una fracción de ese dinero era transferido supuestamente al entonces diputado, que lo blanqueaba, al parecer, a través de la compra de inmuebles y en una tienda de chocolates de la que es socio, según informes oficiales filtrados por la prensa local.
Las autoridades estiman que el hijo del mandatario lavó hasta 2,3 millones de reales (400.000 dólares al cambio de hoy) en esas operaciones irregulares.
El caso echó a andar precisamente después de que se detectaran movimientos financieros atípicos en cuentas bancarias de Flavio y en la de 74 excolaboradores suyos en la Asamblea Legislativa de Río.
El senador, que intentó suspender las investigaciones en la Justicia y lo consiguió por un tiempo gracias a un fallo de la Corte Suprema, siempre ha negado las acusaciones y sostiene que el proceso en su contra es un intento de dañar a su padre.
Por otro lado, también hay dudas en el mundo jurídico sobre si el primogénito de Bolsonaro contaba o no con fuero privilegiado cuando comenzó a ser investigado.
Dependiendo de ese matiz, la denuncia sería analizada por un juez de primera instancia o un tribunal especial de Río compuesto por 25 magistrados, donde tramita por el momento, pues el Supremo aún tiene pendiente pronunciarse al respecto.
Los fiscales descubrieron que Queiroz y su esposa realizaron depósitos por valor de 89.000 reales (hoy 15.500 dólares) en la cuenta bancaria de la primera dama, Michelle Bolsonaro, según reveló la prensa local.
El jefe de estado dijo en un primer momento que ese dinero, que cifró en su día en 40.000 reales (7.000 dólares), era parte de la devolución de un «préstamo personal» que le había hecho a Queiroz, con quien lo unía una amistad.
No obstante, a medida que salían a la luz más datos del caso, el gobernante se mostró esquivo e incluso llegó a perder los papeles cuando era preguntado por los medios de comunicación sobre el tema.
Vínculos con grupos paramilitares
En el caso de Flavio, también están en la mira de la Justicia personas vinculadas a grupos paramilitares, integrados por expolicías o agentes en activo corruptos que controlan algunas regiones de Río de Janeiro.